¿Quién se ha robado el mes de agosto? Esta pregunta se hace el mercado y no tiene respuestas. Para el Banco Central sería fácil saber de donde provinieron las últimas y poco habituales compras de dólar futuro que vencen hoy y les ha permitido ganarse $33 por dólar sin poner un solo peso, porque estas operaciones se hacen de palabra poniendo de garantía las acciones que están en su poder.
Agosto tenía el atractivo de USD 3.250 millones en contratos abiertos que representan una ganancia de más de $100 mil millones que los pierde el Banco Central porque estaba vendido en esa posición a precios del pasado. Y a pesar de las promesas de que no habría devaluación, algunos inversores siguieron aumentando sus apuestas. Lo curioso es que la curva mediana y larga de precios estaba en baja y agosto seguía firme. Un puñado de gente sabía algo que los demás no sabían. Tampoco fue casualidad que en la licitación del miércoles de letras del Tesoro no se ofreció dollar linked, bonos atados a la devaluación.
Es el mismo escenario que en febrero pasado, cuando pocos días antes de que el Gobierno anuncie las operaciones de recompra de bonos en dólares que negociaban alrededor de USD 70 millones diarios trepó en un día a 160 millones. Se investigaron oficialmente las operaciones de 35 sociedades de Bolsa y no se descubrieron irregularidades, cuando era obvio que había un delito de “inside information”. Ahora sucede lo mismo y no se escucharon voces acusatorias.
Lo cierto que la devaluación de $63, que llevó al dólar oficial a $350 dejó ganadores privados y un gran perdedor: el Banco Central. Si se le suman los demás plazos donde la entidad estaba en posición vendedora, el quebranto llega a $140 mil millones.
Según el informe diario de la consultora F2 de Andrés Reschini “el salto devaluatorio, dejaron trascender, sería un adelanto de la devaluación prevista para los próximos meses. La medida fue bien vista por el FMI por lo que, sumado al proyecto de presupuesto con equilibrio fiscal, aumenta las chances de que el board apruebe el acuerdo técnico y el desembolso. La suba de la tasa de interés desalienta al consumo y el tipo de cambio alentaría las exportaciones. Habrá que ver si estas medidas suman reservas. Por de pronto, en la rueda mayorista de hoy se operaron USD 535 millones y el Central logró quedarse con USD 200 millones. Se intuye que los importadores miraron desde afuera”.
“Por el lado de los dólares financieros -agregó- la escalada del MEP tumbó la brecha con el contado con liquidación (CCL) desde el 11% del viernes a 3,5%, un claro indicio de que la intervención del Central ha cesado y dejaron de filtrarse reservas”.
Para Reschini “lo que complica las cosas al Ministerio de Economía es el triunfo de Javier Milei. La incertidumbre de este resultado presiona a los dólares financieros y hace que la devaluación pierda eficacia en cuanto al cierre de la brecha. Si bien cayó a 84%, el menor nivel desde que se alejó Martín Guzmán, sigue siendo alta como para poder acumular reservas. El nuevo esquema proporciona recesión e inflación, dos obstáculos para que puedan subir las reservas de manera sostenible”.
En el mercado de futuros las subas de las distintas posiciones fue de entre 2,3% y 10,3%. La curva de tasas implícitas, sobre todo la corta y hacia adelante apenas subió. A fin de año el dólar aumentó $42 (+8,3%) a $577 y marca una devaluación de la divisa para todo 2023 de 220%.
“El interés abierto (contratos) de agosto bajó en porque probablemente porque los operadores estuvieron satisfechos con la ganancia”, finaliza el informe de la consultora F2.
Sin la intervención del Banco Central, el dólar MEP aumentó $81,25 (+15%) a $621,14. El contado con liquidación subió $8,20 (+8,9%) a $655,06. El dólar libre tuvo una escalada de $82 y cerró en el máximo del día, $687. El dólar mayorista aumentó $62,19 a $349,28. Con las compras de USD 220 millones, casi todos liquidados por el agro, las reservas aumentaron 94 millones a USD 23.762 millones.
Para el analista financiero Franco Tealdi “la elección no despejó ninguna incógnita y lo que el mercado más detesta es la incertidumbre. El escenario de tres tercios era el que más pánico generaba en el mercado, y se dio. Pero si hay que agregarle ingredientes al temor, allí está la históricamente baja participación de la gente en las primarias con solo 67% de electorado. Pero en una primera vuelta electoral, generalmente, te vas a un 80% de participación. Por eso el juego quedó demasiado abierto y el mercado castigó. Este sinceramiento de las variables fue para echarle la culpa de este acontecimiento al resultado de la elección y estar más tranquilos, si se puede, más adelante. El Gobierno con esta devaluación cree que llega hasta octubre. Esto generó un castigo en bonos y acciones que bajaron hasta 10% en dólares. No fue el castigo de 2019, pero fue fuerte. El optimismo está en el mediano plazo porque no ganó el oficialismo. Pero de corto plazo hay desafíos porque el cargo de Ministro quedó devaluado y sin poder para reencauzar la economía”.
Los bonos de la deuda tuvieron caídas de hasta 12%, pero el riesgo país no lo registró. Algunos dicen que no se alteró respecto al viernes porque los montos de negocios eran magros y forman precios “no representativos” para el índice Embi+ del banco JP Morgan. Otros recuerdan, que el año pasado sucedió lo mismo cuando los bonos se derrumbaron. Lo cierto es que el indicador permaneció en 1914 puntos básicos, como si no hubiera pasado nada.
La Bolsa cerró en alza en pesos, pero cayó en dólares. Los negocios duplicaron el volumen habitual. Se operaron $15.310 millones y el S&P Merval subió 3,50% en pesos y cayó 5,2% en dólares. Para el mercado, es una rueda en baja porque los inversores miden sus pérdidas y ganancias en dólares.
Los ADRs -certificados de tenencia de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- operaron nada menos que $24.887 millones. Predominaron las pérdidas. Los papeles más negativos en Buenos Aires y Nueva York, fueron los de los bancos.
Por otra parte, la tasa de política monetaria se elevó a 118% anual que equivale a una efectiva de 208,17%. También rige un nuevo cepo que impide negociar más de USD 40 mil semanales en dólares financieros. Esta medida es un pasaje de ida al dólar libre.
La segunda rueda cambiaria posterior a las PASO viene con un condimento adicional para mostrar si lo que sucedió ayer fue una sobrerreacción que puede calmar el desembolso del FMI o una tendencia.
Por otra parte, es un hecho que la inflación se acelerará. Ayer se vieron muestras de lo que puede suceder. Artículos electrónicos, entre otros, no se vendían por falta de precios. Hubo comercios que cerraron para no vender.
Si la inflación comienza a subir por encima de 9% mensual, los gremios que pedirán más aumentos de salarios estarán al principio de la fila de damnificados ¿Se podrá sostener al dólar en $350 hasta octubre o se volverá a la devaluación diaria?
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