Cuál es el único barrio porteño que no tiene plazas y que atrae compradores por sus casas en pasajes empedrados con impronta europea

Uno de los barrios porteños que nació con destino de viviendas para obreros y está en la parte noroeste de la ciudad de Buenos Aires es Villa Santa Rita, en la Comuna 11. Se trata de un trazado “chico” que se caracteriza por el diseño reticular, donde los pasajes con impronta europea y empedrados son protagonistas, y por ser el único barrio de CABA que no tiene plazas.

Está delimitado por las calles Miranda, Avenida Álvarez Jonte, Condarco, Avenida Gaona y Joaquín V. González.

El mercado inmobiliario de esta parte de CABA que está próxima con Villa del Parque, Villa General Mitre y Floresta, mantiene el interés de familias que sobre todo valoran vivir en propiedades confortables.

Las viviendas por la Avenida Juan B. Justo, bajo la cual corre el entubado Arroyo Maldonado, también son demandadas.

Según datos de El Observador Porteño, el barrio nació de las chacras que estaban próximas a Flores. Su nombre se vincula con la advocación de Santa Rita de Casia y ocupa los terrenos de la que fuera conocida durante años como la “chacra de Garmendia”. Eran tierras que habían sido parte de la suerte otorgada en 1609 a Mateo Leal de Ayala y que en 1834 fueron heredadas por María Josefa Ramos, quien posteriormente se casó con José Garmendia Alsina dando origen al nombre con el que era conocida la propiedad.

El casco principal de la misma estaba e la actual esquina de las avenidas Nazca y Gaona y la vendieron en remate judicial cuando en 1878 falleció María Josefa sin dejar descendencia directa. Primero la compró Enrique Tully Grigg y en 1889 la adquirió Juan José Soneyra. Entonces la empezaron a lotear, situación que terminó de concretar la empresa constructora de San José de Flores, que el 5 de septiembre de ese año compró 85 manzanas. Para 1889 la zona de la chacra de Garmendia ya era conocida como Santa Rita y así aparecía en las escrituras.

Esto se debía probablemente a la presencia de un oratorio dedicado a la santa italiana en la histórica propiedad; de hecho se cree que la imagen que hoy está en el camarín del santuario homónimo (sobre Camarones al 3400) es la misma que estaba en aquel oratorio original.

Villa Santa Rita tiene diversos tipos de viviendas, pero pocas en altura. Predominan casas en dos plantas y edificios como máximo de 7 pisos, más 2 retiros, y también hay PH o departamentos tipo casa. Las arterias en donde el código urbanístico lo permite se han desarrollado emprendimientos que desde la década del ´70 le viene cambiando la fisonomía al barrio. Actualmente, hay numerosos proyectos en ejecución y la única excepción que se advierte al recorrer sus calles es un edificio de más de 12 pisos en Cuenca y El Litoral.

Román Andrés Paikin, de San Román Propiedades, dijo a Infobae, que “dentro de los límites se destacan una serie de pasajes que conforman un sub barrio, el de las famosas Casas Baratas. Cada vivienda construida tenía 5 habitaciones y comenzaron a venderse en 1928″.

La ordenanza municipal y su ejecución, surgió por creación del legislador conservador Juan F. Cafferata (Ley 9.677, del 5 de octubre de 1915), que creó la Comisión Nacional de Casas Baratas (CNCB), y procedió a la construcción de 161 unidades individuales.

Se comenzaron a edificar en 1918, y fue habilitado en junio de 1921, es decir, durante la intendencia de José Luis Cantilo y la primera presidencia nacional de Hipólito Yrigoyen.

Algunos vecinos famosos de Villa Santa Rita son el automovilista Oscar Alfredo Gálvez, quien durante un tiempo y hasta la década de 1960 tuvo su taller y vivienda en Concordia al 1400 y el humorista Juan Carlos Calabró, quien en su juventud vivió en la calle Campana al 2000.

Villa Santa Rita guarda en su paisaje la impronta de un pasado lejano y mantiene la tranquilidad de otro Buenos Aires lleno de zona de quintas y pasajes.

Adrián Miceli, de Inteligencia Urbana Propiedades, destacó a Infobae que el pasado no se aleja y sigue presente en sus calles adoquinadas, los árboles antiguos las casas bajas, el silencio que abruma a la hora de la siesta en las calles laterales. Hasta Jorge Luis Borges ubicó en este barrio el escenario de su cuento Hombre de la esquina rosada.

