Las constantes dificultades en el uso de la tarjeta SUBE para pagar el transporte público generaron una reciente propuesta por parte de los bancos de Adeba para “universalizar los medios de pago” e incorporar a las tarjetas de débito y crédito para complementar al sistema actual. Mientras en el AMBA hay problemas para conseguir la tarjeta y encontrar puntos disponibles para su recarga y validación, hay dos ciudades en el interior del país que ya pusieron en marcha un sistema para pagar el boleto de transporte con débito a una caja de ahorro que convive con una tarjeta similar a la SUBE.
La primera de ellas fue Córdoba, donde desde 2020 funciona el pago con tarjeta de débito contactless (sin contacto) para los clientes de Bancor para todas las líneas de colectivos que circulan en la ciudad. Según la entidad financiera, en mayo se registraron 16.000 clientes que abonaron 168.000 boletos con la tarjeta Cordobesa. El servicio coexiste con una tarjeta similar a la SUBE, llamada RedBus, que se puede cargar en kioscos y comercios.
“El valor del pasaje se debita de la caja de ahorro del titular, con solo acercar el plástico al dispositivo de cobro. A diferencia de las tarjetas prepagas de transporte, el modelo es pospago, es decir, no requiere carga de saldo para viajar, ya que el valor de los viajes realizados es debitado directamente de la cuenta del cliente. No tiene costo adicional y no requiere habilitación previa,” explicaron en Bancor.
En el banco cordobés aseguran que el sistema registra “un crecimiento sostenido” y que apoyan el pedido de Adeba para lograr “acciones para la universalización de los medios de pago del transporte público de todo el país”.
Otro ciudad que desde hace tiempo innovó con una opción que permite pagar el transporte en forma directa desde una cuenta bancaria es Salta, donde el boleto puede pagarse con el celular. A través de una app gratuita de Banco Macro y la empresa Saeta, que administra los 600 colectivos de la ciudad, se incorporó un sistema de pagos por QR que no necesitan conexión de Internet ni a través de wi-fi ni de datos móviles, de manera tal de permitir que todos los celulares inteligentes sean aptos.
La entidad es agente financiero de la provincia, con lo cual la aplicación del banco necesaria para emplear el sistema ya es utilizada por una cantidad importante de los empleados públicos del distrito. Además, para quienes no son clientes, Macro permite abrir una caja de ahorro gratuita en el banco que habilita a usar la aplicación sin costo alguno, a distancia y desde el celular. Esta forma de pago convive con la Tarjeta Saeta, la tarjeta prepaga. Entre otras funcionalidades, el sistema permite que distintos tenedores de la tarjeta virtual puedan prestarse saldo mutuamente y además otorga un saldo de emergencia equivalente a dos viajes para quienes se quedan sin fondos en el sistema.
Si bien la propuesta de Adeba para complementar a la SUBE en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, los ejemplos de Córdoba y Salta grafican que es posible pagar el transporte público directamente desde una cuenta, usando una tarjeta de débito o el celular, sin necesidad de pasar por el trámite de la recarga y, en ocasiones, por las dificultades para conseguir la propia tarjeta.
De hecho, en los bancos explican que la propuesta de pagar el transporte a través de una tarjeta no implicaría una comisión o una ganancia. El beneficio, para los bancos y para el sistema, aparece por otro lado. En primer lugar hay razones de inclusión financiera ya que incentivaría el uso cotidiano de medios de pago electrónicos en muchos millones de argentinos. En el país hay 91 millones de tarjetas de débito y crédito bancarias, además de las tarjetas prepagas emitidas por las billeteras electrónicas.
También implicaría una reducción del uso de efectivo, dándole mayor eficiencia a la red SUBE y una mejor experiencia para los usuarios, eliminando pasos innecesarios. Muchos bancos y fintech permiten con sus aplicaciones cargarle dinero a la SUBE, pero aún sigue siendo un sistema lleno de trabas, con la necesidad de validar la carga. La falta de medios de pago alternativos genera incomodidad en casos de pérdida o rotura de la tarjeta.
Para Adeba, el sistema SUBE lanzado en 2009 fue un gran paso hacia la digitalización, pero “catorce años más tarde y tras el gran avance de la tecnología aplicada a los medios de pago, este sistema ha quedado algo obsoleto” a pesar de sus actualizaciones.
“La universalización de medios pagos en transporte público, es decir que se pueda pagar un boleto con cualquier medio de pago, es una herramienta poderosa para mejorar la calidad de vida de millones de argentinos y favorecer la inclusión financiera. No se trata de remplazar la SUBE, sino complementarla con las opciones que actualmente permite la tecnología, construyendo sobre lo ya logrado,” señaló Javier Bolzico, presidente de Adeba.
La gigantesca red SUBE, instrumentada por el Ministerio de Transporte y Nación Servicios, se utiliza para pagar el pasaje de colectivos, trenes, subterráneos y hasta lanchas en el Tigre. Su cobertura alcanza al AMBA y a 22 áreas urbanas del interior del país. En 2022 registró 4.025 millones de transacciones, de las cuales el 85% se hicieron en colectivos, el 8% tren y el 6% subterráneos. Tiene un núcleo duro de 7 millones de usuarios que usan la tarjeta todos los días pero llegó a registrar un pico de 11,5 millones de pasajeros en una sola jornada. Se estima que la facturación de la red podría alcanzar en 2023 unos $130.000 millones, en base a los incrementos tarifarios dispuestos por el Ministerio de Transporte.
Si bien en Adeba proponen un cambio paulatino, que empiece a incorporar nuevos medios de pago en paralelo a la SUBE, el primer paso de la propuesta es sumar la opción de pagar el transporte público con tarjetas de crédito, débito o prepaga con tecnología NFC, sin contacto, opciones que hoy se encuentran disponibles para pagos en comercios. En Adeba destacaron que esta clase de alternativas para el transporte público ya son frecuentes en países de la región como Brasil, Colombia, Guatemala y México.
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