Los efectos de la sequía impactaron de lleno en la actividad económica, que sufrió un fuerte derrumbe en el segundo trimestre. El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de mayo publicado ayer por el INDEC arrojó una caída de 5,5% respecto al mismo mes del año anterior, aunque por lejos la mayor contribución para este rojo correspondió al sector agropecuario, que sufrió un derrumbe de 43%.
Esta caída era ya había sido más que adelantada por los analistas y el mercado. Lo que sí genera cierta sorpresa es que el consumo todavía se sostiene en términos interanuales, aunque con una desaceleración significativa en los últimos meses. El rubro “comercio mayorista y minorista” creció 2,8% en mayo contra mayo del año pasado.
Abril también había arrojado un dato muy negativo de actividad (-4,4%), afectado por la misma causa, es decir, la menor producción del sector agropecuario.
Es posible adelantar, por lo tanto, que el segundo trimestre terminará con valores fuertemente negativos. Así se cierra el ciclo de recuperación que la economía había arrancado a mediados de 2021, a partir de un gran rebote posterior a la pandemia. Esa mejora se prolongó prácticamente por dos años, pero ahora llego a su fin.
El economista y director de la consultora Econviews, Andres Borenstein, resaltó a través de un mensaje en redes sociales que la economía se encuentra en los mismos niveles de mayo de 2011. Por su parte, el ex economista jefe del BCRA, Andrés Neumeyer, fue en la misma dirección: “Hace doce años que la economía no crece y el nivel de consumo per cápita cayó 15%”.
En los cinco primeros meses del año, siempre según los números divulgados por el INDEC, la economía acumula una contracción de 1,3%.
Resulta paradójico que a pesar de la merma de la actividad, diez sectores que mide el INDEC terminaron positivos y solo cinco finalizaron en rojo en la comparación interanual. El mejor comportamiento fue para el sector minero, que creció 5,3%, mientras que “hoteles y restaurantes” también se mantiene fuertemente positivo (+4,1%).
La economía argentina va entrando así a una nueva recesión, aunque sería leve. La proyección es que para fin de año se daría un repunte a partir de una mejor cosecha de trigo, pero que luego se consolidará con la mejor producción de soja. Es decir que es el campo el que sigue marcando el ritmo hacia arriba o hacia abajo.
Luego del rebote de los últimos dos años post pandemia, la economía sigue en los mismos niveles de 2011 y el consumo per cápita cayó 15%. El agro y la pesca se derrumbaron en el segundo trimestre, pero el turismo y el comercio todavía resisten
En relación al consumo, existen algunas razones para explicar por qué resiste a pesar de los niveles e inflación que ya supera el 115% anual. Una de las causas es que aumentó el volumen de empleo, por lo que la masa salarial total se incrementó. El problema de la economía -como resaltó la consultora Invecq- no pasa por una cuestión laboral, sino por los bajos niveles de ingresos, especialmente en los sectores informales.
Otro motivo que ayuda a sostener el consumo es que las familias se apuran para gastar para que la inflación no se licúe rápidamente los niveles de ingresos. Como señalan los economistas, se produce la aceleración de la velocidad de circulación del dinero, lo que a su vez también provoca mayor inflación.
El aumento del turismo, tanto interno como internacional, es otro factor que juega a favor de mantener los niveles de consumo. Incluso, es uno de los sectores más dinámicos que seguramente jugará un rol importante en el escenario de posible reactivación del año próximo.
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