A la espera de los dólares del FMI, las reservas del BCRA acumularon en junio una caída de USD 2.000 millones

Crece la expectativa por el nuevo arreglo con el Fondo Monetario, que según Massa es inminente. El organismo que adelantaría recursos extra para que el Gobierno tenga mayor poder de intervención cambiaria en los meses electorales

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El presidente del Banco Central, Miguel Pesce (Foto: Nicolás Stulberg)
El presidente del Banco Central, Miguel Pesce (Foto: Nicolás Stulberg)

Mientras se sigue negociando con el FMI para destrabar el acuerdo y próximos desembolsos, las reservas del Banco Central no paran de caer, algo que fue una constante a lo largo de junio. Ayer tuvieron una baja de otros USD 123 millones y en el mes la merma prácticamente ya roza los USD 2.000 millones. El stock había finalizado mayo en USD 33.013 millones y ayer cerraron en USD 31.021 millones.

Desde la entidad que preside Miguel Pesce se preocuparon por aclarar que unos USD 93 millones de las ventas correspondieron al uso de yuanes para importaciones desde China. De esta forma, buscan transmitir que la caída de reservas “netas” es menor a la cifra divulgada, ya que el swap de monedas con China es contabilizado dentro de las “brutas”. Las metas con el FMI justamente hacen referencia a las primeras, en relación a lo que debería acumular el BCRA.

De esta manera, este junio se encamina a convertirse en el peor de los últimos cinco años. Hay que volver a 2018 para un saldo tan negativo para el BCRA cuando se supone que debería ser un mes claramente superavitario en materia de divisas. Sin embargo, el efecto de la sequía está provocando estragos en la oferta de dólares que provienen del sector cerealero.

Este mes impactó además de manera negativa la culminación del dólar soja 3, un programa que le permitió a las cerealeras liquidar las divisas de las exportaciones a un tipo de especial de $ 300. Aunque hay distintos rumores, por ahora no se definió si habrá algún tipo de incentivo para acelerar las exportaciones en los próximos meses.

Esta evolución negativa vuelve más urgente las negociaciones con el Fondo Monetario. Desde Economía dejaron trascender que se hará un pago a cuenta a fin mes, ya que la semana pasada vencieron USD 2.800 millones con el organismo que no fueron cancelados.

El ministro de Economía, Sergio Massa, procura que el Fondo realice desembolsos adelantados, con dos objetivos: por un lado, cancelar vencimientos tanto con el organismo como con inversores privados (en julio vencen USD 1.000 millones). Pero al mismo tiempo también busca recuperar cierto poder de fuego para intervenir en el mercado cambiario y evitar que la brecha aumente de manera significativa.

En junio hubo caídas continuas de reservas, con intervenciones del Central para abastecer a los importadores. También hubo que hacer frente al pago de deuda de empresas y provincias a lo largo del mes, como sucedió con Córdoba

Justamente los distintos tipos de cambio acumulan ya dos meses de relativa tranquilidad cambiaria, aunque en estos últimos días volvió a notarse cierta presión alcista. El dólar libre, por ejemplo, finalizó levemente para arriba, a $ 496.

Massa adelantó anoche durante la convención anual de la Cámara Argentina de la Construcción que “en las próximas horas” se conocerá el nuevo programa con el FMI para los próximos seis meses. Luego de largas negociaciones entre el staff técnico del organismo y el equipo económico, a través de Zoom, se divulgarían las nuevas pautas relacionadas con la acumulación de reservas netas hasta fin de año, al igual que el nivel de déficit fiscal y el monto de adelantos transitorios que el Banco Central le dará al Tesoro hasta fin de año.

Dentro de este esquema también se conocería el nuevo esquema de desembolsos del Fondo y si realmente Massa conseguirá que le adelanten recursos para atravesar con mayor tranquilidad la previa electoral.

La renegociación con el FMI es en realidad una suerte de “acuerdo puente” para darle luego lugar al próximo gobierno que negocie las nuevas condiciones con el organismo, en lo que sería un programa a dos o tres años de plazo como mínimo.

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