El área comercial gira en torno sobre las Avenida Alvarez Jonte y Nazca, en donde se concentran la mayoría de los negocios.

“Dentro del perímetro de los pasajes están prohibidas las construcciones de altura. El código urbanístico lo clasifica como Urbanizaciones Determinadas-U3 b que corresponden a áreas que, con la finalidad de establecer o preservar conjuntos urbanos de características diferenciales son objeto de regulación integral en materia de uso, ocupación, subdivisión del suelo y plástica urbana”, detalló Paikin.

Los lotes son de medidas idénticas, de 8,66 x 10,67 metros ; 92 metros cuadrados de superficie descubierta y las viviendas son de aproximadamente 140 m2 cubiertos en 2 plantas.

Paikin añadió que “los valores en venta varían según el estado de conservación, desde USD 140.000 para las originales, hasta cerca de 300.000 dólares para las refaccionadas y dotadas del confort moderno”.

Dado que es un barrio tranquilo, de fácil acceso y de buena circulación y transitabilidad de vehículos la mayoría de los habitantes son familias. Los barrios aledaños poseen colegios y clubes que permiten una vida social amena.

“Hay dos zonas bien delineadas. Una donde están las casas que se encuentran emplazadas en los pasajes y la otra llamadas las casas ex municipales donde conviven construcciones bajas y solo se pueden construir hasta 9 metros de altura. En las zonas aledañas a las arterias principales se pueden se pueden construir hasta 9 pisos y hay menos de 400 departamentos en venta entre usados y a estrenar”, comentó Miceli.

Los valores de venta de los departamentos oscilan entre USD 1.400 y USD 1.900 dependiendo su condición.

“Las calles cercanas con las avenidas Nazca y Alvarez Jonte, como Ñandú, La Comuna, Elpidio González, San Blas, Camarones, Helguera, entre otras, son más demandadas por que allí se encuentran los medios de transportes”, dijo Miceli.

La queja de los vecinos del barrio arrancó allá por los ´80, cuando el predio de la antigua fábrica de cigarrillos Particulares se iba a vender (Beláustegui, Terrada, Condarco y Remedios de Escalada de San Martín). Pidieron una plaza pero se construyeron edificios. Luego en 2010, los vecinos del Pasaje Granville levantaron sus voces y fueron los primeros que pidieron una plaza en el lote de Álvarez Jonte al 3200.

En 2020, la actual juntista Carolina Maccione presentó un nuevo proyecto de ley por dicho lote, firmado por unanimidad por toda la Junta Comunal, iniciativa que, por lo tanto, tenía el apoyo de todas las fuerzas políticas. Perdió estado parlamentario sin tratamiento. En junio de 2022, hubo otro intento. Esta vez por impulso vecinal, está vigente el proyecto 1616-p-2022 , con estado parlamentario.

“Se pidieron 4 lotes: Jonte 3200, San Blas y Emilio Lamarca, Concordia y Toay, y Nazca 1500, todos ellos ociosos por años. El proyecto hasta hoy no tuvo tratamiento en la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura, pero el trabajo y la presión vecinal, la visita a despachos de todas las fuerzas políticas y el trabajo barrial, llevó a que el Poder Ejecutivo presentara un proyecto de ley, el 3213-2022 que terminó por primera vez en ley N° 6.627. Sin embargo, y a pesar de que ya tiene 4 meses, aún no hay indicios de su avance”, dijo a Infobae Matías Lockhart del Colectivo Una Plaza Para Villa Santa Rita.

Los vecinos hicieron varias acciones territoriales como bicicleteadas, jornadas para niños y recorridas por los lotes, hasta elaborar y presentar un proyecto de ley propio.

Mientras tanto quienes deseen ir a un plaza si habitan cerca del límite con Villa del Parque, están a 6 o 7 cuadras de un espacio verde .

Lockhart concluyó: “Sólo los vecinos que viven en el límite con Floresta/Monte Castro encuentran a 300 metros de sus casas Plaza el Banderín o Monte Castro. Los vecinos del centro del barrio están a 10 o 20 cuadras para acceder a un poco de verde”.

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