Tras una gestión internacional enmarcada en el resguardo del patrimonio cultural del país, una de las misiones que tiene asignada, la Aduana Argentina recuperó un impreso original de la Declaración de la Independencia, un documento histórico de hace 207 años. Se trata de una de las 1.500 copias que mandó a imprimir Juan Martín de Pueyrredón el 13 de agosto de 1816 para anunciarle al país y al mundo que la Argentina era libre e independientes de la España colonialista, dijo la Aduana.
“El acta toma mayor valor porque la declaración manuscrita firmada por los representantes de la Provincias Unidas del Río de la Plata desapareció sin dejar rastros. Las copias —hoy consideradas originales— llevan un pie de imprenta que lo certifica. En los últimos 200 años son pocas las que han sobrevivido”, explicó en un comunicado la agencia que encabeza Guillermo Michel, uno de los miembros de la “mesa chica” del equipo económico que encabeza Sergio Massa.
El acta original manuscrita, firmada por los representantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata desapareció sin dejar rastros.
El operativo de rescate comenzó con el intercambio de información internacional, tras un alerta que emitió el Ministerio de Cultura de Perú sobre el robo de un libro manuscrito del año 1772. La Aduana argentina dio entonces intervención a la Justicia, que ordenó allanamientos en los que se rescataron documentos históricos.
La importancia del hallazgo histórico está realzada porque el acta original manuscrita, firmada por los representantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata desapareció sin dejar rastros.
Las 1.500 copias que había mandado a imprimir Juan Martín de Pueyrredón, representante por San Luis, entonces bajo la gobernación de Cuyo, que había creado a fines de 1813 el general San Martín, llevan pie de imprenta que certifica su originalidad. En los últimos 200 años, son pocas las que han sobrevivido en museos y archivos, lo cual las convierte a estos documentos en auténticos tesoros nacionales.
En 1916, cuando se preparaban los festejos del Centenario de la Independencia, el presidente Victorino de la Plaza ordenó la búsqueda del acta manuscrita original, sin suerte. Lo mismo hizo cincuenta años más tarde el presidente Arturo Illia, pero el acta original aún hoy sigue desaparecida.
Todo empezó en Perú
En definitiva, el nuevo hallazgo tuvo una importante colaboración de Perú, cuyo Ministerio de Cultura alertó sobre el robo de un libro manuscrito entre 1772 y 1773, resguardado en la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco.
Las investigaciones de la Aduana detectaron que el documento estaba a la venta en una librería virtual especializada en la comercialización de libros raros y antiguos, con sede en Buenos Aires. En ese punto, el organismo dio intervención a la Justicia en lo Penal Económico y realizó ocho 8 allanamientos en distintos domicilios del Área Metropolitana de Buenos Aires.
En los operativos se recuperaron libros, pinturas y hasta relojes Rolex de oro, en todos los casos sin documentación respaldatoria. Y más allá del valor comercial de lo encontrado, allí estaba el impreso de la Declaración de la Independencia Argentina, hecho un mes después del original.
Adicionalmente, el libro que reclamaba Perú fue hallado y restituido.
Pieza fundamental
“Recuperamos una pieza fundamental de nuestro patrimonio nacional que tiene un gran valor histórico y simbólico. Quiero destacar el trabajo de los agentes aduaneros que evitaron que una parte fundamental de nuestra historia se fugara del país”, dijo Michel, el director de Aduanas.
Eel acta recuperada refleja la enmienda realizada el 19 de julio de 1816, en una sesión secreta, por pedido del diputado Pedro Medrano, quien había solicitado agregar que no sólo seriamos independientes del Rey Fernando VII, sus sucesores y metrópolis, “sino también de cualquier otra dominación extranjera”.
“La recuperación de este documento no sólo implica hacer cumplir las leyes aduaneras y velar por el patrimonio cultural. También significa un acto de soberanía nacional, de cuidado de la memoria colectiva de nuestra nación. La pieza es una fuente primaria para la investigación histórica”, concluyó Michel.
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