La Argentina registró en agosto la tercera inflación más alta del mundo después de Venezuela y El Líbano

El registro anual del 124% solo fue superado por el 422% de la nación gobernada por Maduro y por el 252% del país de Medio Oriente atrapado por el vacío de poder; cómo fue el incremento de precios en el resto de la región y en los países desarrollados

Una mujer compra alimentos en un supermercado, en Caracas (Venezuela), en una fotografía de archivo. EFE/Miguel Gutiérrez

La Argentina registró nuevamente en agosto la segunda inflación anual más alta de América Latina y la tercera más alta del mundo. El ranking global, una vez más, lo encabezó Venezuela con 13,5% el mes pasado y la Argentina quedó muy cerca, con el 12,4%, la cifra mensual más alta desde antes del inicio del plan de convertibilidad en 1991.

En el último año, la dictadura de Nicolás Maduro registró una inflación del 422%, según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).

“Este comportamiento de la inflación en agosto ocurrió en un contexto en el cual la tasa de cambio del bolívar respecto al dólar aumentó 8,3% en el mercado paralelo, mientras que la tasa de cambio del dólar oficial subió 10,5%. Ello significa que los precios sobre reaccionaron a la depreciación del bolívar, con lo cual se podría estar observando una trayectoria inflacionaria difícil de detener al estar la economía sin un ancla o referente para la formación de los precios”, indicó este ente independiente, con palabras que podrían aplicarse a la Argentina.

“Entre tanto, en medio de esta espiral inflacionaria, las remuneraciones del sector público se mantienen congeladas desde marzo de 2023, con lo cual el poder adquisitivo de los trabajadores activos y pensionados ha experimentado un notable deterioro, lo que indudablemente debilita el consumo e inhibe el crecimiento de la economía”, agregaron sus expertos. La Argentina también experimenta una situación de alta inflación –que podría ascender al 170% en diciembre- y de caída de su PBI este año, que para los expertos rondaría el 3%.

Inflación en agosto y en el último año Infografía de Marcelo Regalado

A nivel global, con un mes de retraso en sus datos, El Líbano, hundido en un fuerte conflicto civil y político, sigue ubicado como el segundo país con la más suba de precios del mundo, con el 252% en julio y la mayor tasa de inflación en alimentos, del 350%, según el Banco Mundial, seguido por la Argentina con el 115%.

La Argentina volvió a registrar en agosto el mismo puesto en el podio global y regional en su inflación general. El cuarto lugar a nivel global correspondió a Zimbabue con el 77% y el quinto a Turquía con el 59%; por lo tanto, solo hay 3 países en el mundo con inflación de tres dígitos, entre ellos la Argentina.

La inflación en América latina

En la región, luego de Venezuela y la Argentina quedó ubicada Colombia con el 11,4% el último año (0,7% en agosto), Chile con el 5% (0,1%). En Colombia el dato sigue igual que en agosto de 2022, en Chile cayó del 14,1% al 5% y en la Argentina pasó del 78% al 128%. La aceleración en la región solo fue mayor en la tasa anual venezolana, del 153 al 422%.

En sexto lugar en la tabla del último año quedó Perú con el 5,5% (0,3% en agosto), seguido por México con 4,6% (0,5%), Uruguay 4,1% (0,1%), Paraguay 2,9% (-0,2%), Ecuador 2,5% (0,5%) y Bolivia cierra la tabla con 1,5% (0,3%).

Entre los países más desarrollados que informaron su índice de precios de agosto, Alemania registró el 6,1%, Italia 5,5%, Francia 4,8% y Estados Unidos en 3,2%.

Esta alta inflación de la Argentina llevó la tasa de interés del Banco Central a un pico del 118%, la más alta del mundo a nivel mundial, pero negativa en términos reales, con un déficit fiscal sin financiamiento y varios precios congelados o retrasados, al menos, hasta después de las elecciones presidenciales de octubre. A fin de julio, el FMI estimó que la inflación en Argentina este año será de 120% y la recesión de 2,5%, uno de las peores combinaciones del mundo en 2023, aunque ambos pronósticos resulten más leves que los que mantienen otros organismos y analistas privados.