La inflación ya se comió la devaluación de agosto y se descarta una posible salida del cepo a lo Macri

El traspaso a precios del ajuste cambiario fue inmediato. Milei ya reconoció que no tiene en sus planes una liberación cambiaria por riesgo de hiperinflación y Melconian también aseguró que llevará tiempo. Massa se juega a estabilizar el dólar hasta las elecciones para llegar con chances

Enero de 2016: Massa, entre Marcos Peña y Mauricio Macri, cuando acompañó a Davos al entonces presidente, que decidió salir de inmediato del cepo y asumir una devaluación. Hoy todos los candidatos desechan ese camino

El salto cambiario que decidió Sergio Massa a instancias del FMI quedó sepultado en cuestión de días. La mejora de la competitividad que busca cualquier devaluación no duró ni un suspiro. Las inflación se llevó puesto el ajuste cambiario en tiempo récord y no solo condiciona la marcha de la economía en el tiempo que queda hasta las elecciones, sino incluso las primeras medidas del futuro gobierno a partir del 10 de diciembre.

Los números hablan por sí mismos. Entre el crawling peg de las dos primeras semanas del mes y el ajuste de una sola vez tras las PASO, el dólar oficial saltó un 27%, hasta los 350 pesos. Las estimaciones de inflación de agosto arrojan un 11%, a lo que se sumaría otro 14% de septiembre. Quiere decir que los precios también subieron en un rango de 26 a 27% promedio. El traspaso de la devaluación a los precios fue prácticamente inmediato.

Nada indica que el proceso haya concluido. Los proveedores de casi todos los rubros todavía cambian semanalmente la lista de precios, hay problemas de abastecimiento y las restricciones para conseguir insumos importados se mantienen, complicando todavía más el panorama.

A las apuradas, Massa decidió avanzar con una serie de congelamientos de precios hasta fin de octubre. Al mismo tiempo definió una serie de medidas para que los ingresos de jubilados, beneficiarios de planes sociales, monotributistas y empleados tengan un menor impacto en sus ingresos. Por supuesto que todo a costa de una olla a presión que no podrá contenerse mucho más allá de fines de octubre, después de las elecciones presidenciales.

“No menos de un año”

Domingo Cavallo se ocupó de esta dinámica de devaluación e inflación en el más reciente posteo a su blog. El “padre de la Convertiblidad”, muy escuchado y citado por Javier Milei, puso paños fríos sobre una posible salida del cepo cambiario. “Dejar atrás las restricciones cambiarias podria llevar no menos de un año. Un plan de estabilización que arranque con un fuerte salto cambiario provocaría más inflación, generando malestar social y atentando contra la credibilidad del mismo”.

La salida del cepo cambiario llegaría recién al final del camino, cuando se haya consolidado el programa fiscal y el Gobierno que asuma el 10 de diciembre logre la confianza de los inversores. Mientras tanto, Massa precisa que no se vuelvan a disparar los dolares financieros para llegar con chances a las elecciones de octubre

La hiperinflación luce lejana, pero el fantasma sigue presente a partir de la fuerte aceleración de precios de los últimos meses. De un ritmo “crucero” de 6% mensual en 2022, la economía pasó a un 8% en la primera parte de este año y ahora se ubica en un rango de 10 a 12% mensual. Todo un contexto de fuerte desaceleración inflacionaria en todo el mundo.

Massa, y a su derecha Kicillof y de Pedro, en la inauguración de un paso bajo nivel en San Vicente, este sábado

La brecha cambiaria también volvió a los niveles previos a la devaluación, cuando justamente la intención era achicarla. Pero los dólares financieros aumentaron hasta 32%, incluso más que el tipo de cambio oficial.

El fuerte déficit fiscal, la aceleración de la expansión monetaria y un Banco Central que se quedó sin reservas están pasando factura. Las últimas medidas del Gobierno le echan más nafta al fuego, complicando todavía más el arranque de la futura administración, porque no hacen más que aumentar los desequilibrios.

La suba del dólar oficial fue de 27% en agosto, entre el aumento gradual de la primera quincena y la devaluación brusca post PASO. El traspaso a precios fue casi inmediato: la inflación acumulada entre la segunda semana del mes pasado y la de septiembre oscilaría también el 27%

Todas las miradas apuntan a una posible salida del cepo cambiario. Pero la dinámica será bien distinta a lo ocurrido hace ocho años. La primera medida adoptada por Mauricio Macri junto al presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, fue abandonar el cepo cambiario de la noche a la mañana. Pero esta vez sería imposible. La inflación es cinco veces más alta que en 2015 y la brecha cambiaria supera el 120% contra 40%. Cristina Kirchner había dejado al Central sin reservas, pero ahora las reservas netas son negativas en cerca de 14.000 millones de dólares.

Pesos encepados

En estas condiciones, liberar el cepo cambiario implicaría una fuerte devaluación del tipo de cambio oficial que rápidamente se trasladaría a precios. Milei ya hace tiempo que sostiene que no tiene en sus planes liberar las restricciones cambiarias en el corto plazo si llegara a la presidencia. “Con el enorme volumen de pesos y de Leliq emitidos, salir del cepo sería equivalente a una hiperinflación y eso no sería bueno para los argentinos”.

Los 3 principales candidatos saben que no es posible salir rápido del cepo

Carlos Melconian, ya designado por Patricia Bullrich como futuro ministro de Economía en caso de llegar a la presidencia, también fue cauto: “Desde el primer día vamos a trabajar en desarmar la telaraña de restricciones cambiarias que existen. En el horizonte está la salida del cepo, será rápida pero atemporal, es imposible fijar un plazo hoy”. El director de la Fundación Mediterránea se había opuesto en 2015 a liberar el cepo sin hacer antes el ajuste fiscal, enfrentándose en aquel momento con Sturzenegger y con el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay. El tiempo le daría la razón.

Tanto Milei como Melconian ya dejaron en claro que es imposible arrancar el próximo gobierno sin cepo, ante el peligro de desatar una hiperinflación. Ambos ponen como prioridad la estabilidad fiscal y la recuperación de la confianza. El primero insiste con una polarización, mientras que el elegido de Bullrich se vuelca por la idea de un sistema “bimonetario”

Los tiempos que propone Cavallo para abordar este tema clave son los siguientes: retomar el ajuste gradual del tipo de cambio como se venía haciendo antes de las PASO, lanzar un plan creíble de estabilización eliminando el déficit fiscal en primer término, y recién ahí pensar en liberar el cepo. El objetivo sería evitar un nuevo salto brusco del tipo de cambio como el ocurrido en agosto, que solo generó mayor inflación y un aumento de la brecha cambiaria.

El FMI insistía en que el tipo de cambio acumula un atraso de entre 20 y 25 por ciento. Pero acomodarlo con una devaluación no dio resultado, ante la falta de un plan o de medidas concretas que generen confianza.

El comportamiento de la economía ahora se mide día a día, quedando a merced de las necesidades de Massa, que precisa cierta estabilidad para llegar con chances al 22 de octubre. Sus cálculos indican que estaría cerca de un balotaje, pero no lo tiene asegurado. Necesita en primer lugar que Milei no supere el 40% de los votos y además dejar en el camino a Bullrich. Para eso precisará mantener los dólares financieros controlados con más intervenciones del Central y que no se produzcan nuevas presiones inflacionarias. En medio de la fuerte incertidumbre previa a las elecciones, ninguna de estos dos supuestos está asegurado.

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