El círculo rojo espera una resolución pronta de la negociación con el Fondo Monetario Internacional que le pueda dar a la economía argentina “un marco de certidumbre”, mientras en las últimas horas se aceleró, en dos planos distintos, las conversaciones con el organismo: un cara a cara técnico con el staff en Washington y contactos clave con países accionistas del directorio y, también, con China.
El ministro de Economía Sergio Massa tuvo el martes por la tarde una reunión con un grupo de empresarios del sector industrial en la que anunció medidas tributarias. Participaron de ese encuentro, entre otros, el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, el de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) Gustavo Weiss, el titular de la Confederación General Empresaria (Cgera) Marcelo Fernández, y Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA).
Consultado por Infobae, Funes de Rioja prefirió no arriesgar si habrá acuerdo esta semana con el Fondo Monetario y qué características podría tener ese entendimiento: “No soy adivino”, se excusó. De todas formas, tanto el mandamás de la Unión Industrial como otros ejecutivos vienen marcando, desde hace tiempo, que la economía necesita de un acuerdo nuevo con el FMI para tener alguna chance de estabilidad macro.
Funes comentó que la “Argentina necesita confiabilidad internacional” para poder aspirar a contar con “las grandes inversiones” en la economía local. “Todo lo que es energía, minería, economía del conocimiento, agroalimentos son espacios en donde Argentina puede ganar muchos mercados y para eso Argentina tiene que ser confiable”, mencionó.
“Un acuerdo con el Fondo da un marco de certidumbre. Es necesario llegar a un acuerdo y es absolutamente prioritario para la Argentina aprovechar esas oportunidades para el desarrollo para no tener subidas y bajadas como la Argentina nos tiene acostumbrados”, había dicho esta mañana en declaraciones radiales. “En Massa ministro confiamos, en Massa candidato, la ciudadanía tiene que elegir”, aseguró a AM750.
Al salir del Salón Belgrano, en el quinto piso del Palacio de Hacienda, consideró que “son medidas interesantes, la Argentina tiene que apostar a una reforma tributaria integral pero estos son pasos en la dirección correcta”, dijo a Infobae.
“Necesitamos estabilidad macroeconómica, esto implica una visión que incluye gasto público que se pueda controlar, que la presión fiscal no sea de esta proporción, de superávit gemelos. En tema de importaciones, entendemos la restricción cambiaria, pero la industria está preocupada por los insumos. No solo para fabricar maquinaria o para el consumo, también el pago de servicios y fletes”, cerró.
Gustavo Weiss, que hace algunas semanas fue anfitrión de la cumbre de empresas de la construcción que tuvo a Massa como participante -en un discurso en que el ministro de Economía había anticipado una resolución “en las próximas horas” del tira y afloje con el Fondo- también consideró que habrá un consenso técnico pronto.
“Es muy importante, abogamos por que haya acuerdo. El hecho de que haya funcionarios negociando en Estados Unidos es porque muy probablemente haya un acuerdo positivo, soy optimista de que así vaya a ser”, dijo a este medio.
Por su lado, Daniel Rosato mencionó: “Lo damos como un hecho, va a haber acuerdo. Vienen trabajando desde hace tiempo en generar una confianza hacia adentro y hacia afuera. Eso se traduce en dar al FMI la garantía que necesita de que Argentina puede, y eso es a través de la producción y el trabajo. Las exportaciones van a ser el parámetro fundamental de que la Argentina va a cumplir”, concluyó.
Este martes tuvo lugar la línea de largada de lo que, se espera, será la recta final de la negociación con el Fondo Monetario. Esta última etapa comenzó en dos frentes, a miles de kilómetros de distancia. El equipo que encabeza el viceministro Gabriel Rubinstein -junto a Leonardo Madcur, Lisandro Cleri y Jorge Carrera, con Raúl Rigo que se sumará desde este miércoles- inició encuentros de carácter técnico con el staff, luego de tres meses de pulseada por videollamada.
“El equipo del FMI y una delegación argentina comenzaron las reuniones técnicas presenciales esta tarde en Washington D.C., para avanzar en la quinta revisión del programa respaldado por el Fondo. Se espera que estas reuniones continúen durante los próximos días”, expresó el organismo este martes por la tarde a través de un portavoz, como confirmación.
En paralelo, Massa activó otro frente, más bien geopolítico. Por un lado, el ministro y precandidato presidencial mantuvo conversiones con Mike Pyle, asesor económico internacional del Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos. Pyle ya había sostenido, en un viaje del ministro de Economía a Washington, un encuentro sobre las negociaciones geopolíticas que subyacen al tira y afloje de los números con el FMI. Pyle es mano derecha de Jake Sullivan, uno de los asesores principales de Joe Biden.
Tras aquella reunión, que tuvo lugar en septiembre, la Casa Blanca había declarado que “Sullivan y Pyle subrayaron la importancia del compromiso de Argentina con el FMI mientras Argentina trabaja para regresar a la estabilidad macroeconómica, el crecimiento económico y la oportunidad para las familias trabajadoras”.
Antes, por la mañana, el jefe del Palacio de Hacienda había sostenido una reunión, también por Zoom, con un hombre clave del gabinete económico alemán. Se trata de Jörg Kukies, secretario de Estado de la Cancillería Federal alemana. Alemania es señalado como uno de los “halcones” en el board del Fondo Monetario que sostienen posturas más ortodoxas y menos flexibles en la negociación con la Argentina. La semana pasada el jefe del Palacio de Hacienda había solicitado a enviados de Japón que tercien por un respaldo en el board.
El lunes por la noche, a última hora y pasadas las 21, Massa recibió en su despacho al embajador chino en Buenos Aires, Zou Xiaoli, justo minutos después de que la delegación del Palacio de Hacienda partiera a los Estados Unidos para iniciar el contacto técnico con el FMI. La reunión con el representante diplomático del gigante asiático tiene lugar luego de que el Gobierno argentino se haya apoyado en el intercambio de monedas con el Banco Popular de ese país para afrontar parte del pago de vencimientos de deuda con el Fondo Monetario a fines de junio.
Para este mes, si el Poder Ejecutivo tuviera que afrontar el pago de los otros casi USD 2.700 millones, solo tendría en las arcas yuanes chinos. A diferencia de hace algunas semanas, no quedaron Derechos Especiales de Giro (DEG) remanentes. El reloj corre y aún no se materializó el acuerdo que dé paso, previo visto bueno del directorio, de un desembolso que sirva para abonar los vencimientos de deuda. Massa resumió, de manera muy escueta, el contenido de la reunión con Xiaoli: “Nos reunimos para seguir consolidando las relaciones bilaterales que unen a nuestros países”.
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