Aunque falta una semana para que termine agosto, un estudio sobre el fortísimo aumento que tuvo en lo que va del mes el precio de la carne vacuna calculó por sí solo el producto aportará entre 3,2 y 4 puntos porcentuales a la inflación mensual que estima en un 12 por ciento.
Si bien aún no se conocen estadísticas oficiales que precisen el aumento que tuvo la carne vacuna, teniendo en cuenta los valores de 18 cortes que monitorea el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) Juan Manuel Garzón, especialista en temas agropecuarios, y Franco Artusso, investigadores del Ieral de la Fundación Mediterránea, estimaron que en la tercera semana el precio promedio llegó a $3.100 por kilo, un aumento del 55 a 60% respecto del arranque del mes.
Récord
Se trata del mayor aumento mensual de este producto clave en la canasta de consumo de las familias argentinas de los últimos 18 años, señalan los autores.
La suba del precio de la carne vacuna contribuyó en buena medida a la aceleración de la inflación minorista de agosto, en especial desde las PASO, la devaluación del 22% del dólar oficial el día después y la incertidumbre sobre el futuro que generó el resultado electoral. Las expectativas de un nuevo salto devaluatorio generan efectos que retroalimentan el problema inflacionario al generar paros de producción, ajustes de precios preventivos y retracción de productos en góndola, destacan Garzón y Artusso, a lo que se agregan las crecientes restricciones del gobierno sobre las importaciones.
La expectativa de un nuevo salto devaluatorio retroalimenta el problema al generar paros de producción, ajustes de precios preventivos y retracción de productos en góndola
La carne vacuna representa, por sí sola, un 6% de la canasta de consumo típica de la familia argentina, proporción que aumenta al 8% si se considera el gasto medio en proteínas animales, lo que también incluye el consumo de otras carnes, chacinados, huevos y hamburguesas procesadas, dice el informe.
Tomando esas proporciones y estimando un aumento de precios minoristas de ese grupo de productos de entre 40 y 50%, los autores estiman los 3,2 a 4 puntos de incidencia en la inflación del mes. El aumento de la carne en agosto sería así no solo el mayor aumento nominal sino también el mayor aumento real (descontada la inflación), desde el año 2005.
Además, analizando la cadena de producción y de valor de la carne, subrayan el impacto del gran aumento del precio de los animales en pie, pues entre la tercera semana de julio y la tercera de agosto, el precio del novillito en el Mercado de Cañuelas (ex Liniers) subió un 70 por ciento. De todos modos, cabe acotar que en los últimos días el precio de la Hacienda en Cañuela retrocedió entre 10 y 12% respecto del pico de casi $1.000 el kilo que había alcanzado el kilo promedio del ganado en pie.
Oferta y demanda
Los factores detrás del aumento de precios de la hacienda no son tan claros. Entre las hipótesis se encuentran un posible desequilibrio estacional entre la oferta y demanda de animales con destino exportación, la necesidad de recomponer márgenes en los feedlots (afectados por el precio del maíz y otros factores), y un traslado muy rápido y completo de la devaluación post PASO a los precios de la hacienda por retracción y/o menor disponibilidad de animales.
La carne vacuna representa, por sí sola, un 6% de la canasta de consumo típica de la familia argentina, proporción que aumenta al 8% si se considera el gasto medio en proteínas animales
Sobre cómo puede seguir los precios de la hacienda y la carne, el informe es muy prudente. “Debe monitorearse la respuesta del consumidor, si valida los nuevos valores o, por el contrario, se observa una retracción del consumo y, por el lado de los exportadores, si los negocios siguen siendo rentables a los nuevos precios, con un dólar oficial de $350 hasta octubre.
La prudencia es por cierto aconsejable a la hora de predecir los vaivenes de este mercado. Hace poco más de un mes, un análisis del mismo tipo había arriesgado que el precio de la carne podía seguir relativamente quieto hasta fin de año, ayudando a “desacelerar el ritmo de inflación”.
En dólar oficial, la más cara del Mercosur
Respecto a esto último, el trabajo señala: “nótese que los precios en dólares de la hacienda local han quedado bastante por encima de los valores de la región (Brasil, Paraguay, Uruguay), lo que limita la competitividad de los exportadores y pone cierto techo a los valores para las próximas semanas”.
En sentido contrario juegan factores como la alta “sensibilización” de los agentes económicos, lo alta que se mantienen las expectativas devaluatorias, se agudiza la escasez de reservas y se prolonga el rojo de balance comercial que, según los datos que ya informó el Indec, fue deficitario en 6 de los primeros 7 meses del año. En ese escenario, el cálculo es que a medida que avanza el año se notará más (a causa de la sequía) la falta de los dólares que aporta habitualmente el campo y que no aparecerán “por más dólar soja o dólar agro que se implementen”, notan los autores.
