El Gobierno apuesta a que la inflación mensual vuelva a mostrar este mes un registro más bajo que en mayo, aunque mantenga su aumento interanual. Fuentes del equipo económico indicaron a Infobae que el índice de precios al consumidor (IPC) que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) difundirá a mediados del mes próximo podría ubicarse en el “7% o algo por debajo”. En mayo, el IPC marcó una suba del 7,8% y en abril del 8,4%. Hoy el Banco Central de Venezuela informó que la inflación de mayo fue del 5,1% y del 429% en un año, frente al 7,6% y 458% registrado por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF). En cualquier caso, la Argentina quedó en el primer puesto de la región el mes pasado.
El último año el IPC del Indec llegó al 114% y los analistas consultados por el relevamiento de expectativas del mercado del Banco Central estiman que llegará al 148,9% a fin de año y al 171% en los próximos 12 meses. Al menos hasta julio, la inflación interanual seguirá en ascenso. Para 2024, Consensus Economics proyecta 104% de inflación para la Argentina y 101% para Venezuela.
También ECO GO estimó que este mes “la inflación en alimentos alcanzaría el 7,3% y la inflación general el 7%”. “La inflación de junio se ubicaría así en 7,0% mensual, 0,5 p.p. por debajo de nuestra estimación para la semana anterior. Esto se debe a una inflación en alimentos menor a la esperada y a una reducción en nuestras estimaciones para las próximas semanas. La poca volatilidad que mostraron carnes, frutas y verduras, contribuyó en este sentido y junto con los contados aumentos que se registraron en regulados, traccionaron el indicador a la baja”, indicó el estudio que dirige Marina Dal Poggetto.
En tanto, el equipo del ministro de Economía, Sergio Massa, trabaja con un escenario que ronda entre el 120 y el 130 por ciento para fin de este año. Los funcionarios destacan que la inflación núcleo podría exhibir un registro descendente de este mes. Por supuesto, no festejan nada: “Es una situación de equilibrio frágil”, admiten las fuentes oficiales. Al respecto, saben que es fundamental mantener bajo control la situación financiera y cambiaria para que no haya una aceleración adicional de los precios al consumidor.
En el plano cambiario, consideran que el país todavía está “atravesando la tormenta”, cuyo desenlace dependerá en buena medida del rumbo de la campaña electoral que se acelerará a partir de que este fin de semana se conozca a los precandidatos presidenciales y de la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Sobre la situación con el organismo, luego de definir que mañana se haría un pago parcial del vencimiento de este mes de USD 1.700 millones hasta que haya un nuevo acuerdo, ratificaron que no es posible convalidar una gran devaluación como pide el staff técnico. “El crawling peg actual no se modificará”, aseguran.
Una devaluación fuerte sin un ancla importante en la economía, con alta inflación y elecciones en pocos meses, generaría un efecto muy negativo sobre los precios y un beneficio escaso y muy de corto plazo sobre la competitividad, indicaron. “Y eso el FMI lo sabe”, aclararon.
¿Devaluación fiscal?
Una alternativa que se analiza en los despachos oficiales es aumentar los aranceles de determinadas importaciones para incrementar su valor y generar así una “devaluación fiscal” que no tenga tanto impacto sobre el IPC.
Mientras tanto, se mantendrá el súper-cepo sobre la salida de divisas, que afecta tanto a las empresas como a los individuos, hasta que no se divise una recomposición del menguante stock de las reservas internacionales del Banco Central. En este sentido, no se quiere hablar de una nueva edición de un “dólar soja”, aunque no se descarta algún incentivo similar para que en los próximos meses el agro aporte más divisas al Central.
Mientras tanto, se mantendrá el incentivo de “micro management” para que las petroleras aceleren su liquidación. “La semana pasada Chevron aportó una buena cantidad de dólares en el mercado cambiario y se prevé que llegue a un total de USD 500 millones, a partir de un cambio en el régimen de liquidaciones para las petroleras. Por eso seguramente YPF también se sumará en esta corriente”, adelantaron.
También, se prevé que se acelere el uso de yuanes para las operaciones de comercio exterior, lo que aliviaría la demanda sobre los dólares del Central, en el marco de reservas netas negativas.
La intención, entre las metas que se renegocian con el staff del FMI, es que recién se le exija al Gobierno empezar a acumular reservas en el último trimestre del año, ya que tanto en el segundo como en el tercero se prevé que se mantenga el declive, a menos que el Fondo adelante alguno de los vencimientos previstos para el segundo semestre.
El único plano de tranquilidad es que, luego del pico de crisis cambiaria de abril, los depósitos en dólares no siguieron en caída libre. “Se ubican en torno de los USD 15.500 millones, estables”, precisaron las fuentes oficiales.
En tanto, desde Washington, fuentes consultadas por Infobae creen que el organismo convalidará el desembolso del primer trimestre por USD 5.400 millones, aunque el Gobierno no haya cumplido con las pautas de ese período. “Nadie va a dejar caer el acuerdo ahora; veremos luego de las elecciones primarias”, indicó una fuente al tanto de las negociaciones. Como en 2019, habrá que aguardar el resultado de los comicios primarios para ver si el acuerdo con el Fondo sigue en pie o ingresa en una pausa hasta que asuma el próximo presidente en diciembre.
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