El expresidente de Ecuador, Jamil Mahuad, quien en el año 2000 dispuso la dolarización oficial de Ecuador, dijo que dolarizar la economía es tan riesgoso como un transplante de hígado, algo que se hace cuando no hay otra solución posible y ningún otro remedio funciona.
Hacerlo, dijo, requiere un muy riguroso estudio técnico-económico y un gran consenso político y social, de modo que sea una “política de estado”, respetada por los diferentes gobiernos que se sucedan en el país que dolarice.
Entrevistado por radio Mitre, Mahuad recordó que en el año 2000 Ecuador se encontraba en una situación dramática: el precio del petróleo, su principal producto de exportación, había caído a USD 7 el barril y los otros bienes (como el banano y el camarón) que completaban el 80% de las ventas externas ecuatorianas habían sido arrasados por el fenómeno climático de “El Niño”, los mercados internacionales estaban absolutamente cerrados por la sucesión de crisis de países del sudeste asiático y de Rusia y las conversaciones con el FMI no rendían frutos, ante lo cual decidió dolarizar porque la situación no daba para más.
La inflación era cada vez más alta, el salario mínimo equivalía a USD 49 y “la gente estaba desesperada”, dijo Mahuad. Además, explicó, el Banco Central se oponía a la medida, por lo que debió recurrir al Congreso, del que dependían las autoridades de la entidad, para remover a los vocales que se oponían. Y entonces dolarizó, porque todavía había reservas para hacerlo, pues el país había incurrido en default y, debido a la fuerte devaluación del sucre, las importaciones habían colapsado.
Derrocado
El exmandatario ecuatoriano precisó que él fue derrocado 11 días después de introducir la dolarización, pero no por esa medida, que fue aceptada de inmediato por la población, pues 70% de la economía ya estaba dolarizada, sino por el deterioro político previo, que no logró revertir pese a la buena recepción que tuvo de entrada la medida, a la que consideró un “ancla” que permitió estabilizar la economía.
Se puede dolarizar con recursos propios, con recursos ajenos o con una mezcla de ambos, dijo. Ecuador lo hizo con los que todavía tenía, pues había entrado en default y sus importaciones habían colapsado. Si esperaba un año más -señaló- ya no tendría reservas para hacerlo. Además, recordó, el FMI se oponía a la dolarización.
Distinto fue el caso de El Salvador, explicó, que dolarizó sin estar en crisis y consultó a EEUU. En el caso de la Argentina, con reservas negativas, Mahuad consideró “fundamental” lograr algún apoyo externo.
Condiciones para dolarizar
Para dolarizar, enfatizó, hacen falta 3 condiciones.
En primer lugar, “un equipo técnico que haga todos los análisis, estudie todas las cifras y se las sepa de memoria, y que el debate técnico no sea una pelea de cultos entre fanáticos a favor de la dolarización y fanáticos en contra de la dolarización”.
La segunda condición, dijo, es que la sociedad acepte la dolarización, cosa que ya ocurría en Ecuador, que estaba 70% dolarizada de hecho.
Y la tercera, que haya “viabilidad política”, porque dolarizar, dijo, “no es una decisión económica, se trata de una política pública a mantener en el tiempo. Tiene que ser una política de Estado”.
En Ecuador esas condiciones se dieron y por eso la dolarización resistió desde entonces 6 diferentes gobiernos, incluso los dos mandatos de Rafael Correa, quien –dijo Mahuad- “hizo todo los posible para debilitar la dolarización, pero no se animó a salir de ella porque el dólar era más popular que él”.
El exmandatario dijo que en el caso de la Argentina, que no tiene recursos propios es “fundamental” un acuerdo con el exterior, e hizo un paralelo de lo que sucedió en Ecuador con el caso de un amigo suyo, de nombre “Dan”, que tras muchos tratamientos que no dieron resultado el médico que lo atendía le dijo que debía hacerse un transplante de hígado. Dan se resistía, explicó Mahuad, hasta que el médido le dijo “Dan, tu hígado no da más, necesitas un transplante, o te transplantas o mueres”. Es por eso, dijo Mahuad que “una dolarización equivale a un transplante de hígado”.
El rol de Cavallo
Mahuad recordó también que cuando decidió dolarizar llamó a Domingo Cavallo, a quien había conocido siendo alcalde de Quito, cuando el economista argentino era canciller de Menem, porque la convertibilidad que había hecho la Argentina era lo más parecido a la dolarización que él dispuso en Ecuador. Ambos tenían un conocido en común, el economista Rudiger Dornbusch. Cavallo, recordó, les presentó economistas de la Fundación Mediterránea, pero el equipo que diseñó e implementó el proceso, enfatizó, se integró con “los mejores profesionales ecuatorianos que pude reunir”.
Además, dijo que pese a que él fue derrocado 11 días después de iniciada la dolarización, los funcionarios y el equipo técnico que la habían estudiado e instrumentado siguieron en sus cargos, lo que fue clave para el éxito de la medida. Además, señaló, el proceso dolarizador se afirmó porque en el primer año los depósitos en dólares en los bancos aumentaron 30 por ciento.
Mahuad dijo también que hace dos años mantiene contactos con Emilio Ocampo y Alfredo Romano, dos de los partidarios de la dolarización que asesoran a Javier Milei, relación que –explicó- se inició mucho antes de la irrupción política del hoy líder de “La Libertad Avanza”. Refirió incluso que él y un equipo de colaboradores publicaron una suerte de “Memoria” de 1.100 páginas titulada “Así dolarizamos Ecuador”.