El Gobierno mantendrá el impuesto a importaciones para recaudar y no desviarse de la meta fiscal

Tras el salto devaluatorio, el Poder Ejecutivo sostendrá el esquema tributario que puso en marcha para encarecer el acceso a divisas y sumar ingresos al fisco. El techo de déficit con el FMI se mantuvo en 1,9% del PBI

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El Gobierno sostendrá el impuesto PAIS para las importaciones de bienes y servicios que había implementado a fines de julio, a pesar de la devaluación del tipo de cambio oficial que propició este lunes el Banco Central. El equipo económico decidió dar una señal inmediata tras la derrota en las PASO y anticipó la depreciación del peso prevista para los próximos meses. El equilibrio fiscal que necesita el Gobierno para la segunda parte del año responde a que en el primer semestre hubo un 1,1% del PBI de rojo primario y el techo acordado con el FMI es de 1,9 por ciento.

El BCRA decidió subir el dólar oficial algo más de 20%, en línea con el nivel de atraso cambiario que había identificado el Fondo Monetario Internacional, en el primer día de operaciones cambiarias después de las elecciones primarias. La situación de fragilidad de las reservas precipitó un reajuste en el tipo de cambio mayorista administrado por la autoridad monetaria.

De todas formas, no habrá cambios en el esquema impositivo ad hoc que había puesto en marcha en los últimos días de julio, para encarecer el acceso a divisas sin necesidad de efectuar una devaluación propiamente dicha.

El equilibrio fiscal que necesita el Gobierno para la segunda parte del año responde a que en el primer semestre hubo un 1,1% del PBI de rojo primario y el techo acordado con el FMI es de 1,9 por ciento

Lo principal fue, por un lado, la unificación del dólar solidario (que pagaba un 30% de impuesto PAIS y 35% de anticipo de Ganancias sobre el precio del dólar oficial) y el dólar tarjeta. Esas dos opciones pasaron a pagar ese 30% de PAIS más 45% de adelanto de percepción impositiva. Y se mantuvo para los consumos superiores a los 300 dólares mensuales, quedará vigente el dólar Qatar. Esta última cotización, tras la devaluación de este lunes, fue modificada con un recorte en el recargo impositivo, que pasó de 25% a 5 por ciento.

En términos macro lo más relevante fue la imposición de una alícuotas de impuesto PAIS para la compra al exterior de algunos bienes y servicios. Para el caso de los servicios, pagarán un 25% en términos generales, con algunos rubros que tendrán particularidades. Los fletes pagarán 7,5%, mientras que sectores como educación y salud estarán exentos.

El Gobierno necesitará reforzar la recaudación para un segundo semestre complejo en términos fiscales
El Gobierno necesitará reforzar la recaudación para un segundo semestre complejo en términos fiscales

Para la compra al exterior de bienes, se generaliza un pago de 7,5% de impuesto PAIS. Las importaciones ligadas a combustibles, lubricantes e importaciones vinculadas a la canasta básica no pagarán el tributo. En este anuncio se había incluido, en ese momento, el dólar agro hasta fines de agosto a $340. Ese precio ya quedó superado por el tipo de cambio oficial que rige desde este lunes.

Con este paquete el Ministerio de Economía esperaba sumar USD 2.000 millones de exportaciones por el dólar agro con nuevo valor y, en paralelo, reforzar la recaudación de impuestos, que fue impactada marcadamente por la sequía. Los ingresos al fisco esperados por los dos frentes (exportaciones y el pago de derechos que le corresponde, y las alícuotas de impuesto PAIS para importaciones) sería de 1,3 billones de pesos, un 0,8% del PBI. Entre las consultoras privadas estimaban cifras menores, sin embargo.

Tras la devaluación se abrirá, admiten en Hacienda, un análisis de ese incremento para determinar cómo “recalibrar” la ecuación de tarifas y subsidios

En ese contexto, la devaluación hace asomar un elemento nuevo para el sendero fiscal. Hay un efecto inmediato, por la naturaleza de los contratos de generación de energía, que marca que un dólar oficial más caro hace más oneroso, de manera automática, su costo. Se abrirá, admiten en Hacienda, un análisis de ese incremento para determinar cómo “recalibrar” la ecuación de tarifas y subsidios.

Esto es, ante un aumento de costo de generación, el Estado deberá decidir si aumenta la partida de subvenciones a los usuarios o bien convalida aumentos en las boletas. El equipo económico no dio precisiones sobre si habrá un hoja de ruta nueva en términos de aumentos tarifarios. Por lo pronto, si no hubiese cambios, queda una instancia de subas, en noviembre. El peligro en una demora para esa decisión es que un mayor gasto en subsidios tendría como consecuencia una situación fiscal más compleja.

En lo que va del año esa cuenta del gasto público tuvo una poda, en términos reales, cercana al 20 por ciento. El FMI auspicia un ajuste acelerado del gasto en subsidios energéticos y había proyectado, en la revisión técnica finalizada en marzo de este año, un ahorro para 2023 equivalente a 0,5% del PBI y que los subsidios cubran el 40% del costo de la energía, contra 70% que cubrían en noviembre pasado.

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