Sergio Massa vuelve de EEUU: anuncios diarios para mitigar la devaluación y polarización con Milei

El ministro de Economía cerró su viaje de dos días en Washington. Antes de llegar a Buenos Aires hará escala en Asunción donde tendrá un encuentro con Santiago Peña, el flamante presidente de Paraguay

El ministro de Economía, Sergio Massa

Desde Washington, EEUU - “Ahora hay que meterse en la segunda vuelta. Si eso pasa, se despeja todo. En segunda vuelta, ganamos”.

La frase la dijo un colaborador de Sergio Massa ayer por la tarde luego de la conferencia de prensa que el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria dio en la embajada Argentina y con la que cerró su visita de dos días a esta capital.

Massa se va de esta ciudad con un hito importante: el esperado desembolso del Fondo Monetario Internacional por USD 7.500 millones, luego de una muy dilatada negociación de cuatro meses -“desgastante”, en palabras del ministro- y en medio de un contexto cada vez más complicado para la economía argentina después del salto inflacionario del lunes post PASO, de la siempre presente volatilidad del tipo de cambio y de una inflación que no parece tener freno.

De los dólares que llegaron ayer del Fondo quedarán, luego de pagos y devoluciones (algunas de las cuales se hicieron de inmediato, como el préstamo puente de Qatar) unos USD 3.400 millones que Massa aseguró ayer que son de libre disponibilidad -siempre dentro de un escenario donde una de la prioridad es la acumulación de reservas- y que podrán ser usados para intervenir en las cotizaciones financieras con una estrategia que en Economía definen como “de bandas”. En rigor son topes acordados con el FMI para estabilizar el mercado en momentos de alta volatilidad, en un esquema secreto que incluye brecha cambiaria y precios con el que intentaran domar al mercado.

Además, Massa regresa con nuevos fondos del BID y el Banco Mundial por más de USD 1.300 millones.

En la última semana el ministro aseguró varias veces que la devaluación fue una imposición del FMI. “Nos obligaron a devaluar para enviar el desembolso”, dijo y aseguró que el organismo pidió primero un salto cambiario de 100%, que luego lo bajó a 60% y en esa cifra se mantuvo más de un mes, lo que demoró aún más la negociación. El Fondo decía que era 60% o arrears (retrasos), el paso previo al default. Finalmente, se cerró en 20% y se efectivizó el lunes luego de las PASO. Muy atrás parecieron quedar los días de abril en los que ambas partes coincidieron que la sequía había sido un game changer para la economía local y que era necesario una revisión completa de todas las metas, casi un programa nuevo.

“La Argentina va a ser un país autónomo el día que se saque de encima el triste condicionante que es el Fondo”, dijo ayer el ministro luego de la reunión con Kristalina Georgieva, la titular del FMI. Hubo tensión y la sigue habiendo, más allá de las fotos y las sonrisas.

No faltaron fuertes cruces y cuestionamientos, durante la negociación e incluso en estos días en DC porque el organismo, cuyo fin es ser prestamista de última instancia de países en crisis, perdió ese estatus cuando Argentina le pagó los últimos vencimientos con dólares de la CAF y Qatar y yuanes de China. Massa está convencido de que si es Presidente en diciembre el vínculo con el organismo deberá replantearse por completo. Mientras tanto, funcionarios del Gobierno de EEUU que se reunieron con él estuvieron muy interesados en saber, además del vínculo con China, cómo fue negociar con Qatar y, sobre todo, hasta dónde llegará su estrategia de prestamista global. Seguramente Massa contó una parte y se guardó otra.

El desembolos por USD 7.500 millones fue el eje del viaje. Crédito: Ministerio de Economía

Anuncios después del salto

El ministro-candidato prometió dos anuncios por día, entre hoy jueves y el viernes de la semana que viene. El objetivo es btemperar el impacto de una devaluación que, explican en Economía, estaba pensada para el viernes pasado, cuatro días después de las PASO. Pero el lunes temprano los bonos cayeron 17% y hubo USD 2.300 millones de operaciones de contado con liqui anotadas a las 9 de la mañana obligaron a un golpe de timón.

