Un ex funcionario del FMI advirtió sobre la dolarización: “No es la mejor moneda para la Argentina”

Alejandro Werner, ex negociador del FMI, dijo que existen monedas más convenientes para el país y son las de países con ciclos económicos similares a los argentinos

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El ex director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner (EFE)
El ex director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner (EFE)

El ex Director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner, discutió la idea de dolarizar la economía argentina. Para el economista nacido en la Argentina y que creció en México “el dólar no es la mejor moneda para la Argentina”.

Werner formó parte de los equipos técnicos que negociaron con la Argentina el último paquete de ayuda, gestionado durante la presidencia de Mauricio Macri, y participó de decenas de programas del organismo desde que llegó a su cargo en 2013. Recientemente publicó, en condición de coautor junto con el periodista Martín Kanenguiser, parte de sus experiencias en las negociaciones con el país en el libro “Argentina en el Fondo”. Y, consultado por Infobae respecto al debate que girar alrededor de la propuesta económica central de Javier Milei, el candidato que más votos obtuvo en las PASO presidenciales de este mes y favorito para las elecciones generales de octubre, expresó sus reparos respecto de la conveniencia de una dolarización.

“Desde el punto de vista de la teoría económica tradicional, al final del día una unión monetaria debe de hacerse entre países que tienen ciclos económicos parecidos porque de esa manera las decisiones de política monetaria que son buenas para el país A son buenas para el país B. En ese sentido, la Argentina no comparte un ciclo económico con Estados Unidos como si lo hace con México, por ejemplo, o con otros países de la región”, dijo.

“Al final del día una unión monetaria debe de hacerse entre países que tienen ciclos económicos parecidos porque de esa manera las decisiones de política monetaria que son buenas para el país A son buenas para el país B”

“Podría haber otras monedas”, planteó el economista, “podrías buscar una combinación de países, exportadores de productos primarios similares a los argentinos y pegarte a esa canasta de monedas, con resultados mucho mejores”, dijo.

Con todo, Werner admitió que no cree que el debate alrededor de la dolarización no tenga sentido, dado que la situación monetaria actual de la Argentina -con una inflación del 115% anual y un mercado cambiario trabado- está muy lejos de ser la óptima.

“Una política monetaria propia es lo ideal, pero la verdad es que Argentina ha podido obtener los beneficios de tener una política monetaria independiente porque se ha abusado de la emisión monetaria y se ha hundido en la inflación. Por eso es una decisión importante y una discusión que tiene sentido tener. Pero yo creo que no es este el momento”, dijo.

Para Werner, lo que necesita la Argentina es un plan de estabilización que requiere una serie de reformas. Algunas inmediatas, otras estructurales. Desde la liberación del mercado de cambios, pasando por una reducción del déficit fiscal y la eliminación de trabas a la producción, el trabajo y el comercio exterior. El tema, argumenta el ex FMI, es que esas medidas son las mismas que se necesitan para poder dolarizar. Con lo cual, algunos pueden pensar que dolarizar es lo mejor y otros pueden pensar lo contrario, pero para ambas posturas hay un camino previo que es equivalente.

“El trabajo que necesitas para poder dolarizar es el mismo que necesitarías hacer si aspiras a estabilizar el peso. Las primeras etapas de los dos procesos de estabilización son similares. Si la dolarización es el último paso o el último, es otra discusión. Entre que el bebé empieza a caminar, luego corre, luego fortalece los músculos y luego decides si va a clases de tenis o de fútbol hay mucho trabajo por hacer. Todavía es muy pronto para decidir si va a hacer tenis o fútbol, aunque puedas plantearlo como norte”, comentó.

Para Werner el antecedente de Ecuador, que logró estabilizar precios al adoptar la moneda de los Estados Unidos, está lejos de ser un ejemplo en favor de la dolarización. Todo lo contrario.

“Ecuador no ha mejorado nada. La gente que te dice que los incentivos que genera una dolarización mejora las decisiones económica no ve que el caso de Ecuador te desmiente eso”

“Ecuador no ha mejorado nada. La gente que te dice que los incentivos que genera una dolarización mejora las decisiones económica no ve que el caso de Ecuador te desmiente eso. Ecuador no tiene acceso a los mercados, tiene niveles soberanos de spread soberanos distressed (N. de la R.: jerga para deuda en problemas), tiene inestabilidad de finanzas públicas, inestabilidad financiera. El entorno de políticas no mejoró. Ha logrado estabilidad nominal, claro, y probablemente eso sea una mejora respecto a la situación previa pero está lejos de ser óptimo”, argumentó ante Infobae.

“Lo cierto es que en el corto plazo la Argentina no tiene las condiciones para dolarizar. No tiene dólares. Pensar que la Argentina puede endeudarse por USD 30.000 millones para rescatar su masa monetaria es una ilusión. No puede tomar USD 3.000 millones de deuda, mucho menos USD 30.000 millones”, comentó.

Para graficar cuál es el costo que pagan los países que adoptan el dólar estadounidense cuando sus ciclos económicos son bien distintos a los de los EEUU, Werner resumió en costos para la actividad económica.

“Es un costo en actividad económica, terminas teniendo un ciclo económico más volátil que se refleja en más volatilidad en el mercado laboral, menor profundidad financiera, menor crecimiento de largo plazo. Unidades monetarias como la Unión Europea buscaron generar condiciones previas que aliviaran los ciclos antes de adoptar el euro. Por ejemplo, la movilidad laboral: si hay desempleo en Grecia porque la apreciación del euro deprime la actividad en ese país, que la gente pueda migrar a Alemania y así aliviar la desocupación”, dijo.

“Si tu me dijeras que Estados Unidos y Argentina negociarán movilidad laboral, y que cuando Argentina caiga en una recesión sin poder devaluar, los argentinos podrían viajar libremente para buscar trabajo sería una cosa. Si tuvieras, además, políticas comunes en términos de regulación y en varios aspectos, yo te diría adóptalo ya mismo. Pero, en resumen, el dólar no parece ser la moneda más conveniente para el país”, concluyó.

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