En cuanto al precio de la carne, el informe calcula que, de mantenerse los precios durante la última semana del mes, el precio al consumidor promediará unos $2.700 por kilo, un aumento del 40% nominal y 25% real (descontada la inflación). “Nótese que el hecho de promediar los valores observados en agosto (que es el método del Indec) suaviza el incremento; si se toma la variación de precios punta a punta del mes de agosto, el aumento sería mayor, más cercano al 55%-60%”, recuerdo el informe.
De dónde venía
A su vez, los autores afirman que el reciente aumento también debe relacionarse con lo sucedido (o lo no sucedido) en la etapa previa, en que el precio de la carne cayó 14% en términos reales. “Fueron 5 meses en los que los precios de la carne corrieron por detrás de la inflación general”, dice un pasaje del informe.
Hasta la tercera semana de julio el precio del novillito en el Mercado de Cañuelas (ex Liniers) era de $500 por kilo en pie, pero en la tercera semana de agosto llegó a $856, un 70% más, con un fuerte envión en la semana post-PASO. “De mantenerse el precio durante la última semana del mes, el novillito estará promediando $750 por kilo en agosto, un aumento del 48% nominal y del 32% real respecto a julio”, dice el informe.
De tan fuerte aumento de la hacienda, los autores citan causas posibles, como una combinación de factores estacionales, un menor flujo de ciertas categorías de animales (en particular vacas de descarte, de baja calidad), básicamente por el sostenido nivel de las exportaciones de este tipo de carne a China. Es cierto, dicen Garzón y Artusso, que se trata de un mercado segmentado, porque el mercado interno consumo carne de mejor calidad, “existen muchos vasos comunicantes y un desequilibrio en uno de los dos submercados lleva automáticamente a un desequilibrio en el otro”.
De hecho, especulan los autores, “el inicio del proceso de aumento del precio de la hacienda podría haberse generado en la revalorización de la hacienda con destino a China, que derivó luego en un ajuste de precios relativos en todas las categorías”.
Donde no parece haber motivos para el aumento es en los datos de envíos de animales a faena, que se mantuvieron muy sostenidos. En julio 2023 se faenaron en el país unas 178.000 cabezas más que en igual mes 2022 (+16% interanual) y en los primeros 7 meses del año, el flujo de animales enviados a faena fue 13% superior al del año pasado, con lo cual “el mercado sigue siendo muy bien abastecido, al menos en perspectiva a lo sucedido en el 2022″.
Se trata del mayor aumento mensual de este producto clave en la canasta de consumo de las familias argentinas de los últimos 18 años
En cuanto a agosto, en los primeros 22 días ingresaron al mercado concentrador de Cañuelas unas 84.700 cabezas, a un promedio de 3.850 por día. Si en los 7 días que quedan con operaciones hasta el cierre del mes ingresasen sólo 1.000 cabezas diarias, los ingresos totales de hacienda del mes alcanzarían a los de agosto 2022 y si ingresasen unas 2.000 cabezas diarias serían similares a los ingresos del mes pasado (julio), por lo que –subrayan los autores– “resulta difícil explicar la escalada reciente de precios de hacienda por el lado de la oferta total de animales que se están enviando al mercado”.
Desajuste
Sí podría haber, en cambio, un desajuste entre demandas y ofertas de las distintas categorías de animales (por caso, por efecto de la demanda china) que eventualmente disparó un ajuste y se mantuvo y profundizó con la devaluación post PASO. Esta, a su vez, “puede haber generado una sobre demanda de tipo ‘preventiva’, de ‘cobertura’ demoras ‘estratégicas’ en el envío de animales a faena, proceso retroalimentado a medida que los precios siguieron subiendo”, dice el informe.
La última respuesta la darán los consumidores, si validan los aumentos o retraen el consumo, y los exportadores, si los negocios siguen o no siendo rentables a los nuevos precios
Otro eslabón es el de los engordadores (feedlots), pues la expectativa de un posible menor flujo de animales en el futuro cercano puede presionar también los precios del presente.
La última respuesta será la de los consumidores internos a los nuevos valores, si los valida o por el contrario, retrae el consumo y, del lado de los exportadores, si los negocios siguen siendo rentables a los nuevos precios.
Lo cierto es que en un agosto de furia la carne habrá agregado entre 3,2 y 4 puntos a una inflación mensual ya de dos dígitos, un nivel muy preocupante incluso para los estándares inflacionarios de la Argentina.
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