Transportar datos es mucho más sencillo y barato que transportar moléculas. Tal el sencillo principio detrás de una operación a punto de entrar en acción en Vaca Muerta, la principal joya energética de la Argentina, que podría mejorar la reputación internacional del gas argentino en la transición hacia un mundo con menos (en lo posible, nula en términos netos) emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI), para contener el calentamiento del planeta y evitar una catástrofe climática global.
El venteo envía a la atmósfera la parte de los gases asociada a la extracción de petróleo que no es posible capturar, procesar o transportar de manera adecuada y que, por seguridad, se termina quemando. La práctica nació con la industria petrolera, en el siglo XIX, para evitar la acumulación de gases combustibles a nivel terrestre y prevenir incendios y explosiones.
Nueve países explican casi 75% del total mundial de venteo de gas. El total por año alcanzaría para satisfacer el consumo de energía anual del África subsahariana
Pero a esta altura del siglo XXI, precisa el último Global Gas Flaring Report Tracker (Ggfrt, suerte de Rastreador Global de Venteo, por observación satelital) del Banco Mundial, esa práctica envía anualmente al cielo unas 357 millones de toneladas equivalente de dióxido de carbono, de los cuales 42 millones son de metano. Nueve países explican casi 75% del total. En orden de importancia: Rusia, Irak, Irán, Argelia, Venezuela, EEUU, México, Libia y Nigeria. El gas venteado, dice el reporte, alcanzaría como fuente primaria para satisfacer el consumo anual de energía del África subsahariana.
Venteador serial
Por volumen, la Argentina no está en el Top 10 de naciones que más ventean, pero debería preocuparse. Como refleja el gráfico adjunto, contenido en el informe, de 2016 a 2021 fue el país del mundo en que más aumentó la intensidad de venteo (proporción de gas venteado sobre gas extraído) y el segundo, detrás de Libia, en que más aumentó porcentualmente el volumen venteado: entre puntas se más que duplicó, de 600 millones a más de 1.200 millones anuales de metros cúbicos, mientras –subraya el informe- la producción petrolera argentina aumentó solo 10 por ciento.
De ahí el objetivo del gobierno Neuquén, donde late el corazón de Vaca Muerta, de disminuir el venteo, reducir la huella de carbono y mejorar la reputación internacional del principal activo energético del país.
“Nuestra estrategia para el desarrollo de Vaca Muerta es trabajar en producción con la menor huella de carbono posible, de modo de colocar la producción incremental que proyectamos en mercados que van a ser cada vez más exigentes en cuanto a (un bajo) nivel de emisiones de efecto invernadero”, dijo a Infobae Alejandro Monteiro, ministro de Energía neuquino.
“Vaca Muerta está en una etapa temprana de desarrollo, todas las estrategias o medidas que reduzcan los venteos serán bienvenidas”, dijo Monteiro, quien precisó que una primera operación de “Mitigación Digital” de venteo tendrá lugar en Loma Jarillosa Este, una concesión otorgada a Pluspetrol en julio de 2022.
Se trata de una operación que Unblock, socio local de Crusoe Energy Systems, la empresa de EEUU que creó el sistema de Digital Flare Mitigation (Mitigación Digital de Venteo de gases), está a punto de iniciar en Vaca Muerta, tomando gas que antes se disipaba en la atmósfera para transformarlo en energía en estaciones móviles y darle una amplia variedad de usos.
Lejos de todos lados
“Cuando las petroleras producen petróleo en zonas remotas, a menudo viene acompañado de gas en cantidades que no justifican hacer un gasoducto, que costaría mucho más que el aprovechamiento. Además, es gas que necesita mucho trabajo para ser puesto en el sistema y por eso se quema en el lugar. Nuestro proyecto logra aprovechar ese gas, porque en vez de transportar las moléculas, algo prohibitivamente caro, transportamos poder de cómputo con una conexión satelital. Ponemos centros de cómputo al lado de los pozos de petróleo, y aprovechamos ese gas para procesos muy exigentes en energía: entrenar inteligencia artificial, hacer cálculos del genoma humano, renderizar películas y mantener redes criptográficas, como Arweave, un método para almacenar información de modo seguro y descentralizada, o minar bitcoins”, explicó a Infobae el fundador y CEO de Unblock, Tomás Ocampo, un joven argentino con un Master en Energías Renovables en la Universidad de Stanford (EEUU) y 10 años de Silicon Valley en su haber.
