La actividad de la construcción registró una caída interanual del 4% en abril y las expectativas de las empresas para los próximos meses están lejos de ser las ideales. Según una encuesta realizada por el Indec a empresas de todo el país, apenas un 14,8% de las firmas dedicadas a la obra privada y el 20,4% de las orientadas a la obra pública consideran que el ritmo de trabajo puede crecer.
La mayoría, por el contrario, considera que disminuirá o en el mejor de los casos no variará. Entre las constructoras que se enfocan en la actividad privada, las proporciones son de 22,7% y 62,5% respectivamente, mientras que en el otro segmento tres de cada diez empresas espera una disminución del ritmo de obras.
Claro que no todo es negativo. Las firmas que respondieron que sí esperan un repunte de la actividad en los próximos meses, aclararon cuáles pueden ser los disparadores del repunte. Entre las empresas que trabajan con el Estado, se destacaron dos motivos de posibles mejoras: el inicio de nuevos planes de obras (principal motivo para el 30,2%) y reinicio de obras públicas frenadas (mismo porcentaje).
Las compañías que sólo se desempeñan en la actividad privada, se mostraron mucho más divididas. Entre las que tienen buenas expectativas, el 21,8% sostuvo que habrá un empuje a raíz de nuevas obras públicas, y el 20,5% opinó que podría haber un crecimiento de la actividad económica. El resto se inclinó por otros disparadores.
Ahora bien, entre aquellas empresas que no tienen una buena lectura del futuro de la actividad, también hay disparadores claros. De acuerdo a los empresarios que se dedican a las obras de particulares, la principal causa que conducirá a una contracción es la inestabilidad de precios (el 26,7% lo puso como causa principal). También hubo firmas que se inclinaron más por la caída de la actividad económica (25%), los altos costos de la construcción (18,3%), la falta de créditos (13,3%) y los atrasos en las cadenas de pagos (13,3%).
En el caso de las empresas que realizan proyectos para el Gobierno, las preocupaciones tuvieron un peso distinto. Si bien coincidieron en que la inestabilidad de precios es el principal condicionante (28% lo puso como principal preocupación), inmediatamente después aparece el problema de los atrasos en las cadenas de pago (27%).
Qué obras despiertan expectativas
Aunque son pocas las constructoras que consideran que un repunte en los próximos meses es posible, las empresas encuestadas por el Indec identificaron qué clase de obras tienen mayores posibilidades de mantenerse estables.
Entre las firmas que se desempeñan en el sector público, las esperanzas están puestas en obras viales y de pavimentación (21,4%), viviendas (16,7%) y distribución de agua y cloacas (14,8%) principalmente.
Las empresas de la actividad privada, en cambio, se inclinan principalmente por los edificios industriales (16,2% considera que se pueden sostener), los montajes industriales (15,9%) y las viviendas (12,2%).
Los mismos tipos de cobras son los que actualmente están desarrollando las compañías o tienen previsto encarar en los próximos meses.
También hay cierta inclinación por los edificios comerciales en el caso de los privados y por la infraestructura de transporte en la situación de los públicos.
Menos empleo
El tamaño del mercado laboral de la construcción no puede ser señalado hoy como un punto negativo. De hecho, los datos más recientes indican que el volumen de mano de obra creció 16,1% interanual en marzo, llegando a los 478.900 trabajadores y ubicándose por encima de la media histórica.
No obstante, no hay buenas perspectivas en este sentido de cara a los próximos meses, principalmente entre las empresas que realizan obras para el Gobierno. Dentro de ese grupo, el 62,1% proyecta que el empleo se estancará y el 23,3% advierte que se reducirá. Sólo un 14,6% evalúa sumar nuevos trabajadores.
Por su parte, entre las compañías que se dedican a la construcción privada, el 73,9% habla de estancamiento, el 12,5% de reducción de las plantas de personal y el 13,6% de un aumento.
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