Muchos analizan la suba de las acciones argentinas desde un punto de vista político. Con la llegada de un Gobierno más ortodoxo en el plano económico a partir de diciembre, la Argentina podría convertirse en una tierra más propicia para la inversión.
Pero más allá de esa visión, el mes de agosto fue una “prueba de fuego” para la valuación de los títulos domésticos. A la incertidumbre política que generó el escenario de tres tercios, resultado de las elecciones primarias, se le adicionó una brusca devaluación del peso -la más grande en cuatro años- y proyecciones de inflación para el mes que alcanzarán los dos dígitos.
Por eso, hay un fundamento extra para aquellos que proponen la compra de acciones argentinas como alternativa para el ahorro y es el de la tradicional cobertura que dan estos títulos ante escenarios de descalabro inflacionario y devaluatorio. Sucede que con un control de capitales tan estricto como el presente, los pesos -que sobran y “queman” por su constante depreciación-, tienen acotada la alternativa de dolarización -que por encima de $700 muchos consideran tiene precio excesivo- y ante este panorama, destaca la defensa del capital que ofrecen las acciones.
Los números ratifican este sentimiento. En el transcurso de agosto el S&P Merval, índice líder de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, sostiene una ganancia de 34% en pesos, por encima de los 600.000 puntos, una marca inédita. Esta mañana, el S&P Merval tocó un récord nominal de 623.585 puntos.
En comparación, el dólar mayorista anota en el mes una ganancia de 27,1% -básicamente por la suba de 21,8% aplicada el lunes 14 de agosto-, mientras que la aceleración inflacionaria podría llevar al IPC del mes a 14%, según algunas proyecciones privadas, un máximo mensual no visto desde febrero de 1991 (27%).
En tanto, el dólar “blue” registra en agosto un alza de 175 pesos o un 31,8%, desde los 550 a los 725 pesos. Si bien el dólar libre le gana a la inflación y a la devaluación, no logra sobrepasar al promedio de acciones, en el 34 por ciento.
En lo que va de 2023, el S&P Merval gana un 203% en pesos y un 37% en dólares, según la paridad del “contado con liquidación” implícito en la cotización de los ADR en Wall Street. Esta dinámica avanza por encima de la suba del tipo de cambio oficial (+97,6%), el dólar libre (+109,5%, de 346 a 725 pesos) y la inflación (en torno al 80% en los primeros ocho meses de 2023).
“Este es el gran momento para invertir en la Bolsa porque es un resguardo de valor y, además, uno está entrando a precios muy, muy bajos”, dijo a Reuters el presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA), Adelmo Gabbi.
En el marco de una conferencia empresarial, sostuvo que “si uno se guiase por los mercados, sería optimista, vamos a ver qué sucede políticamente. Hay que ver que partimos de precios muy bajos, si comparamos con la región y el mundo, Argentina tiene, en las mismas condiciones, empresas mucho menor valuadas que en otros países”.
“La Bolsa supo capitalizar el fenómeno Milei, la devaluación, el vencimiento de las opciones con un descollante récord histórico en pesos”, aseguró Jorge Fedio, analista técnico de Clave Bursátil. “Para algunos ver el gráfico del S&P Merval post PASO responde a un bull market sin control que por cierto no es tan así. Técnicamente se comporta con muy prolija escalada alcista que ahora mismo frena al ajuste y, bien que lo hace”.
Escenario incierto y volátil
Recientemente, Argentina celebró elecciones primarias (PASO) donde el candidato ultraliberal Javier Milei, que propone dolarizar la economía y eliminar el Banco Central, obtuvo el 30% de los votos en una elección de tercios por la escasa diferencia ante los inmediatos seguidores.
El presidente Alberto Fernández dijo más temprano que se abre un “nuevo escenario” para el país con la invitación a ingresar al bloque de los BRICS, ya que esto podría aumentar las posibilidades de abrir nuevos mercados.
“Hoy es prácticamente imposible sacar conclusiones sobre qué puede pasar hacia adelante; la única certeza es que la Argentina se encamina a transitar unos meses complicados en los que reinará la incertidumbre, con una macro frágil y un contexto social delicado”, indicó Invecq Consultora Económica en un reporte.
“Las medidas lucen como deshilvanadas, muy tardías y sin un esquema general que las contenga; por lo tanto, sus chances de buen éxito lucen dudosas. Las consecuencias financieras serían atizar la volatilidad de corto plazo, aunque se mantendrían las mejores perspectivas a mediano plazo”, señaló VatNet Financial Research.
“Ante la escasez de recursos, se pretende atraer al dinero especulativo de corto plazo en la búsqueda desesperada de divisas. Sin embargo, la prominencia de la cuestión política señala interrogantes, ya que la alternativa fulgurante es un show de una sola persona y esa persona exhibe características llamativas”, añadió.
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