Ocampo, sin embargo, mantuvo reserva sobre la operación en ciernes y un segundo contrato para otra similar, que anunció desde EEUU, en su cuenta en Linkedin, Cully Cavness, presidente de Crusoe, junto a Luz Wetzler, gerente de Operaciones de Unblock, ingeniera industrial por la Universidad de Bologna (Italia) con postgrado del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) y paso previo por la consultora Accenture y por Allkem, el principal productor de carbonato de litio de la Argentina.
Cavness y Chase Lochmiller, ambos graduados de Stanford, aunaron sus conocimientos de Finanzas, Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial para fundar Crusoe Energy Systems en 2018.
Partiendo de la idea de que mover datos es más fácil que mover moléculas, Crusoe patentó su sistema de Digital Flare Mitigation, consiguió más de USD 500 millones en rondas de financiamiento a la que aportaron los fondos de riqueza soberana de Omán y Abu Dhabi, amén de inversores de EEUU y Japón, y ya tiene entre sus clientes a ExxonMobil (la petrolera más grande de EEUU) y Devon Energy, (una de las protagonistas del boom norteamericano del petróleo y gas “no convencional”), y varias startups de Inteligencia Artificial, a las que ofrece procesamiento de datos y servicios en la Nube.
El sistema consiste en desplegar en locaciones remotas, donde hay venteo de gas, sistemas modulares de energía alojados en contenedores de 40 pies, procesar datos (o minar bitcoins) y transmitirlos esas operaciones vía satélite.
Unblock, socio argentino de Crusoe, tiene entre sus inversores a Pampa Energía, el Grupo Inversor Petroquímica (GIP), FJ Labs, un Angel Investor que cuenta entre sus fundadores a Fabrice Grinda, inversor francés entre cuyos aciertos figuran la apuesta a entonces startups como Airbnb, Alibaba y Palantir, y Silence, una marca de vehículos eléctricos de la española Acciona. Todos protagonistas de la “transición energética”
En Stanford, Ocampo tuvo profesores como J.B.Straubel, co-fundador de Tesla, Eric Schmidt, presidente de Google, y Myron Scholes, premio Nobel de Economía por su modelo de valuación de opciones, y conoció a Cavness y Lochmiller a través de Christian Ondaatje, a quien describe como “un genio que a los 16 años inventó un chip de 50 dólares y a los 18 años ingresó directamente a Harvard”.
Computación de a pedacitos
“Una de las claves de Crusoe, y algo infinitamente difícil hacer, es manejar un centro de cómputos partido en pedazos. En general cuando una empresa o un centro científico contratan horas de cómputo a gigantes como Amazon o Google, esos procesos se corren en un edificio con millones de servidores que procesan la información en paralelo. Hacer esto de a pedazos, y en el medio del campo petrolero, es casi imposible”, explicó Ocampo a este medio.
Tenemos proyectos en Neuquén, el primer lugar del mundo con tecnología de mitigación digital de venteo fuera de EEUU (Ocampo)
Para poder hacerlo, Crusoe contrató a Ondaatje. “Chris lideraba el equipo en Crusoe tratando de resolver el problema de agendar cargas de cómputo en un servidor dividido en partes y conocía de mi pasión por reducir emisiones y sabía del potencial de Vaca Muerta. Cuatro años más tarde, nuestra alianza se afianzó tenemos proyectos en Neuquén, el primer lugar del mundo con tecnología de mitigación digital de venteo fuera de EEUU”, contó Ocampo.
Una de las claves es el foco en la Inteligencia Artificial (IA), que demanda capacidades exorbitantes de energía y procesamiento de datos, más aún que la criptominería. El gráfico adjunto, en base a datos del “Instituto de Stanford para una Inteligencia Artificial centrada en lo humano”, compara los requerimientos energéticos de la etapa de “entrenamiento” de diferentes modelos de IA (en azul) con los de otras actividades y consumos (en amarillo).
Inteligencia hambrienta de energía
Como puede observarse, solo el training de la tercera versión de Chat GPT provocó la emisión de 502 toneladas de dióxido de carbono equivalente, contra 63 de un vehículo promedio en toda su vida útil, incluido el consumo de combustible, 18 que “emite” un norteamericano promedio o 5,5 un ser humano promedio a lo largo de sus vidas.
Y eso es solo el training de modelos ya superados por otros con miles de millones de parámetros y que atienden una “clientela” en despegue vertical: Chat GPT alcanzó los 100 millones de consultas a solo dos meses de su lanzamiento. Se calcula que Internet, la autopista por la que circula la IA, consume hoy el 1,5% de la electricidad mundial, pero hacia 2030 consumirá entre 8 y 10 por ciento.
De vuelta a Vaca Muerta
En cuanto a Vaca Muerta, Monteiro, el ministro de Energía de Neuquén, explicó las bondades del modelo que se pondrá en práctica en Loma Jarillosa, cuya localidad más cercana es San Patricio del Chañar.
“El proyecto está bueno: aporta tecnología para dejar de quemar gas, monetizarlo, reducir las emisiones y generar valor agregado. El desafío es reducir la huella de carbono de Vaca Muerta y mantenerla lo más baja posible. La sociedad exige que la producción de energía sea sustentable”, dijo Monteiro a Infobae. “La solución de Unblock –agregó- es para pozos alejados y sin tratamiento, en etapa piloto, que según la ley de hidrocarburos puede durar hasta 5 años. Más adelante, las petroleras pueden desplegar sus propias plantas de tratamiento para aprovechar in totum el gas que generan. En esos casos, Unblock irá con su música a otra parte, a otros desarrollos en etapa piloto.
El desafío es reducir la huella de carbono de Vaca Muerta y mantenerla lo más baja posible (Monteiro)
“Nuestros clientes, el gobierno de Neuquén y también el Gobierno Nacional, entienden que el valor del petróleo de Vaca Muerta estará atado a la eficiencia climática. Afortunadamente, no somos la única solución. Hay otra compañía, Galileo, que toma el gas de venteo, lo comprime y lo vende. Buquebus, por ejemplo, consume gas venteado de Vaca Muerta que le brinda Galileo. Nosotros traemos una nueva alternativa, muy útil en zonas remotas, donde transportar el gas de venteo se vuelve demasiado caro o zonas donde, por el tipo rutas, de ripio por ejemplo, sumar camiones trasladando gas cada día significa más riesgo para los trabajadores”, dijo por su parte Ocampo.
Desafío argentino
Argentina, como ya se dijo, está lejos de los puestos de vanguardia del venteo mundial de gas, pero un trabajo de Capterio, un sitio de seguimiento del tema, muestra que sí está entre los primeros 25 y que su intensidad de venteo supera claramente el promedio mundial.
Es algo a tener en cuenta si la Argentina quiere aprovechar al máximo el gas natural, mediante el autoabastecimiento y la exportación vía gasoductos a países vecinos y como GNL a mercados de todo el mundo con un proceso previo de licuefacción y salida al exterior por buques metaneros,
Esa oportunidad tiene plazos inciertos, pero finitos. El último viernes, en un evento organizado por el Centro de Estudio de Políticas basadas en la Evidencia (CEPE) de la Universidad Di Tella, se presentó el flamante libro “La transición energética”, de los economistas Nicolás Gadano y Luciano Caratori y el ingeniero Gerardo Rabinovich, todos expertos en energía.
Transición energética
Los autores repasan allí los principales temas, entrevistan a 19 protagonistas del sector energético y ratifican el concepto del Gas Natural como mejor hidrocarburo de la transición, pero señalan también que escenarios prospectivos como el Net Zero 2050 de la Agencia Internacional de Energía plantean, por caso, un escenario en el que el consumo de petróleo se reduciría 75% y el del gas 50% y desaparece por completo el uso de carbón.
En suma, la “ventana de oportunidad” se cerrará en unas décadas.
La “gasificación” de la matriz energética que la Argentina llevó a cabo en los últimos 50 años (gracias a la cual el Gas Natural pasó de dar cuenta del 11% al 54% de la energía primaria del país, contra el 23% del promedio mundial) es una ventaja a la hora de cumplir las metas de descarbonización, dice el libro, más aún si se tiene en cuenta que mientras el carbón explica el 27% de la energía primaria mundial, en la Argentina da cuenta de solo el 1% (tributo a la extrema ineficiencia de YCRT, Yacimientos Carboníferos de Río Turbio, un chupadero de recursos fiscales a cambio de casi nada).
Disminuir el venteo en Vaca Muerta y cualquier otra formación geológica o yacimiento hidrocarburífero del país es por lo tanto clave para reducir la huella de carbono y mejorar la reputación ambiental del gas argentino. Las oportunidades son buenas, sobre todo si se hacen los deberes para aprovecharlas.
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