En pleno debate de campaña por el déficit y los impuestos, el Gobierno presenta hoy el proyecto de Presupuesto 2024

El oficialismo aceptó la propuesta de Javier Milei de posponer el debate hasta después de las elecciones de octubre. Más allá de las proyecciones macro, la discusión estará centrada en la velocidad del ajuste fiscal

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El oficialismo aceptó la propuesta de Javier Milei de posponer el debate hasta después de las elecciones de octubre
El oficialismo aceptó la propuesta de Javier Milei de posponer el debate hasta después de las elecciones de octubre

La presentación del Presupuesto 2024, que tendrá lugar a última hora de este viernes, se producirá en el contexto de las discusiones por los impuestos y el déficit fiscal que ya se inició en el arco político por los cambios en Ganancias e IVA que anunció el ministro de Economía y candidato presidencial Sergio Massa. La campaña también marcará la agenda presupuestaria: su debate en el parlamento pasaría hasta después de las elecciones de octubre.

El proyecto de ingresos y gastos del año próximo marcará una preliminar hoja de ruta del candidato del oficialismo en caso de que ganara los comicios y sea el próximo presidente. Si bien los números finales del proyecto están todavía en etapa de última revisión antes de su presentación forman ante el Congreso, algunos lineamientos generales ya son conocidos.

El más importante, posiblemente, sea el de déficit fiscal y de qué manera reducirlo a lo largo de 2024. De base, el Gobierno plantearía un rojo primario equivalente a 0,9% del Producto Bruto Interno, en línea con la cifra acordada de antemano con el Fondo Monetario Internacional en el programa todavía vigente. Pero habrá una serie de asteriscos que le siguen a esa cifra.

La campaña también marcará la agenda presupuestaria: su discusión en el parlamento pasaría hasta después de las elecciones de octubre

En primer lugar, todavía no se conoce a ciencia cierta cuál terminará siendo la cifra de desequilibrio de las cuentas públicas cuando finalice el año. Las medidas que anunció Sergio Massa desde que el Gobierno devaluó el tipo de cambio oficial el día después de las PASO tienen un costo fiscal que rondaría el 1,3% del PBI, de acuerdo a un cálculo de la consultora Analytica.

En ese plano, sobrevuela la pregunta por el gasto adicional que representará el extenso paquete de medidas y la recaudación que dejará de percibir. No queda claro si el sendero fiscal necesario en lo que resta del año para alcanzar ya se torció. Un resultado fiscal final de 2023 más alto de lo esperado, por lo pronto, requeriría un esfuerzo más marcado el año próximo para acercarse a ese 0,9 por ciento.

Hay una vía alternativa que planteará Economía en el proyecto de ley por la vía de los gastos tributarios, una estrategia de debate parlamentario que implementó Massa en el proyecto de presupuesto de este año. Se trata de una adenda que explicita el gasto tributario, es decir el dinero que deja de recaudar el Estado por los regímenes diferenciales y beneficios fiscales que existen en el sistema tributario. En rigor, el gasto tributario es un número que forma parte de todas las presentaciones de proyectos de presupuesto, pero Massa le dio un status político distinto para incorporarlo como elemento central del debate.

El Ministerio de Economía presentará en las próximas horas el Presupuesto 2024
El Ministerio de Economía presentará en las próximas horas el Presupuesto 2024

Entre todos los items incluidos en el gasto tributario hay, a grandes rasgos, poco más de de 4,5% del PBI. Aunque en el equipo económico saben que algunos de ellos dentro de todo ese amplio menú son los que tienen más chances de ser discutidos con la oposición. Tocando algunas de esas clavijas, estiman en Economía, el sector público podría llegar más rápido a un superávit de 1 por ciento del Producto.

Entre el amplio listado, que figura en una “separata” anexa al Presupuesto, los más relevante en términos de costo para el fisco son los gastos tributarios en términos impositivos (este año implicaron 1,81% del PBI y una parte menor, de 0,68%, para los regímenes de promoción económica). En ese primer subgrupo están las alícuotas reducidas de IVA (0,65% del PBI en 2023), como las que tienen las carnes, frutas, legumbres y hortalizas frescas, los productos de panadería, la medicina prepaga y la construcción de viviendas. Y entre las exenciones, están las obras sociales (0,21% del PBI) y servicios educativos (0,11% del PBI).

Entre las exenciones del Impuesto a las Ganancias el más oneroso es el de los ingresos de magistrados y funcionarios de los Poderes Judiciales nacional y provinciales (0,16% del Producto) y, menos de la mitad, las ganancias de asociaciones civiles, fundaciones, mutuales y cooperativas (0,07 puntos). También tienen peso, en el impuesto a los combustibles, la diferencia entre las alícuotas aplicadas a las naftas y al gasoil (0,18% del PBI).

Las medidas anunciadas desde que el Gobierno devaluó el tipo de cambio oficial el día después de las PASO tienen, según estimaciones privadas, un costo fiscal que rondaría el 1,3% del PBI, de acuerdo a un cálculo de la consultora Analytica

En tanto, el régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego le insumió al Estado este año 0,35% del PBI en términos de recaudación tributaria. El esquema especial para las pymes, que incluye un pago a cuenta en el impuesto a las Ganancias del 100% impuesto sobre los Débitos y Créditos en cuenta corriente, tiene un costo de 0,15% del PBI.

Hay otro grupo de beneficios fiscales no incluidos entre los gastos tributarios pero que tuvieron a lo largo de 2023 un peso similar a ese 2,5% que sí está listado. Entre ellos, la exención del pago de Bienes Personales para los inmuebles rurales (0,48% del Producto), el no diferimiento del ajuste por inflación impositivo para Ganancias (0,36% del PBI) y detracciones de contribuciones personales (0,19% del Producto).

Este jueves, pudo saber Infobae, se definió que además del proyecto de presupuesto el Gobierno enviará al Congreso un proyecto para establecer una tasa mínima de impuesto a las ganancias de 15%, que apuntará a gravar a un grupo de empresas multinacionales que obtienen márgenes al operar en el país sin tener una filial local.

En ese listado hay algunas de las big tech más grandes del mundo. Es un debate que las economías desarrolladas tuvieron durante varios años y que llevó, como un acuerdo que incluye a 138 países, a la implementación de una tasa global mínima de 15%, un porcentaje al que la Argentina querrá así sumarse.

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