El frío de mayo revirtió el saldo de la balanza comercial energética, pero el déficit acumulado es USD 1.200 millones menor que hace un año

El saldo de un solo mes cambió el signo de las cuentas externas del sector. El balance de precios y cantidades y las perspectivas para los próximos años

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Cuando bajan las temperaturas, sube el consumo de gas, principal combustible del sistema energético argentino
REUTERS/Regis Duvignau
Cuando bajan las temperaturas, sube el consumo de gas, principal combustible del sistema energético argentino REUTERS/Regis Duvignau

Una de cal y una de arena

La buena: en los primeros 5 meses del año la balanza energética registró una mejora de USD 1.200 millones respecto de igual período del año pasado.

La mala: la aparición de los primeros fríos, en mayo, bastó para que el déficit de ese solo mes supere el superávit comercial energético que se había ido acumulando en los primeros cuatro meses del año.

“La balanza de dólares de la energía fue negativa por US $222 millones en los primeros cinco meses del año. Pero, respecto al año pasado mejoró en US $1.200 millones. Al descomponer la variación de la balanza de dólares de la energía, se tiene que el efecto precio generó un extra de US $294 millones y el efecto cantidades uno de US$ 906 millones”, resumió la cuestión Nadin Argañaraz, director del instituto Argentina de Análisis Fiscal (Iaraf).

Precios y cantidades

El economista hizo cuentas y explicó que el principal aporte vino del lado del ahorro debido a menores importaciones. “Por el menor precio de la energía importada se ahorraron US $343 millones y por la menor cantidad de energía importada el ahorro fue de USD $858 millones: la suma da la cifra de US $1.200 millone”, precisó.

Por el menor precio de la energía importada se ahorraron US $343 millones y por la menor cantidad de energía importada el ahorro fue de USD $858 millones

A su vez, del otro lado de la cuenta, las mayores cantidades vendidas al exterior compensaron el menor precio, siendo nulo el efecto sobre la balanza de dólares.

El sector energético, que ha aportado a los pesares macroeconómicos de los últimos años debido a la acumulación de subsidios (costo fiscal), el déficit comercial (costo en divisas) y reclamos de los hogares y comercios por problemas en la prestación de servicios y de las empresas productoras de combustibles y prestadoras de servicios por obstáculos para importar insumos y bienes de capital, es visto sin embargo como uno de los pilares de la eventual recuperación de la economía argentina, debido al fortísimo aumento de la producción de Vaca Muerta, en particular de gas.

Las cuentas externas del período enero-mayo, según el informe de Iaraf
Las cuentas externas del período enero-mayo, según el informe de Iaraf

La perspectiva de menores importaciones de gas, debido a la próxima inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner, que en una primera etapa unirá Tratayén (Neuquén) con Saliquelló (Buenos Aires) y abastecerá principalmente al área metropolitana de Buenos Aires, principal aglomeración humana y centro de consumo del país, y un aumento de las exportaciones, inicialmente de combustibles líquidos y también de gas a Chile, y más adelante –obras adicionales mediante a Brasil- y por barco a grandes centros de consumo en Asia y Europa, mejorarían la balanza comercial y ayudarían a resolver un problema hoy acuciante, la escasez de divisas.

Gasoducto

“La puesta en marcha del Gasoducto Néstor Kirchner contribuirá a la disminución de importaciones energéticas en un primer momento. Habrá que ver el efecto neto a fines del año 2023, siendo factible un ahorro de dólares del orden de US 3.500 millones. El efecto potencial es mucho mayor, teniendo en cuenta la combinación entre menores importaciones y mayores exportaciones”, dice el informe del Iaraf.

Pero habrá que llegar allí. Lo cierto es que bastaron unos pocos días de frío para que en mayo se registrar un déficit comercial energético de USD 461 millones, unos USD 222 millones por arriba de los USD 239 millones de superávit del primer cuatrimestre, un resultado parcial que había llegado a entusiasmar a observadores y funcionarios del área energética.

Una operación hidrocarburífera en Vaca Muerta
REUTERS/Tomas Cuesta NO RESALES. NO ARCHIVES
Una operación hidrocarburífera en Vaca Muerta REUTERS/Tomas Cuesta NO RESALES. NO ARCHIVES

La llegada de las bajas temperaturas, sin embargo, es acompañada por grandes compras de combustible, cuestión que este año se vio atemperada por la baja de precios: el GNL, que llega en buques metaneros, se abarató 34,1% en relación a 2022, el gasoil un 39,3%, el fueloil un 35% y el gas natural no licuefacto un 61,8 por ciento.

“El uso económico que más cayó fue Combustibles y Lubricantes, con una variación de 38,6% (- USD 624 millones) debido a una baja de 24,2% en las cantidades y de 19,8% en los precios. Esta disminución correspondió a menores importaciones de combustibles y lubricantes elaborados y de combustibles y lubricantes básicos. Los primeros reflejaron el mayor descenso de todos los rubros (-472 millones de dólares)”, detalló un informe del Indec.

Del otro lado de la hoja de balance, el valor de las exportaciones de Combustibles y Energía cayó en mayo 5,5%, producto de una baja de 38% en los precios que más que compensó el aumento en las cantidades exportadas, del 53,5 por ciento.

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