Advierten que los ingresos reales por inversión extranjera en 2022 fueron menores a USD 1.000 millones

El Gobierno informó más de USD 15.000 millones, pero un informe privado explicó que en su mayoría son dólares que las empresas del exterior no pueden sacar por las restricciones cambiarias. La divergencia no proviene de una manipulación de los datos sino de la metodología para registrarlos usada por el Indec y el BCRA

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En los últimos días el Gobierno informó, en base a datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), un salto de la Inversión Extranjera Directa (IED) del 123% en 2022 con ingresos totales por USD 15.408 millones, un monto que superó el récord previo de 2012. Pese a ese dato alentador, un informe privado advirtió que los dólares efectivamente ingresados al país fueron menos de USD 1.000 millones y que el dato difundido se basa en una metodología estadística que, aún sin caer en la manipulación, permite “inflar” los números para mostrar dólares que en realidad no entraron al país. Por el contrario, lo que sucedió fue que los controles cambiarios les impidieron salir.

Los economistas suelen decir que poner un “cepo” cambiario es como frenar una puerta giratoria: nadie puede salir pero tampoco nadie puede entrar. Y los USD 15.408 millones de inversión que esgrimió el Gobierno tienen mucho de eso. Gran parte de esos son dólares no fueron inversiones genuinas de las empresas extranjeras sino que quedaron en el país porque esas compañías están impedidas de distribuir utilidades o pagar deudas con sus casas matrices. En ambos casos, las restricciones cambiarias tuvieron la culpa.

“En las estadísticas de la Cuenta Financiera del Indec vemos efectivamente que en el año 2022, ‘entraron’ USD 15.408 millones (brutos) de inversión extranjera directa. La IED se compuso casi en su totalidad de ‘reinversión de utilidades’ (USD 5.775 millones) e ‘instrumentos de deuda’ (USD 8.807 millones)”, explicó el economista Iván Baunmann en un informe publicado en su blog Macroargentina.

El analista explicó que los dividendos que pagan las compañías extranjeras se computan como distribución de utilidades, y cuando no lo hacen, como reinversión, con el criterio contable del “devengado”: se imputan en el momento de la ganancia, más allá de que se paguen o no. “La reinversión de utilidades está forzada desde el Gobierno que impide distribuir dividendos al exterior a través del cepo cambiario. No fue que las empresas decidieron apostar por el país sino que no tuvieron otra opción. Algo similar había pasado durante el cepo anterior, cuando los bancos compraban rascacielos como si no hubiese un mañana por no poder girar dividendos”, recordó Baunmann, quien fue Director Nacional de Política Macroeconómica entre 2017 y 2019 durante el gobierno de Cambiemos.

El reporte explica que los otros USD 8.807 millones corresponden a “instrumentos de deuda con sus casas matrices” según la denominación del Indec. Pero eso no implica necesariamente que se trate de obtener financiamiento para invertir. “En realidad, lo que está sucediendo es que las empresas le están dejando de pagar a sus casas matrices en buena parte debido al cepo cambiario, y eso la contabilidad nacional lo registra como ‘deuda comercial’. De hecho, en el mismo informe del INDEC, se puede ver que de los USD 9.469 millones que aumentó la deuda externa en 2022, el 80% se debió al aumento de la deuda comercial”, explicó Baunmann.

De este modo, gran parte de esos USD 15.408 millones presentados como dólares ingresados por inversores extranjeros son divisas que no se pueden sacar. No obstante, Baunmann aclaró que no hay nada irregular en la forma de presentar los datos seguida por el Indec y que recopiló la CEPAL. “Esto no es una manipulación de las estadísticas públicas ni mucho menos. Es la práctica contable correcta a nivel internacional. De hecho, es perfectamente entendible que las utilidades que no se distribuyan al exterior sean interpretadas como la firma ‘reinvirtiendo’ en el país”, aunque consideró “engañoso” el modo de informarlo. Los controles de cambios hacen que la metodología usada en todos los países genere esta distorsión en la Argentina.

“El 95% de la Inversión Extranjera Directa que festejó la Secretaría de Producción no fueron dólares que efectivamente ingresaron al país”, explicó. Y agregó el “double check” de la cuestión se encuentra en el Balance Cambiario del BCRA, que registra “las divisas que genuinamente ingresaron por este concepto, un número ‘neto’ (la entrada menos la salida), con lo cual debería ser un número más bajo”. En 2022, ingresaron por el Mercado Único y Libre de Cambios sólo USD 571 millones en concepto de IED según el Central. “Aquí vemos otro de los tantos daños del cepo cambiario: es el valor más bajo de toda la serie que comienza en 2003, mostrando precisamente la realidad opuesta a la que celebraba el gobierno”, agregó Baunmann.

Según la Balanza de Pagos del Indec (que no utiliza el criterio contable de “percibido” como el Central, sino el de “devengado”) , sólo USD 826 millones de los USD 15.408 millones “correspondieron a inversión genuina”, concluye el informe.

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