La eventual salida del control de cambios en el próximo gobierno será muy diferente a la sucedida en diciembre de 2015. En aquel momento, salir del cepo fue una de las primeras decisiones tomadas por Mauricio Macri junto al entonces titular del BCRA, Federico Sturzenegger. Pero ahora tanto los candidatos presidenciales como sus referentes económicos -pasando por todo el espectro- coinciden en que no se podrá repetir aquella experiencia.
Con algunos matices, todos coincidieron en que eliminar las restricciones cambiarias de la noche a la mañana resultaría sumamente riesgoso. Los motivos son diversos, pero podrían enumerarse los siguientes: la brecha cambiaria es hoy más del doble que en 2015, los pasivos monetarios (en particular Leliq) tuvieron un crecimiento exponencial y el riesgo de un estallido inflacionario, mucho más importante que el actual, está latente.
En el fondo, todo pasa por una cuestión de confianza. A esta altura es imposible saber quién será el próximo Presidente. Pero más difícil todavía es conocer cuál será la reacción de los inversores. Pero lo más probable es que el sentimiento predominante sea el de cautela, muy distinta a la euforia de hace ocho años cuando Macri llegó a la presidencia.
El candidato libertario, Javier Milei, aseguró que no era viable pensar en una eliminación del cepo cambiario: “Hay 11 billones de pesos en Leliq que sin restricciones cambiarias podrían ir todos juntos a comprar dólares, lo que provocaría una hiperinflación instantánea”. Su propuesta de dolarización parte justamente de ese supuesto, es decir que la sociedad no quiere pesos y siempre buscará cubrirse con moneda dura.
Hernán Lacunza, referente económico de Horacio Rodríguez Larreta, fue en la misma dirección durante su presentación en el congreso del IAEF. Criticó el cepo cambiario por considerar que es “un torniquete que al final te genera una trombosis”, pero también admitió que no se podrá salir de manera instantánea. Aún así, explicó que las restricciones “el 11 de diciembre no serán las mismas que las del 9 de diciembre”, dando a entender una liberación gradual.
Carlos Melconian presentó un programa económico junto a un equipo de 70 economistas de la Fundación Mediterránea. No sorprendió su postura de no apurar la salida del cepo cambiario, ya que es la que también había sostenido en 2015, cuando arrancó al frente del Banco Nación. “Esta vez no habrá salida inmediata del cepo, porque aprendimos de la experiencia anterior y eso es positivo. Sin embargo, el horizonte sí debe ser el de eliminar las trabas cambiarias rápido. Es algo que hablamos con el equipo, pero no sirve de nada dar una fecha precisa”.
Un alto integrante del equipo económico de Mauricio Macri, reconoció en una charla con empresarios que no se puede salir inmediatamente del cepo luego del 10 de diciembre: “Tenés un 50% de chances que te vaya mal, sería demasiado arriesgado”
Melconian y Luciano Laspina -el economista en el que se referencia Patricia Bullrich- coinciden en la necesidad de avanzar en cambios regulatorios para que la eliminación del cepo (cuando suceda) resulte irreversible. Laspina habló concretamente de modificar la Carta Orgánica del Banco Central con el objetivo de prohibir por ley que se impida el acceso al mercado cambiario de manera libre.
Ambos economistas también quieren avanzar con un esquema de economía bimonetaria, que contemple la circulación libre y legal tanto del peso como del dólar. De esta manera, un contrato podría cerrarse en cualquiera de las dos monedas o incluso podrían aplicarse en forma indistinta para el pago de impuestos. Pero esto requiere a su vez de una modificación del nuevo Código Civil y Comercial.
Sergio Massa no habló por ahora de este tema, pero sí lo hizo su secretario de Industria, José Ignacio de Mendiguren. Consultado hace pocos días indicó que en el Frente Renovador siempre sostuvieron la necesidad de ir a un tipo de cambio único “y no siete opciones diferentes como existe hoy”. Pero al mismo tiempo aclaró que deben estar dadas las condiciones para hacerlo y que no haya marcha atrás. “Macri sacó el cepo, pero después lo reimplantó. Nosotros no queremos eso”, dijo de Mendiguren.
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