Desacoples generados a causa de la incertidumbre política, impacto de la pandemia, coyuntura económica, controles cambiarios, entre otras cuestiones, hicieron que las cotizaciones de propiedades en venta cayeran con fuerza desde 2018. Con el tiempo, la depreciación de los precios provocó que hoy haya más de 30.000 inmuebles en CABA que se comercializan por menos de 50.000 dólares.
Así lo confirmó un estudio de la Cámara de Empresas de Servicios Inmobiliarios (Camesi). “Durante el primer semestre de 2023 el mercado tuvo una reactivación que si bien no es explosiva ni mucho menos, confirmó un crecimiento en la cantidad de operaciones de compraventa. Además, aumentaron las consultas a inmobiliarias y pedidos de visitas de potenciales compradores”, confirmó a Mariano García Malbrán, presidente de la cámara.
Varios de estos inmuebles se consiguen tanto en barrios cotizados como Belgrano o Recoleta, como en San Telmo o Barracas, en zona sur porteña
Según el Colegio de Escribanos porteño, que releva los actos notariales, hasta mayo se habían realizado 12.500 escrituras, en línea con los datos de 2019. “Eso se debe a múltiples factores. El valor de los inmuebles se encuentra en tasaciones y cierres con pisos similares a 2004, si se tiene en cuenta la devaluación acumulada del dólar de ese año a hoy. La pérdida de valor se acentúa más en inmuebles usados que en nuevos o a estrenar”, explicó García Malbrán.
En los últimos cuatro años, destacan algunos especialistas, los valores en dólares de los inmuebles tuvieron importantes bajas. En algunos casos, éstas llegan al 50% del precio de publicación. Una quita muy importante y atractiva para los inversores. “Esta situación -amplió García Malbrán- hizo que haya más de 30.000 inmuebles con precios inferiores a los de un automóvil de gama media alta”.
Dónde están y cómo son
En CABA hay oportunidades de compra a valores de conveniencia. En barrios en los que históricamente el precio del m2 fue entre USD 2.500 y USD 3.000, como Belgrano o Recoleta, en la actualidad es posible conseguir departamentos por USD 1.500 el m2.
Lisandro Cuello, experto del segmento inmobiliario, dijo a Infobae que son departamentos de hasta 3 ambientes ubicados en el corredor del oeste, como Flores y Floresta. También los hay en Monserrat, San Telmo y Constitución. “Tienen más de 35 años de antigüedad. Pueden reformarse en seco con paneles o placas en donde se ganaría rapidez y agilidad para terminarlos pronto, para habitarse, revenderse o alquilarse”, aseguró.
“Lo más complejo es reformar áreas húmedas, como cocinas o baños, pero al comprar inmuebles a precios de otros tiempos, quien tiene ahorros luego de culminar la operación pueden reciclarlos y así rápidamente se obtiene una apreciación del 20% como mínimo”, añadió Cuello.
Podrían recuperar valor y alquilarse
Si se tiene en cuenta que un departamento amoblado en el corredor norte de CABA pueda alquilarse temporalmente por USD 700 y hasta USD 1.000 mensuales, la ecuación es beneficiosa para quien dispone de ahorros para comprar, reformarlos y equiparlos, justifican desde el sector.
El negocio de los alquileres temporarios se extendió a barrios alejados del centro porteño y a casi todas las ciudades del país. “Cuando el negocio se hace masivo la gran oferta necesariamente implica una disponibilidad mayor y comienza la competencia por precio. El mercado naturalmente bajará los valores y la rentabilidad”, amplió García Malbrán.
Además, y como contrapartida de lo que ocurre en el mercado de compraventa, hay una gran demanda de alquileres –especialmente del tipo residencial, tradicional–, como así también un alto interés por los temporarios, circunstancias que hacen que la rentabilidad por locaciones resulte interesante para inversores.
Desde el sector sostienen que para quien dispone de ahorros no habrá mejor momento para comprar un inmueble.
“Las acciones de empresas argentinas, que cotizan en la bolsa de Estados Unidos y más aun las que lo hacen sólo en Argentina, han crecido exponencialmente en el último tiempo y siempre que ello ocurrió, detrás siempre se dio el aumento de valores de los bienes inmuebles”, concluyó García Malbrán.
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