Fuerte pedido de EE.UU al FMI: “Debe estar dispuesto a retirar su financiación si un país no toma las medidas necesarias”

El subsecretario del Tesoro para Asuntos Internacionales, Jay Shambaugh, dijo que el organismo que dirige Georgieva debe asegurar que los gobiernos que reciben apoyo realicen reformas que mejoren su situación; ex funcionarios de Washington lo vincularon a la Argentina

Advertencia de EE.UU: “El FMI debe estar dispuesto a retirar su financiación si un país no toma las medidas necesarias” Grosby

El subsecretario del Tesoro para Asuntos Internacionales de Estados Unidos, Jay Shambaugh, le pidió al Fondo Monetario Internacional (FMI) que no financie a los países que no adoptan medidas para mejorar su situación económica. El segundo de Janet Yellen indicó en un discurso: “El FMI debe estar dispuesto a retirarse si un país no toma las medidas necesarias”.

“El financiamiento debe tener un propósito y venir acompañado de políticas que devuelvan la estabilidad al país; un programa con un ajuste insuficiente simplemente dejará al país que vuelva a estar en la misma o peor posición económica”, afirmó el economista ante el Center for Global Development.

Los comentarios, no dirigidos específicamente a la Argentina, fueron interpretados por algunos expertos como un mensaje al FMI y a los países con programas de asistencia que no cumplen con sus metas. El ex representante argentino ante el FMI, Héctor Torres, dijo a Infobae que este mensaje del Tesoro “sin duda alguna incluye una apenas velada referencia al programa del FMI con Argentina” y su par Gabriel Lopetegui indicó: “¿Será una casualidad que esto ocurre cuando se va el gobierno kirchnerista?”.

Igual de tajante, el ex funcionario del Tesoro con Obama y ex representante de EEUU en el Fondo Mark Sobel dijo sobre este mensaje: “No llores por mí Argentina. Argentina es la palabra tácita en una fuerte crítica a las normas de préstamo del FMI”.

Mark Sobel habló sobre el Tesoro y Argentina

“Leyendo entre líneas, el Tesoro desaprueba la refinanciación continuada de la gran exposición argentina del FMI, mientras aparta la vista de políticas horribles. Aunque los EE.UU. consintieron en este empeño, el Tesoro está pidiendo, aparentemente y con razón, que el Fondo se apriete el cinturón tras las próximas elecciones presidenciales argentinas, exija reformas serias y, si no, suspenda el apoyo, aunque esto cause atrasos al FMI y perjudique su salud financiera. Lo que Argentina podría significar en última instancia para el estatus de acreedor preferente de facto del Fondo queda comprensiblemente intacto”, dijo Sobel en una nota en la web del Bretton Woods Committee.

Así, se contradice el discurso del presidente Alberto Fernández de los últimos días, quien dijo que las decisiones del Fondo corresponden a su staff y no a su liderazgo.

“Pude hablar con Georgieva y expresarle mi malestar con el staff del Fondo”, dijo el presidente en declaraciones televisivas. El primer mandatario dijo que tiene una “correcta y cercana con Kristalina” y afirmó que el Fondo avanzaría con la eliminación de los sobrecargos del Fondo, un eje sobre el que el Gobierno hizo una extensa campaña retórica sin resultados. Por año, ese sobreprecio por tener un crédito ampliado le cuesta al país unos USD 1.600 millones, una suma similar a la que deberá utilizar si quiere apelar el fallo por el caso YPF en EE.UU.

En su último informe, el Fondo dijo que el programa de la Argentina había “descarrilado” y, una vez más, que el Gobierno necesitaba adoptar medidas para estabilizar la economía. Sin embargo, con su reciente desembolso para que el país no cayera en atrasos, dejó las manos libres hasta la próxima revisión, que se realizará luego de las elecciones presidenciales.

Alberto Fernández y Kristalina Georgieva Reuters

Las advertencias del Tesoro

En su mensaje de esta semana, Shambaugh dijo que “como respuesta a la pandemia y a la guerra de Rusia contra Ucrania, el FMI incrementó rápidamente la financiación de emergencia para ayudar a los países en tiempos de crisis a capear estos graves choques exógenos”.

