No sólo el dólar blue registra un fuerte sacudón desde que empezó la semana. Aunque el mayor nerviosismo lo provocó en las últimas jornadas la suba acelerada del billete informal, que ayer cerró en $570 tras alcanzar durante el día los $575, también el dólar oficial registra movimientos más bruscos que antes aunque mucho más controlados que lo que ocurre en el mercado financiero de la divisa.
En el mercado de cambios oficial, el Banco Central inició el mes apurando el paso del denominado crawling peg, es decir, la estrategia de suba escalonada diaria que, en función del acuerdo con el Fondo Monetario, debería acompañar como mínimo el ritmo de la inflación. Así, en la semana acumuló unos $4,40, una suba mayor que en los primeros cuatro días de la semana pasada.
Tras meses en los que se mantuvo por debajo del avance del resto de los precios, el BCRA ajustó fuerte el ritmo en casi 4 puntos porcentuales en los últimos 3 días y aplicó una suba diaria equivalente a 11,5% mensual. Ese valor se encuentra bien por encima de la tasa de inflación esperada para julio, en torno a 7,5% ya que tanto el salto del dólar libre como el aumento de costos que implican las nuevas medidas impositivas para la importación de bienes y servicios apenas impactaron sobre el final del mes.
Para agosto, el escenario está todavía abierto, no sólo porque el Gobierno no parece encontrar un ancla para la suba del dólar sino también porque es impredecible la reacción del mercado el lunes 14 de agosto al resultado electoral de las PASO del día anterior que, dicho sea de paso, no es menos incierto.
En cualquier caso, una devaluación mensualizada de 11,5% parecería, a priori, cumplir con el mandato del Fondo de acelerar el ritmo de devaluación para evitar un mayor atraso cambiario, factor clave que va en detrimento de la acumulación de reservas.
La tasa actual de depreciación contrasta con el ritmo de 7% a 7,5% mensual de los meses anteriores. “El BCRA está elevando (por ahora) el tipo de cambio oficial a un ritmo de 11,5% mensual, es 276,1% anual”, calculó el economista Salvador Vitelli, quien explicó que en las medias móviles mensuales el ritmo aumenta a 8,3% si se contemplan las últimas 10 jornadas y a 7,6% si se computa desde principios de junio.
El impacto de la suba más pronunciada del dólar oficial se combinará con el efecto de las medidas puestas en marcha hace diez días para las importaciones y el dólar agro, que generarán una suba de precios particularmente de los alimentos. Esas consecuencias “no deseadas” se verán, además, potenciadas por el salto del dólar libre en sus diferentes variantes.
Todo esto ocurre en los días previos a las elecciones primarias, período que por definición genera incertidumbre cambiaria en la Argentina. Parte de esa inquietud se reflejó ayer en el mercado informal del dólar en el que la cotización estuvo presionada también por las nuevas restricciones para acceder al dólar financiero.
La Comisión Nacional de Valores impuso el miércoles un plazo de 15 días anterior y posterior a las operaciones con plazo de liquidación menor a 48 horas. Según explicó el ente regulador, la medida “agrega una limitación a la operatoria en los dólares financieros en diferentes plazos, algo que sólo utilizan inversores sofisticados tratando de obtener una rentabilidad con bajo riesgo”. Esa medida cayó mal en un mercado ya convulsionado por la proximidad electoral y las dudas que genera el precario acuerdo con el Fondo Monetario.
Con ese telón de fondo, una nueva preocupación sumó tensión ayer por la tarde cuando surgieron dudas respecto de la tenencia de oro del Banco Central en sus reservas y las suspicacias respecto de que la autoridad monetaria dispuso de USD 400 millones -lo que cayó la posición según el balance semanal de BCRA, dato que destacó la consultora 1816- para pagar al FMI en vez de usar fondos provenientes del segundo tramo del swap con China, lo que ahora genera dudas respecto a su activación. Desde el Banco Central recogieron el guante y aseguraron que el pago al Fondo se realizó “tal como se comunicó” en su momento, con el préstamo de la CAF por USD 1.000 millones y yuanes.
Sin embargo, para el pago de hoy por unos USD 700 millones, el Gobierno no recurrirá al segundo tramo de yuanes sino que dispondría de un préstamo en DEGs (la moneda del FMI) por parte de Qatar. Al menos era eso lo que se negociaba ayer hasta última hora.
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