El ministro de Economía Sergio Massa tuvo este domingo la foto de unidad del oficialismo con el acto que compartió con Alberto Fernández y Cristina Kirchner por el inicio del llenado del gasoducto de Vaca Muerta. En Salliqueló, el jefe de la cartera económica no se privó de lanzarle una crítica desde el escenario al FMI, en un contexto de semanas de tensa negociación por el nuevo acuerdo. Esas conversaciones retomarían esta semana una instancia presencial.
Según aseguró Massa a Infobae, la intención del equipo económico es que este martes por la noche tres funcionarios de su mesa chica viajen a Washington para continuar cara a cara el tira y afloje con el staff. El ministro nombró como miembros de esa delegación a su viceministro Gabriel Rubinstein, el jefe de asesores y quien suele encabezar las reuniones virtuales con el FMI, Leonardo Madcur, y el vicepresidente del Banco Central, Lisandro Cleri.
El proceso de presencialidad en la negociación con el Fondo suele leerse como el preludio de un apretón de manos, al menos en los aspectos técnicos. Consultado al respecto, no hubo confirmación del ministro de Economía sobre si se sumará esta misma semana a esa misión en Washington para un acuerdo final, antes de que sea girado al directorio del organismo.
La inauguración del gasoducto ratificó a Massa como candidato de la unidad oficialista, que además se llevó del acto un respaldo explícito de la dirigente más poderosa de Unión por la Patria, que lo elogió por “no arrugar”. El propio ministro enfatizó el beneficio que tendrá aparejado el gasoducto al señalar que “el gas de Vaca Muerta va a hacer más barato el gas para las empresas y va a hacer más competitivas a las pymes”.
Hubo, tras la espuma del acto político que reunió después de un tiempo prolongado a las principales caras del oficialismo, repercusiones en el ámbito empresario. “Es una obra trascendental, con un exitoso trabajo conjunto entre el Estado y el sector privado, que servirá de ejemplo para el desarrollo de futuros proyectos”, dijo Damián Mindlin, presidente de Sacde, que junto a Techint y BTU se hicieron cargo de la construcción del gasoducto.
Massa retomará esta semana la negociación con el FMI, que bordeará esta semana los tres meses desde su inicio a mediados de abril, podría ingresar en su recta final. Su agenda de este lunes incluirá además una reunión de gabinete económico general, una específica del equipo productivo por la tarde, la presentación del régimen de promoción de bio nanotecnología y el lanzamiento del Programa Biodesarrollar.
La mudanza de las negociaciones a los Estados Unidos no deja de ser, de todas formas, una instancia que ya había parecido cercana en otros momentos de la puja técnica, incluso el Ministerio de Economía había anunciado, de forma oficial, que la semana pasada partiría la delegación del Palacio de Hacienda a la capital norteamericana. Finalmente las costuras no terminaron de cerrar en la negociación y la definición volvió a dilatarse.
Todo junto
Economía se aseguró que este mes podrá repetir la unificación de vencimientos que solicitó con acuerdo del Fondo para “patear” las tres instancias de pago previstas para julio -por poco más de USD 2.600 millones- hasta el último día del mes.
La extensa negociación, que bordeará esta semana los tres meses desde su inicio a mediados de abril, podría ingresar en su recta final
El equipo económico ganó algo de margen para contar con el desembolso que le permita, eventualmente, no tener que volver a poner en marcha una ingeniería especial para pagar vencimientos sin tener los dólares desde el Fondo Monetario.
Una vez que tuviese lugar ese consenso técnico, hay un paréntesis entre la comunicación oficial de un acuerdo en que se cierren los números, la elaboración del staff report que deje plasmado los números y la letra chica completa y la sesión del directorio que le dé el respaldo definitivo. Típicamente ese proceso dura dos semanas, por lo que el 31 de julio es una fecha que no otorga un margen muy amplio.
Por lo pronto, el cierre del segundo trimestre -uno de las fechas claves del acuerdo con el Fondo- que terminó la semana pasada dejó números poco favorables, y que se espera que sean modificados en el tira y afloje con el staff, ya que el contexto de sequía que podó la cantidad de exportaciones y la recaudación de retenciones convirtió a algunas de las metas condiciones en objetivos fuera de posibilidad de cumplimiento.
El frente de las reservas es, es ese sentido, el más crítico. Un informe la consultora LCG reflejó que en junio las arcas del Banco Central sufrieron un recorte de USD 5.075 millones -explicado centralmente por el pago al FMI por USD 2.746 millones y otros casi USD 1.000 millones por venta de divisas en el mercado- mientras que en lo que va del año la caída de reservas acumulada fue de USD 16.672 millones.
El paisaje y la hora de ruta
Es un paisaje distinto al que preveía en la hoja de ruta el acuerdo con el Fondo. Para mitad de año, el programa preveía una acumulación de USD 6.800 millones netos más que en diciembre de 2021. En el caso de los objetivos de los primeros tres meses del año -los que, en rigor, están siendo monitoreados en esta quinta revisión trimestral- el Gobierno quedó unos USD 1.800 millones por debajo del mínimo de acopio de reservas, que implicaba que el Banco Central debía tener unos USD 1.900 millones sobre ese escenario base de diciembre de 2021.
En términos fiscales en el primer trimestre del año el Gobierno debería haber tenido un techo de déficit primario de $441.000 millones pero quedó excedido en casi $250.000 millones, más de 50% por sobre la comprometido, debido a un desplome en la recaudación de retenciones a las exportaciones a causa de la sequía.
Para el segundo trimestre ese tope era de 1,181 billones de pesos. Solo con los datos hasta mayo -la información de junio se conocerá en dos semanas- el sector público ya había superado esa cifra en $87.000 millones.
Y para el caso de la emisión monetaria, la primera meta del año fue cumplida por un margen de $9.300 millones y la segunda, que preveía un techo de $372.000 millones, fue casi duplicada, con $670.000 millones.
Sobre el cierre de la semana pasada, además, Massa tuvo una reunión virtual con su par egipcio, Mohamad Maait, en un encuentro que juntó a los dos países con mayor cantidad de deuda con el Fondo Monetario, ya que entre los dos concentran cerca de un 40% de los vencimientos pendientes, de acuerdo a información del organismo.
Egipto, como la Argentina, tuvo una serie de encontronazos con el Fondo desde que firmó su último acuerdo, en diciembre pasado. El organismo presiona por una devaluación mayor y un levantamiento de controles cambiarios, junto con una serie de medidas estructurales, entre ellas un gasto menor en grandes proyectos de infraestructura. Con los matices que pueda haber del caso, un espejo de la situación argentina con el Fondo, a 12 mil kilómetros de distancia.
Seguir leyendo: