Un artículo publicado este lunes en el diario estadounidense The New York Times marcó como una paradoja el hecho de que exista un alto nivel de consumo, especialmente el gastronómico, en un contexto de inflación superior al 100% anual, algo que ese periódico marcó como un efecto secundario del alza de precios y dijo que los argentinos “se apresuran a gastar pesos antes de que pierdan más valor”.
“En Buenos Aires, la cosmopolita capital argentina, está floreciendo un panorama culinario de talla mundial. Esto no sería necesariamente noticia si no fuera por el hecho de que Argentina se encuentra en medio de una crisis financiera extraordinaria. La inflación supera el 114 por ciento —la cuarta tasa más alta del mundo— y el peso argentino se ha desplomado, con una caída del 25 por ciento en tres semanas de abril”, indicó el NY Times.
“Sin embargo, es la caída del peso lo que está impulsando el auge del sector de la industria de restaurantes. Los argentinos están ansiosos por deshacerse de la moneda lo antes posible, y eso significa que las clases media y alta salen a comer más a menudo, y que los dueños de restaurantes y chefs están volviendo a invertir sus ingresos en nuevos restaurantes”, continuó.
“El auge, en cierto modo, es una fachada. Todo el mundo parece estar pasándola bien. Sin embargo, en gran parte del país, los argentinos a duras penas sobreviven y el hambre va en aumento. Y en los círculos más acomodados, la fiebre de salir es un síntoma de la disminución de la clase media que, al no poder permitirse grandes compras o viajes, opta por vivir el aquí y el ahora porque no sabe lo que le deparará el mañana ni si su dinero valdrá algo”, consideró el artículo.
La inflación de mayo fue de 7,8% y marcó una suba de precios interanual de 114,2%, según informó el Indec la semana pasada. De todas formas, matizó el NY Times, “la ciudad de Buenos Aires, que ha estado tratando de promover su panorama culinario, ha registrado el volumen de platillos vendidos en una muestra de restaurantes cada mes desde 2015. Las cifras más recientes, correspondientes a abril, muestran que la asistencia a restaurantes está en uno de sus niveles más altos desde que comenzó el registro, y un 20 por ciento más elevado que en su momento más alto en 2019, antes de que empezara la pandemia de coronavirus”, apuntaron.
En ese sentido, plantearon que el paisaje gastronómico en auge a pesar de la inflación incluye “coctelerías con prestidigitadores de la mixología, espectáculos de drags mientras se cena, pastelerías veganas, patios verdes y fusiones de gastronomías globales de chefs que aprendieron en cocinas de todo el mundo. Uno de los sitios de moda, Anchoíta, un giro moderno a la comida argentina, no tiene reservas disponibles sino hasta el año que viene”.
“Aunque la devaluación de la moneda también ha atraído de nuevo a los turistas a Buenos Aires a medida que la pandemia ha ido remitiendo, son los lugareños los que están saliendo con intensidad. Para algunas personas de la clase media en particular, gastos como unas vacaciones o un auto han quedado en buena medida fuera de su alcance, por lo que se dan otros gustos”, concluyó el artículo.
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