A pocos días de las elecciones primarias se impusieron en el mercado los movimientos defensivos y de tomas de ganancias, con una caída generalizada para las acciones y bonos y una demanda dolarizadora que empujó al libre y a las paridades bursátiles a zona de máximos.
Los inversores dejaron claro que ya no convalidarán precios bursátiles en base a las expectativas sobre el resultado electoral, sino que retomarán sus posicionamientos en activos con cuando cuenten con definiciones sobre el nuevo mapa político tras los comicios.
El dólar libre finalizó el viernes a $574 para la venta, tras haber registrado un máximo intradiario de $577 por la tarde del jueves. A lo largo de la semana, el dólar “blue” se encareció en 23 pesos o un 4,2 por ciento.
Con un dólar mayorista que terminó ofrecido a $279,35, la brecha cambiaria quedó en el 105,5 por ciento. El tipo de cambio oficial acumuló en cinco ruedas una suba de 5,65 pesos o un 2,1 por ciento.
“La realidad es que hay una gran presión dolarizadora y sabíamos que era algo probable, en este contexto electoral. Los dólares financieros siguen firmes, pero siguen por debajo de la inflación. Hacen un ajuste de la propia nominalidad”, afirmó Pedro Siaba Serrate, Head of Research & Strategy de Portfolio Personal Inversiones.
“Luego de varias semanas de relativa calma, los dólares financieros y el dólar informal mostraron un comportamiento que explicita la incertidumbre del mercado frente a un proceso electoral enmarcado en una situación macro de extrema fragilidad”, señalaron los expertos de Research del Grupo IEB (Invertir en Bolsa).
El Banco Central adquirió a lo largo de la semana unos USD 539 millones en el mercado de cambios, con la ayuda de las nutridas liquidaciones del dólar agro a $340, que incorporó al maíz en esta edición. El dólar agro aportó en la semana ventas en el MULC por 728,4 millones de dólares.
“El acumulado hasta el día de hoy (desde el lunes 24 de julio al viernes 4 de agosto), USD 1.613 millones, representa el 81% del objetivo de USD 2.000 millones” que busca el Ministerio de Economía, indicó la Bolsa de Comercio de Rosario.
“Tanto la experiencia internacional como la de nuestro país indica que los tipos de cambios múltiples -controles y brechas cambiarias- siempre generan corrupción y distorsiones en los flujos comerciales, lo que afecta negativamente la oferta neta de divisas en el mercado oficial de cambios. En el mundo en general y en Argentina en particular, altas brechas cambiarias han derivado en sobre-facturación de importaciones y subfacturación de exportaciones, explicando en parte la escasez de divisas en el mercado oficial de cambios”, consideró Gustavo Reyes, economista del IERAL de la Fundación Mediterránea.
“Por lo tanto, si bien la perdida de reservas del Banco Central podría ser explicada en gran parte por atraso cambiario, también influyen las anomalías del propio régimen cambiario, sobre todo cuando la brecha tiende a instalarse en torno al 100 por ciento”, agregó Reyes.
Brian Torchia, Gerente de Finanzas Corporativas de PGK Consultores, indicó “en lo que hace a la dinámica de las últimas ruedas se observó una acumulación de reservas de compra de dólares por el Banco Central, cosa que no venía sucediendo en este último tiempo, lo cual es estrictamente positivo, si queremos evaluar la capacidad de repago de Argentina naturalmente por la capacidad de acumulación de dólares, que le venía siendo bastante esquivo”.
Desde el Grupo CREA precisaron que “hoy en día, las reservas que usa el BCRA para intervenir en el mercado de cambios, y que usó para pagar los vencimientos de deuda de junio, no son propias si no que provienen del swap con China y, se especula, de los encajes de los depósitos privados en dólares”. Agregaron que “en este contexto apremiante, el Gobierno ha lanzado un paquete de medidas para tratar de destrabar los desembolsos pendientes del FMI y administrar las dificultades del mercado cambiario, al costo de crecientes distorsiones, sin recurrir a una devaluación del tipo de cambio oficial”.
Para Walter Morales, presidente de Wise Capital, “el Gobierno va a recibir USD 7.500 millones en agosto y con esto se evita el default con el FMI. Esperamos que se acumulen reservas por el dólar agro por unos USD 2.000 millones, pero no que se alcance el objetivo de terminar el año con reservas netas por USD 3.227 millones -meta reducida en USD 7.000 millones por la sequía-, máxime que, por motivos estacionales como la dolarización de portafolios y vacaciones, falta transitar por la peor parte del año. El no cumplimiento de esta meta dificulta que lleguen los USD 7.500 millones del desembolso esperado para noviembre”.
Para las acciones y los bonos de Argentina se dio una continuidad del compás de espera o clima de cautela inversora que le puso un freno a la euforia del “trade electoral” de las anteriores semanas.
Así fue que el panel líder S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires concluyó en los 451.570 puntos el viernes, con un retroceso semanal de 1,4% en pesos, y de 7,8% en dólares, según la paridad del “contado con liquidación” implícito en los precios de los ADR argentinos en Wall Street.
También se observó una caída en general para los bonos en dólares de la Argentina, que retrocedieron un 3% en promedio, según la referencia de los Globales del canje -con ley extranjera- que son negociados en Wall Street, con un riesgo país de JP Morgan en los 2.022 puntos básicos.
Seguir leyendo: