El debate por la dolarización en la Argentina traspasó las fronteras, con un duro enfrentamiento entre el “halcón dolarizador” Steve Hanke y el think tank de los bancos internacionales.
El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) dejó en claro su posición sobre la cuestión, al indicar que la Argentina debe enfocarse en resolver sus problemas fiscales y no meterse en otra “camisa de fuerza” con un tipo de cambio fijo.
El economista jefe del IIF, Robin Brooks, fue taxativo al cuestionar a Ecuador como un ejemplo en este sentido para la Argentina: aunque valoró la fuerte reducción de la inflación, a la vez aclaró que no terminó con sus problemas fiscales no de financiamiento. Además, consideró que, como otros países de la región, debería apelar a la solidez fiscal y a un banco central independiente para reducir su alto nivel de precios.
“Un banco central totalmente independiente no está en las cartas de Argentina. Nunca lo ha sido y nunca lo será. En Argentina la anomia es endémica” (Hanke)
La réplica del economista Hanke de la Universidad Johns Hopkins en las redes fue letal: “Antidolarizador, Robin Brooks dijo que Argentina debería adoptar un banco central “PLENAMENTE INDEPENDIENTE”. Delirante. Un banco central totalmente independiente no está en las cartas de Argentina. Nunca lo ha sido y nunca lo será. En Argentina la anomia es endémica”.
Ante este disparo retórico, Brooks le respondió: “¿Cuál es su opinión sobre los puntos de fondo sobre los que le he preguntado repetidamente : (¿cómo evitará Argentina la trampa de la apreciación del dólar en la que cayó Ecuador? y ¿cómo evitará una Argentina dolarizada el estancamiento económico que ha dejado a Ecuador rezagado respecto de otros países de América Latina?”, replicó.
Brooks exhibió un gráfico que indica que Ecuador ha mostrado una performance en su crecimiento per cápita peor al de otros países de la región que no dolarizaron.
Hanke por su parte es un defensor acérrimo de la dolarización, asesoró a Carlos Menem a fin de su mandato para intentar promover este cambio, sin éxito, porque el gobierno ya había perdido poder y por la oposición de Estados Unidos. “Argentina debe eliminar el peso y la capacidad del Banco Central de emitir”, explicó a Infobae semanas atrás.
“Con la dolarización, se impone una dura restricción presupuestaria a las autoridades fiscales porque ya no hay un banco central que pueda conceder créditos al gobierno. Como resultado, los gobiernos se ven sometidos a restricciones monetarias y fiscales, se controlan la inflación y los déficits fiscales, se eliminan las crisis cambiarias y las crisis bancarias son mucho menos frecuentes que en países comparables que operan con bancos centrales que emiten sus propias monedas nacionales”.
Debate puertas adentro
De todos modos, en los últimos días, se produjeron varios cruces dentro del espacio de Javier Milei sobre el rumbo de esta medida y hasta el propio economista y candidato libertario cambió sus conceptos.
Por un lado, sus asesores Carlos Rodríguez, Diana Mondino, Juan Nápoli y Darío Epstein salieron a matizar la posibilidad de implementar este cambio, con diferentes argumentos. Desde la imposibilidad de levantar el cepo de inmediato por la falta de dólares, hasta la advertencia de que para llegar a ese punto habría que pasar antes por una hiperinflación y un plan Bónex y la relativización de la posibilidad de eliminar el BCRA.
¿Cómo evitará Argentina la trampa de la apreciación del dólar en la que cayó Ecuador? ¿Cómo evitará una Argentina dolarizada el estancamiento económico que ha dejado a Ecuador rezagado respecto de otros países de América Latina? (Brooks)
El propio candidato, que suele indicar que su esquema preferido es la dolarización, este fin de semana, para criticar a un grupo de 200 economistas que cuestionó la idea, dijo que él está a favor de una “competencia de monedas”, una acepción diferente a la que había manifestado previamente. En su entorno afirman que en realidad estos giros discursivos no afectan la imagen del candidato y, además, aclararon que la base es dejar que el espacio de Juntos por el Cambio siga apareciendo en una posición reactiva a todo lo que él dice.
Ante el documento preparado por economistas de diferentes tendencias, incluyó una cita bíblica e indicó que se trataba de un “grupo de fracasados” que justificaban el “robo”, pero no entró a debatir los argumentos de expertos tan diversos como Miguel Ángel Broda, Marina Dal Poggetto, Eduardo Levy Yeyati, Marcos Buscaglia y Roberto Frenkel, entre tantos otros.
Algunos ejes del documento indican que:
-”Hay, en primer lugar, obstáculos prácticamente insalvables para su adopción: carecemos de los dólares necesarios para rescatar la base monetaria y ofrecer un respaldo razonable a los depósitos bancarios (que, aun así, quedarían sin un prestamista de última instancia en caso de episodios de stress financiero)”.
-”Las propuestas existentes para reparar esta escasez de divisas suponen incrementos absurdos de la deuda pública que comprometerían aún más la percepción de insostenibilidad de las finanzas gubernamentales”.
-”La única alternativa, entonces, sería dolarizar a un tipo de cambio tan elevado que provocaría una espiralización adicional de la inflación como consecuencia del colapso de la demanda real de dinero que presumiblemente gatillaría el solo anuncio de avanzar en esa dirección”.
-”Provocar un estallido (hiper)inflacionario no parece un comienzo muy auspicioso para “estabilizar” la economía. Además, aun en “régimen” -y luego de pagados estos innecesarios y enormes costos iniciales- el funcionamiento del esquema es enteramente inapropiado para las características de una economía compleja y muy poco correlacionada con el ciclo macroeconómico estadounidense como la argentina”.
-”Aunque la credibilidad brindada por el ancla monetaria podría provocar una eventual convergencia en algún momento a los registros inflacionarios de EEUU, el funcionamiento macroeconómico estaría plagado de rigideces y dificultades”.
-”Con escasa flexibilidad nominal, inexistente integración con los mercados de factores del emisor de la moneda y ausencia de transferencias fiscales compensatorias, la ocurrencia de shocks externos adversos nos sometería a recurrentes períodos recesivos y de elevado desempleo con vistas a recuperar competitividad externa, tal como ocurrió en el final del régimen de Convertibilidad y como muestra la evidencia de los países de la región que han dolarizado recientemente”.
-”Más lejos en el tiempo, una de las mayores falencias de los esquemas de patrón oro era su rigidez para lidiar con la fase descendente del ciclo provocando una dolorosa contracción deflacionaria, muy lejos del mecanismo de “ajuste automático” predicho por David Hume (1752). No por nada gigantes del pensamiento económico como John Maynard Keynes y Milton Friedman atribuían a la vigencia de esta “reliquia bárbara” la virulencia de la Gran Depresión”.
-”Del lado fiscal, debe sumarse el hecho de que las alquimias monetarias no son sustituto adecuado de un firme compromiso con el equilibrio intertemporal de las cuentas públicas”. Más allá del cruce en las redes, el debate promete continuar, dentro y fuera del país; de hecho, un artículo en The Economist señaló en las últimas horas que “la Argentina debería defaultear, no dolarizar” al mostrar la gravedad de la situación local.