El fuerte aumento del dólar generó problemas a un golpeado mercado inmobiliario que intenta despegar y que hasta julio había marcado el mejor inicio de año desde 2019. La escalada del tipo de cambio libre produjo una parálisis y desde esta semana se cancelaron operaciones que se estaban por concretar en la ciudad de Buenos Aires.
Había bastante movimiento hasta la semana pasada, pero en estos días la situación es de cautela, aunque expertos sostienen que esto será transitorio y “que una vez que el dólar se calme, se retomará una senda de normalidad, al menos hasta las elecciones del 22 de octubre próximo”, como dijo un referente del sector. La victoria de Javier Milei sorprendió y provocó incertidumbre.
Inmobiliarias y desarrolladores consultados coincidieron en que la toma de decisiones entró en stand by hasta que el movimiento alcista del tipo de cambio se estabilice.
Damián Tabakman, presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), dijo a Infobae que “como en cualquier periodo pre-electoral esta situación genera retracción y dificulta las operaciones de compra venta y adquisición de materiales para quienes construyen. Pero lo vemos como algo transitorio, cualquiera de los candidatos que gane va a tomar, una vez asumido el nuevo Gobierno nacional, las coordenadas correctas para ordenar variables como la inflación y el dólar. A partir de 2024 somos muy optimistas en el sector”.
Si el dólar sube el mercado de compra-venta de inmuebles se desestabiliza, porque las operaciones se pagan en efectivo. El sector suele paralizarse hasta que se calme o retome niveles de fluctuación habituales
Además, como las operaciones inmobiliarias se están haciendo por parte de personas o familias que tienen dólares en mano, o debajo del colchón, la suba el dólar no los afecta tanto.
Hasta junio último, se hicieron más de 16.000 escrituras según el Colegio de Escribanos de CABA, confirmando meses récord de ventas versus los últimos cuatro años que habían sido muy malos para el segmento.
“En lo que se refiere con negociaciones nuevas, es probable en el corto plazo que este shock electoral a favor de Milei que trajo fluctuación post PASO en tipo de cambio y cotización en bonos y acciones, permanezcan en un wait and see, por lo menos hasta tener claro el horizonte inmediato. Recién allí el comprador activará la decisión de adquirir una propiedad”, dijo a Darío Erlich, de CEK Group.
Hasta el momento, los valores de las viviendas descendieron por coyuntura económica, pandemia, controles de cambio y otras cuestiones, hasta un 45% para unidades usadas y hasta 35% para las que son a estrenar y en pozo, en comparación con 2019.
Quienes reservaron no corren riesgos
En los últimos 45 años el mercado inmobiliario en la Argentina se manejó en dólares y cuando hay saltos cambiarios alguna operación puede frenarse por unos días, pero luego se sigue adelante con el análisis y la compra. “Podría decirse que en un primer momento los detiene el impacto más que la suba”, aseguraron en el sector.
Si la operación o reserva se hizo y el comprador cerró el precio, en principio ese valor se mantiene. Y en cuanto a gastos de la operación, tanto comprador como vendedor se verán beneficiados porque los gastos son en pesos.
Puede ocurrir que alguien quiera negociar algo más, pero como los precios de publicación no son los de cierre y el comprador ya pactó, es difícil que se continúe con contrapropuestas. Son excepcionales los casos en que se quiera redefinir el precio o dar de baja la operación.
De confirmarse estos resultados, en octubre desde el segmento sostienen que lo importante será avanzar en solucionar los desequilibrios económicos para 2024.
“Los desarrolladores nos estamos posicionando en tierras premium de cara al gobierno entrante que, entre otras cosas, vendrá con una mayor expectativa de crecimiento, sea quien sea. Creemos que los proyectos ganadores para el segmento residencial, independientemente de quien resulte el vencedor en octubre o en el ballottage, serán los que logren diferenciarse por tipo de producto y en plazas donde haya un balance entre oferta y demanda”, concluyó Erlich.
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