Por impacto y alcance, la principal medida en la que trabaja en Economía es una suma fija para trabajadores formalizados de los sectores público y privado. Esta tarde en una conferencia que dará en el contexto del Council de las Américas, uno de los principales eventos anuales del círculo rojo en el que esta mañana hablarán Javier Milei y Patricia Bullrich, podría haber alguna novedad anuncio. Como Massa llegará a Buenos Aires luego del mediodía tendrá una suerte de mini Council paralelo en la Cámara de Comercio para unas 150 personas que arregló Susan Segal, la titular de AS/COA, la organizadora del tradicional evento empresario

Con respecto a la esperada suma fija, se habla de unos $40.000 pesos. Si no es hoy, el anuncio llegará en los próximos días. También habrá suba para jubilados y pensionados y otros beneficiarios de Anses, como AUH; esquemas para asignaciones familiares y medidas para pymes, vinculadas a cuestiones impositivas y créditos blandos; y exenciones para economías regionales que agreguen valor. Además, se acaban de firma la renovación de Precios Justos, con subas de 5% mensual por tres meses, y acuerdos para congelar precios de medicamentos y combustibles.

Contra Milei

Ayer en la embajada, Massa detalló que habló con el Fondo de las reuniones virtuales que los funcionarios de Georgieva mantuvieron la semana pasada con economistas de la oposición. Y aseguró que, según le contaron en DC, Milei fue el “racional” que recomendó continuidad, calma y que sigan los desembolsos, mientras que los economistas de Bullrich pidieron -¿otra vez?- cortar el flujo de dinero al país hasta que esté definido el próximo gobierno.

“Hubo unos con una posición mucho más colaborativa y otros con un planteo de que había que no darle nada a la Argentina, que el Gobierno tenía que pagar todos los costos y que no importaba lo que pasara con la gente”, dijo Massa.

“Aquellos que viven con la idea de que cuando estamos peor estamos mejor dijeron que Argentina no tiene que acceder a ningún financiamiento. Increíblemente, aquellos que emergieron como oposición en las últimas horas terminaron planteando que había que tener una actitud más colaborativa porque entendían que era una transición hacia el inicio de un nuevo gobierno, más allá de que se diera la accidental casualidad de que el Ministro de Economía es el candidato del oficialismo”, agregó.

Massa buscará seguir polarizar con Milei, una estrategia que se incrementará con el correr de los días. Los últimos números que tiene en su celular son de una consultora en la que confìa porque acertaron la victoria del libertario en las primeras. En la pantalla de su smartphone plegable se ve la siguiente intención de voto: 35% para Milei, 30% para él y 25% para Bullrich. Son datos de esta semana y si bien falta mucho, también todo pasa muy rápido. Ayer esquivó vincular a Milei con los saqueos de las últimas horas, algo que se fogoneó desde otras áreas del gobierno de Alberto Fernández y anunció un apoyó económico de hasta 7 millones para comercios perjudicados y no hizo referencias políticas sobre el tema. “No tienen sentido esas acusaciones en este momento. No suman nada y, además, no hay pruebas suficientes, al menos por ahora”, dijo un funcionario anoche, antes de subirse al avión de regreso.

El lunes Massa viajará a Brasilia para intentar poner en marcha el esquema de exportaciones con reales y seguramente hablará con Lula Da Silva y su par, Fernando Haddad, del ingreso de Argentina como miembro de los países Brics. Este mediodía, antes de llegar a Buenos Aires, hará una escala en Asunción para reunirse con Santiago Peña, el flamante presidente de Paraguay.

En los próximos días, y con el camino con el FMI despejado al menos por dos meses, Massa volverá de lleno a la campaña. Deberá pivotear entre la polarización política y una gestión como ministro que le demandará atención y tiempo para estar muy atento al dólar, la inflación y el impacto de la devaluación. “Se puede”, prometen en su entorno.

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