“Estos préstamos no sólo ayudan a los países miembros, sino también a la economía mundial”, destacó el economista de Yale y California que fue miembro del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca entre 2015 y 2017.

De inmediato, aclaró: “A medida que los países se preparan para la recuperación, nos alienta el hecho de que cada vez más países estén abandonando la ayuda financiera de emergencia y busquen en cambio programas de alta calidad”.

“Estos programas deben ir acompañados de reformas políticas que restablezcan la estabilidad económica con vistas a un crecimiento sostenible”, precisó.

“El FMI debe asumir su rol y ayudar a los países a corregir los desequilibrios macroeconómicos subyacentes. Debe promover políticas que respalden la sostenibilidad fiscal y de la deuda, abordar la desalineación de los tipos de cambio y reforzar las reformas estructurales para catalizar un crecimiento sostenible e integrador”, precisó.

“El FMI debe colaborar estrechamente con las autoridades fiscales y monetarias de un país para identificar las reformas macroeconómicas necesarias para alcanzar los objetivos económicos. Y una vez logrados, el FMI debe mantenerse firme en su asesoramiento”, aclaró.

Pero para ser eficaz, subrayó, “el FMI debe estar dispuesto a retirarse si un país no toma las medidas necesarias. Es esencial que los programas no se limiten a proporcionar financiación”.

“La financiación debe servir para algo y venir acompañada de políticas que devuelvan la estabilidad al país”, dijo el funcionario del Tesoro.

“Un programa con un ajuste insuficiente sólo devolverá al país a la misma situación económica o a una peor, a menudo con más deuda. Y, si un programa carece de credibilidad, no puede traer consigo nueva financiación privada”, expresó.

“Confiamos en el FMI para que ayude a los países a salir de una crisis mejor de lo que estaban antes”, afirmó.

“Para ello, los programas tradicionales que ayudan a los países a resolver problemas inmediatos de balanza de pagos deben ser de carácter temporal. Los programas del FMI están estructurados para proporcionar financiación temporal en respuesta a crisis agudas, y el carácter rotatorio de la financiación del FMI es intrínseco a su mandato”, sostuvo.

Georgieva y Yellen Reuters

“Queremos un FMI en el que los países puedan solicitar su ayuda y salir de los programas con una base económica más estable”, dijo el representante del primer accionista del organismo.

“Sabemos, sin embargo, que algunos países, en particular los mercados emergentes abiertos, pueden enfrentarse a perturbaciones externas que pueden desbordar incluso las sólidas reservas macroeconómicas”, aclaró.

“Para los países que cumplen las normas más estrictas de política económica y gobernanza, la Línea de Crédito Flexible del FMI puede ofrecer una cobertura adicional de reservas para reforzar la solidez de los bancos centrales independientes”, sostuvo, en relación al esquema que tiene México.

“La credibilidad también está en juego. Esperamos que el FMI desempeñe un papel catalizador para ayudar a un país a recuperar el acceso al mercado”, aseguró.

“Esto requiere que el FMI intervenga rápidamente en situaciones de crisis, con una financiación sustancial respaldada por un ajuste macroeconómico y reformas sólidas”, explicó.

“Debemos hacer todo lo posible para reforzar la trayectoria del FMI, y eso puede significar tomar decisiones difíciles con los países miembros”, explicó.

“El FMI ha sido un ancla importante para el sistema financiero mundial. Y tenemos que asegurarnos de que pueda seguir desempeñando ese papel”, dijo el segundo de Yellen.

“Las perturbaciones afectarán a los países -especialmente a los más vulnerables- y el FMI debe estar preparado para apoyar a los países en su respuesta inmediata y ayudarles a reforzar su resistencia frente a futuras perturbaciones”.

“El mundo necesita que el FMI sea una voz de confianza. Un organismo que ofrezca asesoramiento y recursos, pero también que proporcione el asesoramiento riguroso necesario para reconducir la política económica hacia una base sólida”, concluyó. El gobierno de Joe Biden ha apoyado a la Argentina en el directorio del Fondo, pero no dejó de pedirle un plan consistente desde 2020.