Tras la aprobación de la quinta y sexta revisión del acuerdo con el FMI, que habilitó el miércoles de la semana pasada el desembolso de USD 7.500 millones con el que se cubrieron los compromisos asumidos para pagar vencimientos al propio organismo, el Gobierno moderó notablemente su intervención en el mercado financiero del dólar.
Aunque no adjudicó un monto específico para dicha intervención, como esperaba el ministro de Economía, Sergio Massa, el organismo sí puso por escrito el aval a esa práctica para contener desbordes de las cotizaciones y la profundización de la brecha cambiaria, siempre en dentro de lo que describió como una operatoria “limitada”.
Si bien puede resultar prematuro sacar una conclusión, esos límites parecen haber entrado en vigencia ya que, desde las PASO, cayó el promedio diario de intervención comparado con las dos semanas anteriores a las primarias de USD 75 millones a USD 45 millones diarios, sumando desde el lunes 14 unos USD 400 millones, según datos del mercado. El volumen, dado el señalamiento del FMI de la posibilidad de intervenir sólo para evitar movimientos excesivamente abruptos, luce todavía alto en función de las escasas reservas con las que cuenta el Banco Central.
Esto a pesar de que, tras la devaluación y el cierre casi absoluto de las importaciones incluso en sectores críticos como el de la salud, el BCRA logró encadenar una seguidilla de compras en el mercado de cambios por más de USD 1200 millones. Esa cifra, sin embargo, no impactó el monto de reservas netas que sigue en terreno ampliamente negativo, sin perspectivas de mejorar. Por el contrario, las obligaciones de pago de deuda de los próximos meses indican más bien lo contrario y las proyecciones señalan que se cerrará el año con un nivel de reservas negativas cercano a los USD 10.000 millones.
“Si bien se moderó el uso de divisas para controlar los dólares financieros, con datos oficiales al 25 de agosto y considerando la caída de depósitos en dólares del sector público, la intervención oficial desde las PASO habría sumado unos USD 400 millones (USD 45 millones diarios)”, apuntaron desde Aurum Valores. Esa cifra contrasta con los USD 850 millones destinados a contener el aumento de la brecha cambiaria en las dos semanas previas. “Considerando el mes completo, la intervención por todo concepto (venta de reservas, más caída de depósitos en dólares del sector público) sumaría más de USD 1.250 millones (USD 75 millones diarios)”, puntualizaron en la consultora financiera.
Pese a los montos “invertidos”, la presión dolarizadora fue difícil de contener ante el contexto de alta incertidumbre electoral y también financiera, por lo cual, a pesar la magnitud de las ventas el dólar contado con liquidación en su versión llibre subió $250 (+45%), el MEP libre $230 (+44%), aunque en esta última variante, la cotización más intervenida por el Banco Central acusó una variación menor (se mantiene en torno a los $670) ya que está habilitada esencialmente para inversores minoristas. Para el resto, la Comisión Nacional de Valores (CNV) impuso una serie de restricciones que limitaron su demanda.
Como complemento a la devaluación y la suba de tasas de interés post PASO, la CNV dispuso un límite semanal para operar en el mercado de dólar financiero al establecer un cupo semanal de USD 100.000 en valores nominales para la venta de valores negociables de renta fija en dólares, emitidos tanto bajo ley local como de EEUU, con liquidación en moneda extranjera.
En valores reales, la cifra equivale a unos USD 40.000, dada la baja paridad de los títulos con los que se opera. La medida está vigente para “reducir la volatilidad del mercado financiero y su impacto sobre el normal funcionamiento de la economía, acompañar los esfuerzos por evitar desequilibrios en los llamados dólares financieros y desalentar movimientos especulativos”, en línea con el mismo objetivo al que apunta el BCRA al disponer de reservas para intervenir en esos precios.
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