El Foro de Convergencia Empresarial, en el que convergen una variedad de entidades que nuclean a empresas productoras de bienes y prestadoras de servicios emitió hoy un comunicado en el que manifestó su adhesión al contenido del documento “El sector privado es clave para el desarrollo”, que había dado a conocer el sábado por la noche la Asociación Empresaria Argentina (AEA), una de las fundadoras del Foro.
“El documento resume las posiciones en materia económica, social y de fortalecimiento a las instituciones de la República que viene sosteniendo el Foro desde su creación en el año 2014 en documentos y comunicados y destaca el papel clave del empresariado en el desarrollo de Argentina y la generación de empleo genuino en el sector formal de la economía. Esperamos que estos claros conceptos sean tenidos en cuenta por las personas a las que les toque encarar la difícil situación en la que se encuentra nuestro país”, dice el texto del Foro de Convergencia.
Ya en julio pasado el propio Foro, AEA, La Unión Industrial Argentina (UIA) y la Bolsa de Comercio de Córdoba, entre otras entidades, habían condenado casi en simultáneo el aumento de la presión fiscal por parte del gobierno y reclamado que el gobierno abandonde “la improvisación y la discrecionalidad” y presente “un plan macroeconómico”.
Contundente
De todos modos, hasta el pronunciamiento de AEA el sector empresario no había dado a conocer un documento tan contundente y preciso como el de ayer, en el que a cinco semanas de la elección presidencial del 22 de octubre los más poderosos empresarios de la Argentina subrayaron que es imprescindible ”el pleno respeto a las instituciones de la República consagradas en nuestra Constitución Nacional” y subrayaron “la extraordinaria relevancia del principio constitucional de la división de poderes, de contar con una Justicia independiente, así como de garantizar la libertad de expresión”.
En el documento al que ahora adhirió el Foro de Convergencia, los empresarios condenaron que la Argentina viva “desde hace largos años con el flagelo de la alta inflación, con déficits permanentes en las cuentas públicas, con la ausencia de una moneda respetada, con una muy elevada y distorsionada presión tributaria sobre el sector formal, con varios tipos de cambio, con injerencias indebidas en el ámbito propio de las empresas como son los controles de precios, o las múltiples restricciones vinculadas al comercio exterior; por solo nombrar algunas anomalías”.
Un pasaje en particular destacó la centralidad de las empresas en el desarrollo económico del país. “Son las empresas las que, a pesar de los altibajos de la economía, han invertido en el país durante décadas. Son las empresas las principales generadoras de empleo para los argentinos. Son las empresas las que producen bienes y servicios que abastecen el mercado interno y exportan al resto del mundo, generando divisas para el país. Son las empresas las que, junto con los ciudadanos, con sus impuestos, sostienen el funcionamiento del Estado. Sin empresas no hay país”, enfatizó un pasaje clave del documento de AEA.
Más aún, el documento recordó que “la injerencia del Estado en el ámbito propio de la actividad privada ha dado siempre el mismo resultado negativo: menor competitividad y retracción de las inversiones. Las consecuencias para la Argentina de este tipo de prácticas han sido el estancamiento económico y el deterioro social, impactando especialmente en los sectores más desfavorecidos”. E insistió en que para que la Argentina crezca “es imprescindible generar las condiciones que estimulen la inversión por parte del sector privado, lo que significa entre otras cosas que se reconozca la rentabilidad como un elemento central de la actividad empresaria”, para lo cual consideró “vital asegurar la libertad de precios ya que las intervenciones gubernamentales sobre ellos generan desincentivos a la inversión y a la acción empresaria”.
Evidencia y condiciones
El documento incluyó además varios gráficos, elaborados en base a datos oficiales y de organismos internacionales, para poner en evidencia los muy malos resultados de la economía argentina en las últimas décadas, en términos absolutos y más aún en la comparación internacional, en materia de evolución del PBI por habitante, déficits fiscales e inflación argentina, en todos los casos desfavorables respecto de otros países latinoamericanos.
Tras describir como “condiciones iniciales” la dramática situación en que se encuentra el país, la AEA listó 12 “condiciones necesarias” para estabilizarlo e iniciar un nuevo ciclo de desarrollo, a saber:
1. Respetar y fortalecer las instituciones de la República.
2. Estabilizar la economía y equilibrar las cuentas públicas.
3. Garantizar la previsibilidad y estabilidad de las reglas de juego.
4. Reducir la muy elevada presión tributaria.
5. Reconocer y valorar el sentido de la rentabilidad y la inversión.
6. Asegurar la libertad de precios en un marco competitivo.
7. Crear y preservar empleos formales.
8. Canalizar el ahorro nacional por el sistema financiero y el mercado de capitales.
9. Impulsar las exportaciones.
10. Establecer marcos regulatorios que promuevan inversiones.
11. Garantizar una educación de calidad para todos.
12. Promover el diálogo entre la dirigencia política y la dirigencia empresarial