En una sesión mayorista con negocios por USD 374,4 millones en el segmento de contado (spot), el Banco Central se alzó con compras por 52 millones de dólares.
De esta forma, la entidad monetaria anota saldo a favor por su participación en el MULC por unos USD 249 millones en el inicio de septiembre. Asimismo, en el transcurso del 2023 el Banco Central mantiene un saldo neto negativo de unos USD 2.031 millones por su intervención.
Con el dólar soja ya instrumentado, las ventas se activaron en los 160.000 pesos, es decir, unos USD 448 por tonelada. Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, indicó que “la industria marca que, a este precio, pierde dinero” con la molienda. “Estamos ante un dólar soja totalmente diferente y es muy difícil estimar el precio real que se podría pagar. Además de la industria, entró la exportación de poroto, y la mejora del tipo de cambio es sobre el FOB -que no es tan claro- y, luego, hay que detraer costos de exportación/molienda, que no son sencillos”, detalló.
“En este programa también entró la exportación y así como el productor ve que hay un plus para la exportación, y presiona por valores más altos, los compradores del mundo también ven lo mismo. “Los productores saben que la exportación tiene algo extra para mejorar su margen, retraen su oferta y hacen subir los precios; y los compradores internacionales hacen el mismo razonamiento: retraen sus ventas y los precios de exportación bajan. Esto hace que los márgenes de la industria vayan cayendo”, explicó el académico de la Universidad Austral.
“Argentina aplica un plan económico que genera recesión, poca inversión y falta de confianza. La devaluación del peso a $350 por dólar, tiene la sensación de gusto a poco. No invita a que los inversores liquiden exportaciones, vendan dólares en el mercado y dejen de demandar productos importados”, expresó el analista y asesor de negocios Salvador Di Stefano.
Las reservas internacionales del Banco Central crecieron en USD 34 millones el viernes, para finalizar en los 27.682 millones de dólares. No obstante, en lo que va de septiembre dicho stock de activos cedió en USD 132 millones, aún con el aporte de las liquidaciones del agro por el nuevo dólar soja.
Los expertos de GMA Capital señalaron que “la dolarización se convirtió en el ‘caballito de batalla’ de la campaña de Javier Milei, y no deja de ser una fuente de incertidumbre para el mercado. Más allá de los costos y beneficios de eliminar el peso, la principal complicación que esta visión enfrenta es que las reservas netas del Banco Central son negativas en más de USD 4.000 millones, mientras que los pasivos monetarios suman USD 34.500 millones al tipo de cambio ‘contado con liqui’”.
Un informe de Invecq Consultora Económica precisó que “el comportamiento errático de la industria es un síntoma de la inestabilidad macro argentina, y en particular de la discrecionalidad de la política cambiaria: cuando se endurece el cepo para “cuidar los dólares”, la actividad se resiente -y viceversa-. En este sentido, cabe destacar que durante el último trimestre -y en particular en julio- hubo un importante ajuste del ‘torniquete importador’, que explica en parte el enfriamiento del sector: la diferencia entre las importaciones devengadas y pagadas promedió los USD 1.584 millones en mayo-julio (USD 2.130 millones en el último mes), cuando venía de USD 727 millones en marzo-abril; diferencia que, en el acumulado anual, ya alcanzó los USD 8.676 millones”.