El Banco Central decidió no innovar en la reunión de directorio de hoy y a pesar del recalentamiento en el mercado cambiario y las mayores presiones sobre la inflación, la autoridad monetaria no subió la tasa de interés. De esa manera, después de que en junio la tasa de interés -actualmente en 97% nominal anual- entrara en terreno positivo por primera vez en año, podría volver a partir del mes próximo a perder contra la inflación.
En términos mensuales, la tasa que aplica para los instrumentos de deuda del Banco Central y también para las colocaciones a plazo fijo rinde 8% mensual, lo que la situó el mes pasado 2 puntos porcentuales por encima de la inflación. Esa diferencia, todo indica, fue apenas pasajera ya que las estimaciones privadas de inflación para este mes apuntan nuevamente a un piso de 7% y superan el 8% para el mes próximo. A diferencia de lo que venía ocurriendo desde que se implementó el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central, será más complejo el mes próximo tener una referencia clara respecto de las proyecciones y mediciones privadas ya que se suspendió la publicación de esa encuesta en las fechas habituales.
De todas maneras, el consenso de los analistas e incluso de funcionarios dentro del Gobierno, es que tanto las últimas medidas dispuestas para frenar el drenaje de reservas y fortalecer las cuentas públicas como la disparada del dólar blue y financiero, hoy todos por encima de los $500, tendrán un notable impacto en la inflación de agosto. Así, podría sumar 3 puntos respecto del último índice y asomarse al 9%, un nuevo récord de las últimas dos décadas.
Para julio, en cambio, el próximo dato que se conocerá días después de las PASO, el impacto sería algo menor. Esto porque el impuesto PAIS a las importaciones, de 7,5% para bienes y de 25% para servicios, comenzó a aplicarse en la última semana del mes, lo cual diluye la presión sobre el índice de este mes aunque no evitará la presión sobre el dato a conocer en septiembre, un mes antes de la primera vuelta electoral. Lo mismo ocurre la filtración a precios (pass through en la jerga financiera) del salto del dólar. Si bien ya desde la semana pasada se recalentaron las cotizaciones, a partir del viernes pasado los precios se consolidaron un nuevo escalón, con una suba de 10% en pocos días.
Esto hace prever al propio equipo económico que la inflación reaccionará al alza, aunque relativicen el impacto de los nuevos tipos de cambio para importar. Aducen que los productos importados ya no se regían por el dólar oficial, ni siquiera por el financiero, lo cual mitigaba el impacto. Los resultados de la última medición de inflación mayorista del INDEC fundamentan esa tesis: mientras el dólar oficial avanzó en junio 7,5% y el financiero 3,4%, los productos importados aumentaron 9.7%, con lo cual existiría un colchón para absorber el impacto. El problema, sin embargo, es que ese colchón prácticamente se perdió con el último movimiento de las cotizaciones del dólar.
Aun así, al menos por ahora, en el Banco Central no está en carpeta algún cambio respecto de las tasas de interés en las dos reuniones de directorio que quedan hasta las elecciones primarias. A partir del lunes 14 de agosto, sin embargo, se abre un nuevo escenario que dependerá del resultado electoral y la reacción del mercado.
Seguir leyendo: