En las vísperas de la primavera, el ministro de Economía y candidato a presidente, Sergio Massa, consiguió uno de sus objetivos más ansiados: mantener bajo control las cotizaciones libres del dólar y reducir la brecha cambiaria. Si bien se mantiene por encima de 100%, al menos se redujo desde el salto a 130% que pegó cuando el dólar informal orillaba los $800 por unidad, lo mismo que el implícito en el contado con liquidación (CCL).
En las últimas ruedas, sin embargo, las cotizaciones marcaron una tendencia bajista que se consolidó al cierre del viernes cuando el CCL operó en $742 y en $710 el blue. En el origen de esa nueva -y probablemente transitoria- pax cambiaria se encuentra, según distintos analistas, el mayor poder de fuego para intervenir en el mercado que otorgó la reciente implementación del dólar soja 4, que además aporta la “virtud” de aumentar la oferta en el segmento de contado con liqui, y mejora las finanzas públicas, con el pago anticipado de retenciones sobre las exportaciones del complejo oleaginoso.
Esto porque habilita a los exportadores a liquidar 25% de sus ventas en ese mercado y no únicamente en el tipo de cambio oficial.
Con un desempeño que se encuentra alineado a la expectativa oficial de lograr un ingreso de divisas por unos USD 2.000 millones, el mercado financiero recibiría unos USD 500 millones, al tiempo que el Banco Central logra hacerse con una porción considerable del resto.
Con una expectativa oficial de que se liquiden USD 2.000 millones con el dólar soja, el mercado recibiría USD 500 millones
Hasta el viernes, el promedio diario de compras netas superaba los USD 100 millones, fondos que la autoridad monetaria termina destinando más intervenir en el mercado cambiario que a acumular reservas.
En ese sentido, en Aurum Valores aseguraron que “la intervención en el mercado de dólares financieros (desde comienzos de agosto) le habría costado al BCRA perder prácticamente todos los dólares que logró acumular por el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC).
En cualquier caso, la preocupación ahora del mercado es determinar si la baja de los dólares financieros es un reacomodamiento consistente con el resto de las variables o si bien, cuando expire la medida por la cual se advierte ese mes una oferta adicional de divisas, volverán las presiones. Eso podría ocurrir en los primeros días de octubre, tras el vencimiento el 30 de este mes, de la última edición del Programa de Incentivo Exportador. O, tal vez, antes.
“A medida que la inflación y las tasas reales negativas ejercen presión, se podría llegar a observar una nueva escalada de los dólares financieros y de la brecha en las próximas semanas”, sostuvieron desde el Grupo IEB.
A medida que la inflación y las tasas reales negativas ejercen presión, se podría llegar a observar una nueva escalada de los dólares financieros y de la brecha (Grupo IEB)
Con una mirada similar, los economistas de Delphos Investments advirtieron a sus clientes sobre la tentación de volver al carry trade -apostar a la tasa de interés en vez de a los activos dolarizados- ya que si bien el nuevo dólar soja “puede traer oferta adicional al mercado, es importante destacar que en la actual coyuntura las apuestas de carry trade resultan riesgosas por la fuerte volatilidad de las expectativas en tiempos electorales y la posibilidad de una nueva aceleración nominal hacia fines de octubre o noviembre”.
Por el momento, la menor brecha cambiaria y de las presiones sobre las cotizaciones del dólar en las franjas libres (MEP y CCL) le permite al Banco Central morigerar las restricciones extremas al pago de importaciones, además de esencialmente aumentar la capacidad de intervención. Claro que todo lo que se liquide hoy, faltaría mañana, alertan los analistas de las consultoras privadas.
“Antes del anuncio esperábamos que las liquidaciones de agro divisas ronden USD 1.000 millones en septiembre, pero tras el “Dólar Soja IV” estas alcanzarían a USD 2.000 millones. En los siguientes meses las liquidaciones serán mínimas hasta la nueva campaña de trigo”, estimaron los economistas de la consultora Equilibra.
El punto es central, ya que el calendario juega en contra de las pretensiones electorales del Gobierno, motivo por el cual la mayor obsesión del ministro Sergio Massa es lograr sostener la brecha en los niveles actuales.
Actualmente, un salto en los dólares paralelos se filtra con mayor facilidad a la inflación y aumenta las expectativas de devaluación (Ecolatina)
“Recordemos que mantener contenida a la brecha cambiaria es parte esencial del plan Massa”, apuntaron desde Ecolatina donde los economistas advirtieron que actualmente, un salto en los dólares paralelos se filtra con mayor facilidad a la inflación y aumenta las expectativas de devaluación, reduciendo aún más la oferta neta de divisas.