Balanza comercial negativa: el primer semestre cerró con el segundo peor resultado de los últimos 20 años

Las importaciones superaron nuevamente los USD 7.000 millones en junio por el ingreso temporario de soja. Y el déficit acumulado entre enero y junio superó los USD 3.000 millones

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Las importaciones volvieron a ubicarse
Las importaciones volvieron a ubicarse en torno a los USD 7.000 millones en junio debido a las importaciones temporarias de soja

Con los datos del intercambio comercial de junio, que dará a conocer el Indec la semana próxima pero que mostrarían un nivel de importaciones similar al de mayo y exportaciones levemente superiores, el primer semestre del año habría cerrado con un déficit apenas superior a los USD 3.000 millones, el segundo peor resultado de los últimos 20 años. Fue superado en la primera mitad de 2018, cuando las compras al exterior superaron a las ventas en USD 4.890 millones. El impacto de la sequía fue letal y ello se tradujo en una fuerte caída de las exportaciones, lo que obligó a cerrar el grifo de las importaciones por la falta de dólares. Podría haber sido peor. El aumento de la deuda comercial sumado a la asistencia financiera de China amortiguaron este impacto, pero aún así se perdieron reservas. Un esquema difícil de sostener hacia adelante.

De cara al segundo semestre, las perspectivas no son más alentadoras. Si bien algunos economistas proyectan superávit para el período julio-diciembre, será -dicen- a base de un mayor cepo importador a raíz de la falta de dólares. Y de esa manera, el año podría terminar con un rojo no tan abultado. Pero ello dependerá de cuánto financiamiento consiga la cartera económica para evitar una economía en recesión. De hecho, el swap con China y la posibilidad de utilizar yuanes para pagar importaciones le permitió al Gobierno dilatar mayores restricciones. Otra de las herramientas que ya se vienen utilizando desde el año pasado para sortear la crisis es el aumento del crédito comercial privado, ya que los permisos de importación se están aprobando con fecha de pago a 180 días, en su gran mayoría.

Cuál será el escenario hacia adelante es la gran incertidumbre. Si se complica el acceso al financiamiento, al Gobierno no le quedará más alternativa que cerrar más el grifo importador. De lo contrario, buscará seguir garantizando un nivel de importaciones acorde con el nivel actual de actividad económica, es decir, en torno a USD 5.000 millones mensuales. Más aún en un contexto preelectoral en el que el objetivo principal del oficialismo es lograr que la rueda del consumo no se frene y ser competitivo en los comicios de octubre.

Lo que se vio hasta junio es que las exportaciones cayeron mucho más que las importaciones. De hecho, según detalló el economista de Equilibra Lorenzo Sigaut Gravina, las ventas al exterior disminuyeron 23% en el primer semestre versus una contracción de 8% de las importaciones. Según sus cálculos, en el primer semestre, las exportaciones habrían sido de USD 34.300 millones, en tanto que las importaciones, casi USD 37.650 millones, lo que habría dejado un déficit comercial de USD 3.350 millones. Otras proyecciones muestran un número algo menor.

“Hacia adelante, hay que ver si se pueden pagar o no esas importaciones. Estamos todos recortando la caída del PBI. En un momento pensábamos que podía ser de 4% la contracción, pero ahora la estamos observando entre 2,5% y 3% porque van consiguiendo dinero, y en la medida en que pase eso pueden hacer que haya menos recesión”, aseguró el economista.

En Equilibra proyectan un rojo de USD 1.500 Millones para 2023 producto de un leve superávit en el segundo semestre (USD 1.850 millones), que se conseguiría principalmente a fuerza de cierre de importaciones. En Analytica creen que los números no cierran y algún ajuste tendrá que ocurrir, pero aún así creen que el saldo del segundo semestre será igual de negativo que el primero, lo que dejaría un rojo anual de USD 6.000 millones.

“No esperamos una reversión de esta tendencia en el segundo semestre. El principal interrogante es que va a pasar con las importaciones. El ritmo actual de pérdida de reservas internacionales no es sostenible y una de las opciones que tiene el gobierno, si no quiere devaluar, es frenar las compras al exterior con más restricciones al comercio. Esa nos parece la variable clave a seguir de cerca en esta segunda mitad del año”, aseguró el economista Claudio Caprarulo, de Analytica.

En tanto, para EcoGo los niveles de importaciones registrados en el primer semestre no son sostenibles en la segunda mitad del año, por lo que “no se verá un nivel de importaciones promedio de USD 6.200 millones como sí se observó en estos primeros meses mientras el Banco Central pierde reservas todos los días. La restricción externa tarde o temprano fuerza a ajustar”. Así lo manifestó la economista de la consultora Milagros Suardi, quien agregó que, frente a este escenario, el segundo semestre podrá arrojar un superávit en torno a USD 7.000 millones, lo que dejaría para el año un saldo positivo de USD 4.800 millones.


La economista también precisó que para el segundo semestre espera que las exportaciones desciendan un 17% en promedio con respecto al mismo período de un año atrás. “Menores cantidades y menores precios en el principal complejo exportador del país sumado a la distorsión que representaron el dólar soja 1 y 2 el año pasado. Hoy se repiten los incentivos a no liquidar dada la expectativa de un salto discreto en el tipo de cambio en diciembre”, señaló. Las importaciones, a su juicio, caerían 26% interanual.

Los datos de junio que el Indec oficializará la semana próxima terminarán de cerrar el escenario del primer semestre. Según fuentes oficiales, las importaciones el mes pasado rondaron los USD 7.000 millones, al igual que en mayo, debido a importaciones temporarias de soja, que son procesadas (crushing) y luego se exportan como aceite o harina de soja. En cuanto a las exportaciones, el consenso de los analistas indica que rondaron los USD 6.300 millones, por lo que el déficit del sexto mes del año se habría ubicado en torno a USD 700 millones.

“Nuestro número de importaciones para junio es de USD 7.200 millones, un número que sigue siendo bastante elevado. Y mucho tiene que ver con cómo se ha logrado seguir pateando pagos hacia adelante a costa de mayor crédito comercial, y la aceleración en el uso de los yuanes”, remarcó Santiago Manoukian, de Ecolatina. Según dijo, ya se llevan usados más de USD 2.000 millones de yuanes para el pago de importaciones, que se suman a los USD 1.000 millones que se le pagaron al FMI. Suman USD 3.000 millones de los USD 10.000 millones que se activaron.

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