La extensión de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional para concretar un acuerdo que cristalice el programa de financiamiento en curso, con sus desembolsos, pagos y metas para lo que reste del año hizo que la hoja de ruta de la planificación económica se superponga con una discusión que, por ahora solo dentro del gabinete, empezó hace algunas semanas: los números finos del proyecto de Presupuesto 2024 de Gastos y Recursos que deberá presentar el ministro de Economía Sergio Massa antes del 15 de septiembre.
Tal como informó Infobae, Hacienda envió en los últimos días al Congreso nacional una primera aproximación sobre los números que plasmará en el proyecto de ley completo, aunque todavía restan definir algunos de los números vertebrales de esa iniciativa. Algunos de ellos, incluso, forman parte de la propia negociación con el Fondo, aunque no de manera inmediata. “Ahora estamos con la quinta revisión, más adelante se hablará con ellos del 2024″, mencionó ante este medio un funcionario del equipo económico con conocimiento de la elaboración de ese proyecto.
Son dos procesos que corren en paralelo y que comenzaron hace varias semanas. En el caso de la negociación con el Fondo Monetario, el puntapié inicial del tira y afloje tuvo lugar a mediados de abril, durante una cumbre del FMI y el Banco Mundial en que el gobierno argentino y el organismo pactó poner en revisión de manera integral el programa por el impacto de la sequía y recalcular sus números con una profundidad que, casi tres meses después, todavía no permitió cerrar las cifras finales.
El FMI pactó poner en revisión de manera integral el programa por el impacto de la sequía y recalcular sus números
El camino para diseñar el Presupuesto de la Administración Central arranca, puertas adentras del Estado, varios meses antes de su presentación en sociedad en el parlamento, que por ley tiene como fecha tope el 15 de septiembre, este año, un mes después de que se celebren las elecciones primarias. Algunos pasos ya se dieron y otros todavía faltan hasta que sobrevenga esa fecha de referencia.
Por ejemplo, entre otras tareas, ya comenzaron a calcularse en los despachos oficiales las variables macroeconómicas para el período 2024-2026, la proyección de los recursos tributarios y las contribuciones a la Seguridad Social para ese mismo lapso, el servicio de la deuda pública interna y externa, los gastos a financiar con préstamos de organismos internacionales, la programación de la inversión pública, los techos presupuestarios y los lineamientos generales de política presupuestaria.
Algunas pistas sobre el recorrido macroeconómico que espera el Poder Ejecutivo que tendrá el 2024 fueron aportadas por el proyecto de avance presupuestario que envió el equipo de Sergio Massa al Congreso. Si bien no asegura en forma taxativa cuál sería la inflación -todavía resta un recálculo de lo que será la suba de precios de este año en manos del FMI y del propio Gobierno- hay una estimación del incremento de recaudación de impuestos de 2024 que podría perfilar qué nominalidad espera el Poder Ejecutivo.
“Se estima que la recaudación correspondiente a la Administración Nacional resultará alrededor del 106% superior a 2023 y mostrará un aumento de 0,18 puntos porcentuales (pp) en términos del PBI, apuntalado principalmente por el aumento de los Derechos de Exportación”, apuntaron.
Sobre este último punto, la diferencia está explicada en el efecto comparativo que tendrá el derrumbe en 2023 de ingresos por retenciones. “Los recursos totales provenientes de los Derechos de Exportación se cuadruplicarían en 2024 respecto de las proyecciones para el presente ejercicio, aportando 9,1 pp al crecimiento de la recaudación total. Estos recursos pasarán de representar 0,7% del PBI en 2023 a 1,37% del PBI en 2024. El crecimiento se explica fundamentalmente por la recuperación de los saldos exportables, fuertemente disminuidos en 2023 por el efecto de la sequía”, menciona el documento.
Se estima que la recaudación resultará alrededor del 106% superior a 2023. El IVA crecería 81%, Ganancias 105% y el impuesto al cheque, 103 por ciento
Según esa nominalidad esperada, el IVA, que explica el 30% de la recaudación total, tendrá en 2024 un retroceso en términos reales ya que avanzaría solo 81%. “En términos del PBI, el IVA neto de reintegros se reducirá en 0,83 pp en relación a 2023, producto de los créditos fiscales originados por las mayores percepciones aduaneras recaudadas el año previo. Esta es la principal variable explicativa de la menor presión tributaria total”, estimó el Ejecutivo. El impuesto a las Ganancias avanzaría 105%, Bienes Personales un 77% y el impuesto al cheque 103 por ciento.
Fuentes oficiales aseguraron a este medio que para el recálculo de la inflación de 2023, algo que forma parte de la mesa de negociación con el FMI, todavía restan afinar otros elementos. “Hay que ver si hay o no una devaluación”, resumió, tajante, un hombre que integró esta semana las conversaciones con el Fondo.
La discusión sobre el nivel del tipo de cambio no es nueva con el FMI. Sin ir más lejos, en su última revisión técnica, la cuarta desde que inició el programa, el staff técnico de ese organismo ya había postulado que existía algún atraso en la cotización del precio que administra el Banco Central. En la letra chica del reporte que aprobó el directorio a fines de mayo quedó explicitado que el Fondo Monetario detectó una apreciación del peso del orden de entre 15 y 20 por ciento.
En el anteproyecto de presupuesto del 2024 hay pocas precisiones sobre la cuestión cambiaria. Respecto al precio del dólar que administra el Banco Central, el avance presupuestario solo informa que “para el tipo de cambio real en 2024 se espera una leve apreciación. Para el período 2024-2025, se espera que el tipo de cambio nominal siga acompañando la desaceleración de la inflación, destacando que la evolución consistente de ambas variables deriva en una trayectoria estable y competitiva del tipo de cambio real”.
Hay otros elementos que faltan dilucidar en los números del año próximo, pero como tienen directa relación con lo que termine decidiéndose para el 2023 todavía resulta temprano para que queden establecidas. Una de ellas, central, es el nivel de déficit fiscal que proyectará el Presupuesto 2024.
En mayo, el Fondo Monetario detectó una apreciación del peso del orden de entre 15 y 20 por ciento
Según dejó trascender el Palacio de Hacienda, uno de los motivos por los cuales se demoró el entendimiento técnico con el staff del FMI estuvo relacionado, precisamente, con el sendero de ajuste fiscal esperado para este año. Mientras el Fondo insiste por un nivel equivalente a 1,5% del PBI como tope de rojo primario, el Gobierno aceptaría solo ceñirse hasta 1,9% del PBI que se había estimado en la hoja de ruta original.
Por último, un grupo de variables macro también quedarán definidas más adelante, de acuerdo a cómo terminen de reajustarse las proyecciones en los próximos dos meses. Entre ellas, la variación esperada de la actividad económica. El anteproyecto presupuestario anticipó que este año habrá una caída en el PBI y que, como efecto rebote -por la ausencia del impacto de la sequía, entre otros elementos- el 2024 registrará un crecimiento.
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