Dólar libre: cómo se vivió en la city el día de tensión cambiaria por los controles oficiales

El Ministerio de Economía advirtió que reforzaría operativos en grandes cuevas. La venta minorista de arbolitos no se resintió; con menos precios de referencia, la divisa blue llegó a los 600 pesos este miércoles

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Una foto de archivo del
Una foto de archivo del microcentro porteño, donde más se negocia el dólar libre / Bloomberg

En la city el anuncio del Ministerio de Economía de que podría reajustar controles para mantener a raya la cotización de los dólares paralelos -el blue llegó esta tarde a los $600- que se venden en la informalidad no sacó de la calle a los arbolitos, que continuaron poblando el microcentro para ofrecer dólares a precio blue. En las cuevas mayoristas, según reflejó Infobae, hubo menos operaciones de lo habitual. El Gobierno blandió la posibilidad de un mayor “rigor”, aunque algunos operadores cambiarios relativizaron el alcance y creen fue, más bien, una amenaza para desalentar a los minoristas a que hagan compras.

“Pago más”, “yo pago mejor”, voceaban pasado el mediodía dos arbolitos, en la calle Florida para anunciarle a los transeúntes que vendían y compraban dólar blue al turista o ahorrista que lo quisiera. Aunque pareciese más una coreografía destinada a pescar a quien camine con dudas sobre dónde parar a preguntar.

El microcentro tenía, como visitantes distintivos y más notorios este miércoles, con numerosos turistas uruguayos, identificados muchos de ellos con los colores del club Nacional, que llegaron a Buenos Aires por el partido que esta noche jugará su equipo contra Boca por Copa Libertadores. Un grupo de ellos se acercó a un arbolito pero para pedir recomendaciones de un local de artesanías.

Los puntos clave de los arbolitos, en general, son dos: Florida y Diagonal Norte y, una cuadras más allá, en la zona de la esquina con la avenida Corrientes. Entre medio de esos dos puntos la actividad es más leve y el coro de “dólares, euros, reales, cambio” puede incluso dejar de sonar por completos durante un tramo largo de caminata.

El microcentro porteño es el
El microcentro porteño es el hábitat natural de los arbolitos, vendedores minoristas de dólar libre. Foto de archivo / Bloomberg

Los momentos de mayor volatilidad cambiaria, en los que el precio de la divisa no se mueve de las pantallas de los canales y de los teléfonos celulares, hace multiplicar la presencia de vendedores minoristas en la calle, que trabajan caminando, parados, al lado de un cruce peatonal o hasta sentados en una bar con mesa a la calle, siempre cerca de galerías.

La fiebre por el dólar blue no parece estar influida por las amenazas de mayores controles, que apuntan más a las grandes operaciones, que no se hacen a viva voz ni en medio de la vereda. El circuito de los arbolitos es mucho más casual: turistas que traen divisas y quieren cambiarlos por pesos a un tipo de cambio más conveniente que al usar la tarjeta de crédito. Muchos turistas, incluso, consiguen ese cambio antes de pisar la calle, en el lobby de sus hoteles.

Por la tarde el dólar blue llegó a los 600 pesos, su techo en términos nominales, aunque todavía por debajo de los precios que había alcanzado durante otras crisis cambiarias, como la de mediados de abril. Con la nominalidad de hoy, ese tipo de cambio, que orilló los 500 pesos a fines de ese mes, habría alcanzado un valor cercano a los $630. En todo caso, más allá de un atraso ante el ritmo general de precios, la cuestión es lo repentino de ese recuperación, ya que el dólar blue subió 50 pesos en lo que va del mes.

Por la tarde el dólar blue llegó a los 600 pesos, su techo en términos nominales, aunque todavía por debajo de los precios que había alcanzado durante otras crisis cambiarias, como la de mediados de abril

La clave parece estar, entre otras razones más bien macroeconómicas -la debilidad de las reservas del Banco Central, la sumatoria de normativas para restringir la operación de dólares paralelos en el mercado financiero o la expectativa por el desembolso del Fondo Monetario Internacional luego de las PASO- o políticas como la proximidad de las PASO, con la falta de precios de referencia ante un retroceso de la actividad en las grandes cuevas.

Un operador del mercado aseguraba que el hecho de que “se corran” algunas de las cuevas que mueven más fondos en la dinámica diaria implica un mercado con montos reducidos de operación, y que el retiro de algunos jugadores decisivos implica un mercado con menos precios de referencia y, por ende, más volátil. Otro fue más allá y aseguró que “esto se hace para asustar a la gente, para que no llame a la cueva y que no vaya. Las cuevas están abiertas y operan”, comentó.

Sergio Massa atribuyó los movimientos a “pícaros” que especulan antes de cada elección presidencial y prometió “hacer sentir el rigor” de la agencia antilavado hoy en la City porteña. “Pareció durante todo el día que bajaba [por el dólar blue], después a última hora volvieron a aparecer los mismos pícaros que ayer y antes de ayer anduvieron jugueteando. Mañana les vamos a hacer sentir el rigor con todos los instrumentos que la UIF y antilavado tiene, porque es precisamente informal”, dijo Massa a periodistas en las inmediaciones del teatro Gran Rex, donde el oficialismo cerró su campaña porteña.

“En el 2015, en el 2019, siempre antes de las elecciones se dan estas situaciones de especulación. Lo más importante que tenemos que hacer es contener los dólares, que son parte del circuito de la economía formal, que son los que influyen en los precios”, dijo Massa a periodistas.

En los últimos días de julio el Gobierno ya había asegurado que llevó adelante operativos en la City porteña para detener a un grupo de “liquidadores”, es decir intermediadores con los corredores que operan dólar libre en el mercado paralelo, aunque no informó luego resultados de esos operativos.

Ese mes, también, un grupo de agentes de Aduana y personal policial había allanado 23 bancos, financieras y otras empresas para buscar rastros de maniobras ilegales en el mercado cambiario. Tanto personas físicas como sociedades habrían intentado burlar el sistema de autorización de importaciones para comprar dólares al tipo de cambio oficial y girarlos al exterior.

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