Ganó el mundial de emprendedores, es padre de uno de los unicornios argentinos y cimentó su imperio millonario simplificando la operatoria a escala global de los gigantes de Silicon Valley en países emergentes.
Gastón Taratuta, un argentino de 51 años que hace casi tres décadas vive en Estados Unidos, es la cabeza detrás de Aleph, un holding de publicidad digital que es el representante comercial en más de 90 países de 35 empresas digitales como TikTok, Twitter, Snap, Spotify, Uber, Meta, Microsoft, Twitch y Google.
Actualmente, la compañía tiene 1.500 empleados y consiguió inversiones de socios institucionales como CVC Partners, Mercado Libre, Sony, Twitter y Snap.
En 2021, luego de recibir una inversión del fondo CVC de USD 470 millones, la empresa superó los USD 2.000 millones de valor de mercado, alcanzó el estatus de “unicornio” y se sumó al selecto club de empresas tech celestes y blancas de élite, junto a Mercado Libre, Globant, Auth0, Ualá, Bitfarms, Ualá, Tienda Nube y otras cinco empresas que nacieron en Argentina o tienen fundadores locales.
Un año después se quedó con el primer puesto del EY World Entrepreneur of the Year 2022, una competencia global en la que participan emprendedores de más de 60 países. Fue el primer argentino en lograrlo.
Fanático de Racing, estuvo en la Argentina días atrás para presenciar el partido de cuartos de final de la Copa Libertadores que su equipo perdió con Boca. En la camiseta del club que dirige Fernando Gago aparece como sponsor Digital Ad Expert, el proyecto de Taratuta para educar en marketing y publicidad digital, y de manera gratuita y online, a 100.000 personas en los países en los que Aleph tiene presencia, empezando por la Argentina.
“Somos una empresa que ayuda a otras a hacer negocios en más de 90 mercados emergentes. En vez de que Twitter tenga oficinas propias comerciales en Polonia, India y Nigeria, por ejemplo, utiliza los servicios de Aleph y nos ocupamos de la monetización, de vender publicidad de la empresa en esos mercados locales, de pagos a través de las fronteras, cobros, facturación y convertir la moneda local a dólares. Nos ocupamos 360 grados de todo lo que tenga que ver con desarrollar publicidad digital en economías emergentes”, describe Taratuta.
Emergente de una familia de clase media porteña, el empresario emigró a Estados Unidos en 1996, realizó un MBA en la Florida International University y luego empezó a trabajar en la brasileña UOL en el incipiente mundo de la publicidad digital. Vivió en Brasil y Argentina y, finalmente, regresó a EEUU.
“Un día me llegó la oportunidad de ser emprendedor, sin querer… me empujaron. UOL me echó, pero me pidieron que los represente comercialmente en EEUU y el resto del mundo. Era diciembre de 2004: dos meses después, con apenas USD 5.000 propios, arranqué IMS, mi primera empresa, en Miami. En ese momento no se hablaba casi de publicidad digital, nadie sabía qué era. Representaba el 0,1% del presupuesto publicitario de EEUU… hoy es más del 60 por ciento. Es the revenge of the nerds (la revancha de los nerds): esperamos 20 años para este momento”, destacó en diálogo con Infobae.
— Comunicaron la intención de comenzar a cotizar en Wall Street, pero dieron un paso atrás. ¿Qué pasó?
— Nunca levantamos un solo dólar de capital. Todo trabajo propio, sangre propia. El año pasado hicimos la inscripción en la SEC (la Comisión de Valores de EEUU) para hacer el IPO (Oferta Pública Inicial), pero la retiramos porque el mercado está complicado: no hay ofertas públicas desde hace 20 meses. Además, no necesitamos los fondos. Llegué en 1996 a EEUU, abrí una cuenta bancaria, deposité USD 1.000 dólares y me pagaban el 6% al año. En dos décadas, ese 6% se fue a 0% y ahora es otra vez 6 por ciento. Con lo que vale la tasa de interés en EEUU y las perspectivas del mercado no hay apetito para ofertas públicas.
— ¿Es un sueño para usted cotizar en Wall Street?
— Soñe con clink, clink, clink (por el ruido de la campana que se toca en Wall Street) y trabajé mucho para eso. Me acuerdo haber estado repitiendo la misma presentación 37 veces en tres días. Es una experiencia increíble porque aprendes un montón, pero por suerte no precisamos ir a una IPO y exponernos de una manera vertiginosa.
— ¿Cómo es convertirse en un especialista en hacer negocios en destinos que pueden ser operativamente complejos?
— Quien opera en Argentina…
— … puede hacer negocios en todo el mundo.
