La decisión de la jueza Loretta Preska de fijar el valor de su sentencia contra la Argentina en el juicio por la expropiación de YPF en USD 16.099 millones puso a la Argentina en el podio de los juicios más caros de la historia judicial de Estados Unidos.
Argentina podría apelar el fallo o pedir su suspensión hasta que asuma el nuevo gobierno, pero Preska cerró la demanda en su tribunal. El juicio se inició tras distintas peripecias por la quiebra de accionistas minoritarios de YPF ante la justicia española, que luego le vendieron los derechos de litigar a Burford.
Básicamente, la jueza determinó que al violar el estatuto de YPF, que establece que cualquier oferta por la mayoría accionaria de la compañía debía ser extensible a todos los accionistas, la Argentina violó también la ley de Nueva York, pues el estatuto está inscripto ante la Comisión de Valores de EEUU, lo que le permite cotizar en Wall Street, el más grande mercado de capitales del mundo.
En su fallo, Preska hasta citó las declaraciones de Axel Kicillof, el entonces viceministro de Economía y mano derecha de la entonces presidente Cristina Kirchner, en la expropiación. Ante el Congreso, Kicillof dijo, en tono desafiante que eran “tarados” quienes pensaban que la Argentina sería “estúpida” como para respetar el estatuto de la compañía. Por el 51% de la compañía, la Argentina pagó a la expropiada Repsol, en 2014, USD 5.000 millones de “valor presente” en bonos cuyo flujo de pagos, a completarse en el año 2034, sumará entre USD 9.000 y 10.000 millones.
Bien arriba
Lo cierto es que el monto que determinó Preska pone a la Argentina en el podio de las sentencias judiciales más caras de la historia de EEUU, donde tienen lugar las acciones de clase y arreglos (settlements) judiciales más exorbitantes del mundo.
Ese ranking lo encabeza el fallo de USD 206.000 millones que tras un largo juicio un grupo de compañías tabacaleras terminó aceptando en 1998 para resarcir los costos de cobertura médica de enfermedades relacionadas con el tabaco. De esa inusual demanda tomaron parte 46 de los 50 estados de EEUU.
En segundo lugar figuran los USD 20.000 millones que un juez federal de Nueva Orleans obligó en 2016 a pagar a la petrolera británica British Petroleum en compensación por los daños que produjo el derrame, a partir de un incendio, de la plataforma petrolera Deepwater Horizon en el Golfo de México.
La Argentina desplaza ahora del tercer lugar, y hace bajar del podio, a la automotriz alemana Volkswagen, que también en 2016 fue condenada a pagar USD 14.700 millones por el uso de un software que entre 2009 y 2015, para no aparecer superando los estándares fijados por la EPA, la agencia de protección del ambiente, falseó información sobre las emisiones de unos 11 millones de autos de motor diesel, en un caso conocido como Dieselgate.
Volkswagen quedó ahora en el cuarto lugar, pero a buena distancia de los USD 7.200 millones que una corte federal del estado de Texas impuso en el año 2009 a Enron, una operadora y trader de gas y petróleo, por fraude a un millón y medio de accionistas a los que engañó sistemáticamente sobre el valor de la compañía mediante mecanismos como la creación de Special Purpose Entities con los que encubría sus verdaderas operaciones y resultados contables.
En el sexto lugar del ranking de sentencias más caras de la historia quedó ahora la que obligó en 2005 a Worldcom, una empresa de Telecomunicaciones, a pagar USD 6.100 millones a un numeroso grupo de accionistas e inversores en sus bonos corporativos, por razones parecidas a las del caso Enron.
La séptima posición la ocupa American Home Products, que en año 2000 debió pagar USD 3.800 millones por los efectos potencialmente fatales sobre el funcionamiento de una válvula cardíaca debido al consumo de Fen Phen, una “píldora milagrosa” para adelgazar. El fallo dispuso también el pago de hasta USD 1,5 millones a los usuarios dependiendo del grado de afección y de cuánto tiempo habían consumido la píldora.
