Durante junio se realizaron 3.320 escrituras de compraventa en la Ciudad de Buenos Aires, lo que marca una suba de 10,5% respecto a la actividad del mismo mes del año pasado, según datos del Colegio de Escribanos porteño. Esas operaciones totalizaron un monto de $80.400 millones, lo que marca una suba del 76,6%, claramente por debajo de la inflación del último año.
Aún cuando se mantiene la mejora en la cantidad de operaciones realizadas en relación al año pasado, las 3.320 operaciones de junio marcaron una caída del 1,7% con respecto a las 3.376 escrituras selladas en mayo.
El monto promedio de las escrituras concertadas muestra la caída en los precios de venta de las propiedades, en un mercado signado por la devaluación y la elevada inflación. El informe de los escribanos de la Ciudad de Buenos Aires revela que el precio promedio fue de las escrituras de compraventa de junio fue de $24.217.152, un valor que equivale a USD 93.021 al tipo de cambio oficial. En el último año, el valor promedio creció 59,8% en pesos, y cayó un 21,5% en moneda estadounidense.
A la vez, en junio se registraron apenas 109 escrituras formalizadas con hipoteca. Ese número establece una baja del 6,8% respecto al mismo mes del año pasado. En el acumulado de los 6 meses, el descenso de las operaciones hipotecarias es del 6,4%. Las compraventas hipotecarias totalizaron en el primer semestre 624 operaciones, lo que marca una señal de escaso alcance del crédito hipotecario.
“Cerramos un primer semestre con una suba del 15% respecto a 2022. Ese dato alentador se condice con que todos los meses de este 2023 fueron positivos respecto al anterior, cosa que en 2022 no había pasado. Y la curva de la pandemia hasta acá es en lenta recuperación”, señaló Jorge De Bártolo, presidente del Colegio de Escribano de la Ciudad de Buenos Aires.
“El dato a marcar es que estamos en un escenario de poco más de 100 hipotecas mensuales, con pocos incentivos, y con una cotización del dólar que crea incertidumbre. Insistimos en la necesidad de confluir en una política de vivienda con estímulos al sector, porque eso sí que será un círculo virtuoso”, agregó.
El impacto de la suba del dólar
La levantada del mercado inmobiliario porteño en relación al año pasado sumó en las últimas horas un nuevo ingrediente: la suba del dólar libre, que ayer cerró en 552 pesos. Un salto de este tipo suele generar cautela a la hora de tomar decisiones. Durante los primeros días de julio, explicaron en el sector, había más consultas que en otros momentos del año y ahora la estampida de la divisa puede meter ruido.
La aceleración del tipo de cambio provocará cierto freno en las negociaciones por la incertidumbre económica, aunque siguen existiendo precios de oportunidad por la disminución de las cotizaciones y la sobreoferta de inmuebles sigue siendo récord en todo el país. Sólo en la Ciudad de Buenos Aires se calcula que existen 135.000 inmuebles en venta.
Los propietarios ingresaron en una etapa de espera. Mientras los inmobiliarios sostienen que la cotización de la divisa estadounidense presionar a una nueva baja en los valores, algunos análisis privados sostienen que la caída de los precios en dólares se desaceleró y se estaría por tocar el piso.
El primer impacto de los aumentos del dólar blue recae en el nivel de consultas en las inmobiliarias. Suele ser inmediato y por lo general se tarda semanas -en ausencia de nuevos saltos- en recuperar el nivel de consultas previos a la suba.
Según Mariana Lucángeli, experta del mercado inmobiliario de barrios como Almagro, Boedo y Caballito, el nivel de consultas venía bien pero se enfrió. “Ya no hay tantas contraofertas porque la demanda también entendió que los precios de publicación bajaron bastante y los dueños no aceptan quitas más allá de un 7% del valor de partida. Ahora gana la cautela”, dijo a Infobae.
Los dueños se muestran más “duros” de negociar en momentos de inestabilidad cambiaria y entran en modo espera. Expertos sugieren a compradores y vendedores que hagan los acuerdos igual porque hay buenas oportunidades y si el ciclo político y económico se revierte, las propiedades volverían a subir.
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