Desde Washington, EEUU - Está todo preparado para que hoy, finalmente, el directorio del FMI apruebe dos desembolsos para la Argentina por unos USD 10.000 millones. El primero, es de USD 7.500 millones, llegaría hoy mismo para reforzar las muy flacas reservas del Banco Central. El otro, en noviembre.
Todavía falta la votación en el board, pero el equipo económico local que llegó ayer a esta ciudad con el ministro y candidato Sergio Massa a la cabeza, confía en que todo se aprobará esta tarde.
No fue tan rápido ni tan fácil como Massa creyó hace cuatro meses, cuando comenzó la recalibración del programa por la sequía, según comunicaron las partes. Hoy habrá sonrisas con Kristalina Georgieva, con quien el ministro mantendrá una bilateral luego de la votación. ¿Se sacarán una foto? No estaba claro hasta hoy bien avanzada la madrugada en DC: el Fondo no quiere intervenir en el contexto electoral y creen que una foto con uno de los candidatos podría hacerlo, y Massa duda sobre cuánto le suma, en este momento, esa imagen. El misterio se develará esta tarde.
Cena en la Embajada
Anoche Massa cenó merluza negra en la casa del embajador Jorge Argüello con Juan González y Mike Pyle, dos asesores de primer nivel de Joe Biden e integrantes ambos del Consejo de Seguridad Nacional (NCS). Los tres tienen una muy buena relación desde hace mucho tiempo. Se habló del largo proceso con el Fondo y de cómo demoró a pesar de la promesa que hizo el presidente de EEUU, a comienzos de año, de tender un “puente” a la Argentina. Hubo también algún reproche en ese sentido de parte del argentino.
“Ellos pensaron que el 60% de propuesta de devaluación que bajó del 100% podría ser una buena opción para el país, algo que también era inviable. Lo que no entienden de los que pasa en Argentina es el inmediato traslado a precios de la devaluación, lo que redunda en más inflación. Al final, no hubo ni puente ni front load (por el adelanto)”, destacaron desde Economía. Otro tema, antes del postre de milhojas Napoleón, fue la política local: los funcionarios demócratas preguntaron si la posible llegada de Javier Milei a la presidencia se podía equiparar con las presidencias de Trump y Bolsonaro. Creen que sí y plantearon sus dudas al respecto.
Se habló de la relación de Argentina y de Massa con China y hubo mucho interés de parte de los americanos en entender la ingeniería que había hecho Massa para conseguir el préstamo con Qatar, un país que hasta el momento no había tenido ese rol de prestamista en el escenario global.
La dualidad del FMI en ese punto es grande: no les gusta para nada que exista otro prestamista de última instancia, pero también saben que esa sorpresiva aparición descomprime el contexto porque les permitió no tener tanta exposición con Argentina, su principal acreedor. Massa está convencido de que si es Presidente en diciembre habrá que barajar y dar de nuevo en la relación con el organismo. Después de todo, dicen en Economía, “el país estuvo al borde del precipicio y en lugar de venir con la rendición vinimos con el cheque”.
Tensión con el Fondo
No es nuevo: el clima con el Fondo es tenso. Además, desde el lunes pasado el ministro es muy crítico del FMI, al menos en público. Básicamente, los acusa de haberlo obligado a devaluar y del tembladeral que el salto cambiario abrupto provocó.
“El FMI arrancó pidiendo 100% de devaluación hace tres meses, después se plantaron en 60% y luego se cerró una negociación del 20%”, detalló Massa y reveló que durante un mes la negociación estuvo cortada porque “ellos se plantaron en el 60%”.
Cada vez que puede, y sabiendo que introduce una cuña en la relación, el tigrense repite que este año el FMI dejó de ser, al menos en un par de vencimientos, el prestamista de última instancia de Argentina. “Si con las que se supone son las tasas más bajas del mercado, el FMI no es la última opción de los países desesperados y en crisis, si no es el principal prestamista de su principal acreedor por lejos, ¿cuál sería su razón de ser?”, se preguntan cerca de Massa. De otro lado del mostrador seguramente describirán el carácter de incumplidor serial que ostenta el país.
“El contexto es bastante incómodo para el FMI, que no quiere influir en las elecciones, y saben que cada encuentro con Massa puede fortalecer o lastimar su campaña presidencial. Otro desafío para el FMI es la incertidumbre política en Argentina”, destacó Benjamin Gedan, Director del Latin America Program y del Argentina Project del Wilson Center, un think tank político de esta ciudad.
“Están los que piensan que el FMI preferiría tener a Milei en la Casa Rosada. Al fin y al cabo, lo que siempre piden son fuertes recortes presupuestarios y en esa materia, Milei es más católico que el Papa. Pero al Fondo no le interesa la ingobernabilidad; el éxito de su programa con Argentina depende en reformas sostenibles, con paz social y un consenso en el Congreso”, resumió Gedan en diálogo con Infobae.
Polarización
Massa y Milei parecen haberse elegido mutuamente para competir en octubre. El libertario le pide al electorado que se queden con la primera marca y no con la quinta, en una clara chicana a Patricia Bullrich, y el ministro-candidato se muestra como la opción moderada, racional y market friendly.
“Imagino que el que promete algo de otro debe tener permiso para prometerlo... Si no es así, están ‘cuenteando’ a la gente”, le aseguró Massa ayer a este medio. Minutos antes, en una conferencia de prensa en el BID, había dicho que en EEUU están preocupados porque él promete que va a construir la economía usando la moneda estadounidense, algo que no sólo les suena extraño sino que también no fue consultado, al menos hasta el momento. “Supongo que algún permiso o charla habrán tenido quienes hoy ofrecen dolarización para poder usar dólares de EEUU en Argentina. Entiendo que no será solo un cuentito electoral”, dijo el ministro que en esta capital recibió una encuesta de 16.000 casos que le dio 30% de intención de voto, contra 35% de Milei y 25% Bullrich.
Ayer el ministro anunció nuevos créditos del BID y el Banco Mundial por poco más de USD 1.300 millones. Hoy, antes de ver a Georgieva, se reunirá con Brian Nichols, funcionario del gobierno de Biden para asuntos de América Latina. Y mañana, antes de regresar al país, hará una escala en Paraguay, donde tendrá una entrevista con el flamante presidente Santiago Peña. Luego, anuncio de medidas y, otra vez, la campaña. Octubre está cada vez más cerca.
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