En los tres lugares finales del Top 10 quedaron una sentencia de USD 3.400 millones contra American Indian Trust, por mal manejo de los acuerdos de tierra; otra de igual valor contra Bristol Myers Squib en una causa por implantes mamarios que involucró inicialmente al fabricante, Dow Corning, y una de USD 3.200 millones contra Cendant (dueña de la cadena de hoteles Ramada), por fraude contable.
Algunos rankings suelen consignar un fallo simbólico de USD 150.000 millones (que por valor ocuparía el segundo lugar) contra Don Wilborn Colins, por haberle prendido fuego a un chico de 8 años, Robbie Middleton, que murió años después. El juez del caso, Craig Sico, dijo que el monto era “simbólico” y la familia Middleton no tenía expectativa de que fuera pagado. De hecho, al momento de la sentencia Colins cumplía una larga condena de prisión por “asalto sexual”.
Algunas crónicas también dan cuenta de un fallo de USD 28.000 millones contra Philip Morris en un juicio por jurado a favor de Betty Bullock, una fumadora de 64 años con cáncer de pulmón y de hígado que enjuició a la empresa. Pero en 2002 el juez Warren Ettinger rebajó el monto de la sentencia a USD 28 millones por considerar excesivos los punitorios fijados por el jurado y porque desde la década del cincuenta “estaba bien establecido” que el fumar podía provocar cáncer de pulmón y Bullock no podía alegar ignorancia al respecto.
La Argentina perdió el juicio iniciado por Burford porque violó el estatuto de la compañía que expropió y hasta se envaneció de hacerlo. En el Congreso, Kicillof dijo: “No le vamos a pagar lo que ellos quieran, esos USD 10.000 millones. Los tarados son los que piensan que el Estado debe ser estúpido y cumplir lo que dice la propia empresa”, en referencia al estatuto de YPF, inscripto en la bolsa de Nueva York.
Fue por ese motivo que en julio de 2019 Guillermo Nielsen, por entonces considerado “ministeriable” del candidato Alberto Fernández tildó a Kicillof de “ignorante” por la forma en que procedió a expropiar YPF. “Un ministro de Economía, además de saber de economía, tiene que saber de leyes y el funcionamiento legal de los mercados de capitales. La legislación en Argentina, y en el mercado central del planeta, que es Wall Street. Uno no hace lo que quiere. Uno hace lo que la ley le permite”, aseguró entonces Nielsen. pero el hoy presidente salió en defensa de Kicillof y dijo “Tengo la mejor opinión de Axel. Si hay algo que está lejos de él es la ignorancia”.
En 2014, sin embargo, cuando un contertulio tuitero le había preguntado al hoy Presidente si seguía siendo “lobista de Repsol”, Fernández respondió, también con sorna: “Creo que el lobista de Repsol debe ser Kicillof que acordó pagarle 10.000 millones de dólares y darle indemnidad!!”
En julio pasado, cuando Preska falló contra la Argentina, pero dejó abierto el cálculo de la sentencia, quien también criticó a Kicillof fue el ex director de la Anses, Diego Bossio, quien subrayó lo cara que había sido para el país la “canchereada” del hoy gobernador bonaerense.
En un hilo por X (ex Twitter) Bossio escribió: “Kicillof no puede decir que nadie le avisó. En ese momento le propuse que, en lugar de estatizar, compremos las acciones a Repsol a través de la Anses. Su respuesta fue: “La salida que proponés vos sale mucha plata. A mí la estatización me sale gratis”. En la reciente edición de Argentina Oil & Gas, Bossio contó a Infobae que Kicillof coronó su afirmación haciendo un gesto de “cero” con el índice y el pulgar de su mano derecha.
Ese cero, por cierto, no incluía los USD 5.000 millones a “valor presente” que, ya como ministro de Economía, Kicillof acordó en 2014 pagar a Repsol, ni los USD 16.100 millones que fijó Preska para poner a la Argentina en el podio de las sentencias más caras de la historia judicial de Estados Unidos.