— Sí, pero no sólo en ésta Argentina, habló de los últimos 40 años. Si manejás en San Pablo, manejás en cualquier parte del mundo, estás más preparado para lo inesperado. Fuimos creciendo vía adquisiciones, en Oriente Medio, África y Europa del Este. La verdad, para resolver la problemática de Francia y Alemania no nos contratan. El mundo genera un PBI de unos 100 billones de dólares. Diez países son USD 60 billones y el G20, USD 85 billones. Otros 180 países tienen el resto, unos USD 15 billones. Si sos una gran empresa americana, ¿dónde te vas a concentrar? En los primeros veinticinco países. Las grandes compañías de Silicon Valley tienen presencia en entre 18 y 35 países. El resto del mundo para ellos es un dolor de cabeza y para mí es una gran oportunidad.
— ¿Cuáles son los problemas que les generan a las compañías esos dolores de cabeza?
— En Nigeria, 50% de devaluación el último mes. En Bangladesh la Reserva Federal no te deja sacar los dólares. En Camboya hay problemas. En Argentina… Bueno, acá no se pueden sacar los dólares. Resolvemos esos conflictos y dejamos que las empresas se ocupen de su foco y de los mercados primarios.
— ¿Cómo ve a Argentina desde Estados Unidos?
— El país está en una coyuntura específica y difícil. Si tomamos la deuda del país y la dividimos, el argentino promedio hoy debe entre 5.000 y 6.000 dólares, depende del tipo de cambio que se use. Pero todo el real estate del país, las 11 millones de propiedades, y el campo son de los argentinos, no es deuda. Obvio que hay gente que alquila y está claro cómo se multiplicó la pobreza. Dicho eso, hay recursos: litio, gas, soja, 7 millones de personas que hablan inglés. Argentina exporta sólo 18% de su PBI, 80.000 millones de dólares, y un tercio es soja y derivados. Chile exporta el 30%; Alemania el 35%; Israel el 40 por ciento. ¿Qué hay que hacer? Discutamos la coyuntura, pero hay que agrandar la torta. Argentina exporta USD 80.000 millones y tiene que exportar USD 180.000 millones. Las embajadas deberán ser verdaderas usinas de venta. Si pasamos a exportar 180.000 millones de dólares dejamos de administrar la coyuntura y empezamos a administrar riqueza. Prendo la tele y escucho mucho de la coyuntura y muy poco de cómo agrandar la torta.
— Ahora estamos en un proceso electoral. ¿Escuchó a alguno de los candidatos hablando de ese tema?
— Es que la coyuntura es muy complicada. La coyuntura gana votos y los que pelean electoralmente quieren ganar. Hay que hacer las dos cosas: coyuntura y multiplicar las exportaciones.
— ¿Cree que la dolarización puede ser una solución para Argentina?
— No tengo condiciones técnicas para responder. No le estoy escapando a la pregunta, pero no estoy preparado para decirlo. Dicho esto, a mí me encantaría que la Argentina tenga su moneda y sea competitiva. También es importante que la gente crea en su moneda.
— Además de hincha, es sponsor en la camiseta de Racing de Avellaneda con una iniciativa educativa. ¿De qué se trata Digital Ad Expert?
— Es un programa de educación certificada en marketing y publicidad digital. Le estamos enseñando a la gente a operar las plataformas que usan: Twitter, Instagram, Snapchat y TikTok. Lo empezamos haciendo en las agencias y a los clientes y un día lo lanzamos al público en general. Vamos a educar a 100.000 personas en todo el mundo para que aprendan marketing digital. Es la “soja digital”: Digital Ad Expert (digitaladexpert.com) es completamente gratis. Ya tenemos más de 10.000 personas certificadas. Al finalizar el curso, que dura tres meses, los alumnos reciben un certificado de Aleph, que a su vez comparte los perfiles de los graduados con sus miles de clientes a nivel global. Significa salida laboral; oportunidad para promocionar pequeños negocios y estructuras familiares.
— ¿Cuáles son los planes con Aleph para los próximos años?
— Hay que adaptarse a los cambios. Para nosotros es una ventaja que haya desventajas en los mercados emergentes. Venimos navegando esa ola desde hace casi dos décadas. Parte del foco futuro tiene que ver con pagos fronterizos, ayudar a compañías a traer dinero de economías emergentes a economías desarrolladas. En ese sentido, acabamos de lanzar Aleph Payments. Vemos mucha oportunidad en pymes que llegan al mundo de la publicidad digital. Hoy, una empresa de un país como Estonia, compite y es tercera en el App Store con una aplicación para bajar de peso. Creemos mucho en los negocios de publicidad y pagos; en ayudar a pequeñas y medianas empresas a entrar al mundo digital.