El anuncio que llevó el ministro de Economía, Sergio Massa, al festejo del Día de la Industria, el viernes 1° de septiembre en Entre Ríos, se cumplió, pero duró poco, aseguraron los empresarios de la Unión Industrial Argentina.
En ese contexto, rodeado de industriales cuya máxima preocupación hoy son las trabas para importar insumos y poder pagarlos, el además candidato a presidente por el oficialismo anticipó que liberaría los permisos de importación (SIRAs) pendientes para las pymes. Y lo hizo. Horas después, a muchas pequeñas y medianas empresas les salieron aprobadas SIRAs demoradas y pudieron, de esa forma, concretar los respectivos ingresos de mercadería al país. Pero “fue una bocanada de aire fresco”, precisaron en la central fabril. Y agregaron: “Hubo varias aprobaciones esos días y luego se volvió a frenar todo”.
En lo que sí tuvieron una notable mejoría las terminales fue en la aprobación de SIRAs de vehículos terminados
De todos modos, hoy el principal problema que están enfrentando las empresas es la imposibilidad de pagar sus importaciones cuando llega el vencimiento de la SIRA. Durante agosto, muchos permisos que vencían ese mes fueron reprogramados con nuevos plazos de 30 a 70 días, es decir, no pudieron cumplir con sus compromisos y deben seguir esperando. La gran duda es si cuando lleguen las nuevas fechas el BCRA les dará los dólares para afrontar el pago. “Algunas reprogramaciones que cayeron en septiembre se están pudiendo pagar, pero el grueso está previsto para octubre y noviembre y la expectativa es que vuelvan a posponer la fecha”, dijeron fuentes del sector importador.
Obtener una autorización de una SIRA pasó a ser un problema de segundo orden, admiten los importadores. “Hoy el principal inconveniente son los pagos al exterior; la cadena de pagos al exterior está prácticamente cortada con fechas que se van posponiendo una y otra vez, con SIRAs que nunca tienen asignada su fecha de pago y con errores informáticos que tiran los sistemas de AFIP al momento de pagar, que son inexplicables. Todo está preparado para ir pateando pagos hacia adelante porque la Argentina se quedó sin dólares”, explicaron las fuentes.
Otra de las trabas que comenzaron a aparecer en los últimos meses es la reducción del CEF (Capacidad Económica Financiera), un valor que surge de una fórmula de AFIP que mide la solvencia y la liquidez de la compañía y que establece si una firma puede o no importar. Si el CEF se reduce fuertemente, esa empresa no está en condiciones de tramitar una SIRA.
La preocupación en el exterior es grande y muchos proveedores ya decidieron, frente al incumplimiento del plazo original (que en muchos casos era de 180 días) dejar de entregarle a los clientes argentinos. En la industria automotriz, por ejemplo, advierten que si los problemas en los pagos no se resuelven durante los próximos días, sufrirán el corte de suministro de piezas del exterior. Así lo manifestaron fuentes de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), quienes se mostraron expectantes con que pueda solucionarse en breve para evitar problemas industriales.
En lo que sí tuvieron una notable mejoría las terminales fue en la aprobación de SIRAs de vehículos terminados. Tras la firma de los acuerdos de precios, la semana pasada la Secretaría de Comercio les liberó gran parte de los pedidos pendientes, ya que hacía casi dos meses que no entraba un auto al país. En línea con el anuncio de Massa en el festejo que organizó la UIA por el Día de la Industria, en la provincia de Entre Ríos, fueron varias las empresas que recibieron la aprobación de SIRAs durante esos días.
La cifra que trascendió oficialmente fue que en agosto se habían autorizado SIRAs a pymes por unos USD 700 millones, mientras que el monto total desde que fue impuesto el sistema (octubre del 2022) asciende, según el Gobierno, a USD 6.931 millones para más de 21.000 pequeñas y medianas empresas. El número de septiembre se conocerá recién a fin de mes, pero por lo que pudo averiguar Infobae, todavía hay mucho pedido pendiente.
“Hoy el principal inconveniente son los pagos al exterior; la cadena de pagos al exterior está prácticamente cortada”
Con respecto a la imposibilidad de pagar y el riesgo de que el proveedor les deje de vender, cada empresa encara una estrategia diferente. Según las fuentes consultadas, algunos están poniendo como garantía cuentas o inmuebles que tienen en el exterior, como así también buscando alternativas financieras con cobertura para hacer frente al pago. En una empresa importadora revelaron que aparecieron empresas que hacen de intermediarias, le pagan ellas al proveedor y luego esperan a cobrar de la Argentina. Claro que cobran un interés muy elevado y se cubren con garantías. “Lo estamos analizando seriamente”, dijeron en la firma. De cualquier manera, todas estas estrategias implican un costo alto, es decir, un dólar más cercano al blue que al oficial.
La expectativa hacia adelante no es positiva. Los empresarios no esperan una lluvia de dólares en los próximos meses, ni siquiera en la primera mitad del 2024, con un nuevo gobierno. Avizoran un escenario cada vez más complicado en materia de divisas, lo que llevará, según coinciden en el sector industrial, a paradas de líneas de producción cada vez más frecuentes y meses de fuerte ajuste y recesión. Mientras tanto, la credibilidad de la Argentina en el exterior vuelve a estar en juego, una vez más.