Javier Milei ganó las PASO con un apoyo levemente superior al 30% de los votos y ratificó en la semana siguiente su propuesta de dolarizar la economía, aunque aclarando que la implementación demandaría entre 9 y 24 meses, pero lo cierto es que un gran número de economistas profesionales discrepa con la propuesta. La consideran inviable, contraproducente e incluso peligrosa para la Argentina.
Infobae recogió y publicó buena parte del debate en torno de la dolarización, a lo que se agrega aquí un repaso de posiciones de más de una decena de economistas calificados que levantaron su voz contra la principal propuesta del candidato libertario.
Por caso, el lunes siguiente a las PASO, cuando el triunfo de Milei llevó a primer plano la propuesta de dolarización y contribuyó al fuerte aumento del dólar, superior a la devaluación decidida por el gobierno, Lucas Llach, exvicepresidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), fue contundente: “sacando el bolívar venezolano, el dólar es la peor moneda que podría adoptar la Argentina”, señaló, por considerar que atarse a la moneda de EEUU haría que el país se vuelva “más caro”.
“Es bueno ganar competitividad cambiaria en los momentos de ‘flight to quality’; atarse al dólar generaría exactamente lo contrario”, señaló.
No va a ocurrir
Martín Tetaz dijo incluso, en respuesta a Emilio Ocampo, el principal asesor de Milei en la materia, que en la Argentina una dolarización “no va a ocurrir, no porque nosotros no estemos convencidos de la necesidad de estabilidad, sino porque estamos convencidos de que es una mala idea”.
El diputado y economista radical coincidió sobre la necesidad de una reforma monetario y un cambio de régimen, pero descartó la dolarización para lograrlo, resaltó la fuerte diferencia de productividad entre la economía argentina y la de EEUU y advirtió: “en caso de dolarización, el día que Brasil devalúe tenemos otro 2001″.
De modo parecido se expresó Ricardo López Murphy. El próximo gobierno, dijo, deber ser “capaz de establecer una regla fiscal que tenga mayorías” y eliminar la “dominancia fiscal” para sanear su moneda. “Sin ese control todo lo demás no sirve. Poner un patrón monetario como la dolarizació no puede aplicarse”, indicó.
Según Claudio Loser, otro economista argentino, pero basado en el exterior, una dolarización para la Argentina “sería muy traumática”. Países como Ecuador y El Salvador, que dolarizaron su economía, puntualizó, “crecieron menos que la Argentina, a pesar de todo el lío que tuvo el país”.
“Tengo muchos años de experiencia y de ensuciarme las manos; no creo en el modelo puro de mercado. Tengo mis serias dudas del realismo de la propuesta de Milei aunque suene muy atractivo. Del dicho al hecho hay un gran trecho”, dijo Loser, quien vive hace más de 40 años en EEUU e hizo una larga carrera en el FMI, del que fue director de Hemisferio Occidental, el área que trata con los países de América Latina, incluida la Argentina.
Tuco sin fideos
Por su parte, Carlos Melconián, presidente del Ieral de la Fundación Mediterránea, que encabezó la elaboración de un “plan económico” para el próximo gobierno y parece ser el principal candidato de Patricia Bullrich para el ministerio de Economía, dijo que la propuesta de dolarizar es como querer comer fideos al tuco pero sin fideos, en referencia a la falta de dólares en el BCRA, por lo que consideró que la dolarización “no es viable para la Argentina, más allá de ideologías políticas”.
“La dolarización no es el camino”, dijo a su turno Martín Redrado, quien presidió el BCRA durante las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner. Para compartir moneda con otro país u otros países, explicó, “hay que tener los mismos regímenes, como pasa en la Unión Europea, y nosotros no tenemos el mismo régimen que EEUU”. Sí sería viable, remarcó, seguir ejemplos como los de Uruguay y Perú, con Banco Central independiente y convivencia entre el peso y el dólar.
Otro ex banquero central, Guido Sandleris, fue más contundente sobre el riesgo de dolarizar. “Implementar la dolarización que proponen Milei y Ocampo, sin reservas internacionales, como sucede hoy, nos lleva con altísima probabilidad a una hiperinflación y/o corralito en el camino”, escribió en la red social Twitter.
Intercambio tuitero
Por la misma red social, Eduardo Levy Yeyati respondió críticamente a un posteo de Carlos Rodríguez, economista vinculado a Javier Milei.
“Dolarizar es facilísimo, los dólares sobran, en gran parte escondidos y otra en los bancos. Un par de decretos y desregulaciones y pueden empezar a circular libremente los que son blancos. Y una ley de Perdón Popular de Mercado y pueden circular unos 200 millones que están en el colchón”, escribió Rodríguez, de quien Milei dijo que sería su jefe de asesores.
“Los dólares blancos siempre pudieron circular libremente. El último blanqueo, en mejores condiciones y con impuesto patrimonial más bajo, blanqueó un monto mucho menor y no lo trajo a la Argentina. Otra vez el populismo mesiánico del shock de confianza y la lluvia de inversiones”, le respondió Levy Yeyati, quien tras la devaluación de enero de 2002 asumió como economista jefe del BCRA y ayudó al entonces presidente de la entidad, Mario Blejer, a disipar el riesgo inflacionario. También entonces, recordó Yeyati, la propuesta de dolarización estuvo brevemente de moda.
Fuego amigo
También por Twitter, otro economista de férreas convicciones liberales y ortodoxas, Jorge Ávila, señaló la imposibilidad de la propuesta mileísta. “Quiero la dolarización más que el mismo Milei y sus asesores. La quiero desde dic 01, cuando cayó la Convertibilidad. Pero seamos realistas. Sin un big loan ni venta de un activo valioso, hay 3 formas de ejecutarla: mucha inflación, plan bonex o, lo más probable, un mix de ambos”, posteó. En cuanto al fideicomiso que propone Ocampo, el dolarizador preferido de Milei, para administrar activos argentinos y pagar la deuda cuasi-fiscal del BCRA, Ávila señaló: “no me gusta la quimera financiera que proponen para conseguir los u$s necesarios para canjear los pasivos del BCRA. El sistema bancario debe operar bajo ley extranjera para no mostrar fisuras de credibilidad. Un sistema bajo ley nacional está condenado al manotazo del Gobierno”.
Incluso Carlos Maslatón, abogado liberal y mediático vinculado a temas económicos, se distanció de la propuesta de su exaliado político. “El plan de cancelación de la base monetaria por dólares no abarca los depósitos en pesos del sistema que, convertidos de pleno derecho a dólares y sin encajes ni BCRA, pasan a ser argendólares, la nada trucha misma”, consideró. Un esquema así, en un sistema de banca fraccionaria, concluyó, “provocaría un crash financiero en meses”.
Otro economista que estuvo en la trinchera en 2002, Jorge Remes Lenicov, subrayó que “no hay dólares” para dolarizar y que aun si los hubiera no sería conveniente hacerlo. “Una de las principales consecuencias sería la pérdida de instrumentos de política económica. Si uno dolariza, pierde la capacidad de la política cambiaria y monetaria”, señaló.
Mega-licuación de pesos
Marina del Poggetto, directora de la consultora Eco Go, dijo que propuestas como la dolarización “encantan a quienes no las entienden y asustan a quienes las entienden y te terminan coordinando la corrida”. La dolarización, explicó, “es impracticable sin una mega-licuación de los pesos”, esto es una gran confiscación de riqueza al conjunto de la población.
También el director del área de economía de Fundar, Guido Zack, autor de un paper crítico sobre la dolarización, dijo que la propuesta no tiene asidero y advirtió dos problemas básicos. De un lado, dijo, “dividir la base monetaria por las reservas netas del BCRA da obviamente un tipo de cambio de conversión mucho más elevado que cualquier tipo de cambio paralelo”, explicó, lo que significaría una megadevaluación (mucho mayor a la actual) de los pesos en poder de la gente. Peor aún, continuó, “tampoco es que uno dolariza e inmediatamente los precios quedan fijos; la experiencia muestra que sigue habiendo inflación”.
“Propuestas así encantan a quienes no las entienden y asustan a quienes las entienden y te terminan coordinando la corrida” (Marina dal Poggetto).
La inflación en dólares es un problema que tiene entrampado a Ecuador: le quitó competividad y la volvió una de las economías latinoamericanas que menos creció en los últimos años, como advirtió, desde Londres, un flamante estudio del Center for Economic Policy Research referido por Infobae a propósito de las críticas a la dolarización que hizo Robin Brooks, economista jefe del Instituto de Finanzas Internacionales, que agrupa a las grandes bancos, aseguradoras y fondos de inversión globales.
Así las cosas, ni afuera ni adentro parece haber plafond para la dolarización, en especial si se intenta de forma unilateral, sin acuerdo o ayuda de EEUU, el emisor del dólar, de cuyos ciclos pasaría a depender –a menudo a contramano- la economía argentina.
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