El dólar libre se arrimó este año a la barrera de los 500 pesos en dos oportunidades. La primera, el 25 de abril, cuando llegó a operarse a $497, y este miércoles, cuando cerró a 496 pesos. La incertidumbre política en medio de un año electoral, y la crisis económica, con alta inflación y pobreza, prometen aportarle una fuerte volatilidad al billete informal, que podría estar operado por fuera de sus fundamentos.
No obstante, este límite de $500 en el corto plazo llama la atención, cuando algunas paridades –como el dólar “turista” y el “contado con liqui”– ya se vienen negociando por encima de ese valor y la propia inercia inflacionaria, a un ritmo muy por arriba del 100% anual, impulsa la suba de los dólares libre como lo hace con el resto de los precios de la economía.
Con este contexto, hay motivos para que se mantenga contenido al dólar “blue” en los precios presentes ¿Por qué?
1) Necesidad de pesos. Así como los ahorristas acuden al dólar libre para atesorar, también hay mucha economía “en negro” que necesita de este mercado para hacerse de pesos. Tal es el caso de muchos comercios y pymes que tiene que afrontar gastos de fin de mes y el pago del medio aguinaldo, y para ello utilizan dólares “cash” que se venden a mayor precio al “blue” que a través de la Bolsa o el mercado formal.
Un avezado analista financiero confió a Infobae que la caída de este jueves “es una baja puntual, una gran venta”, pero que no obedece a “ninguna noticia estructural” y no descartó la aparición de “manos amigas vendiendo”, luego de que la brecha cambiaria regresara al 100 por ciento.
2) Conveniencia del “puré”. Con un dólar libre cerca de $500 la brecha con el dólar que se opera en el mercado formal vuelve a ampliarse y, con ella, las especulaciones acerca del margen de ganancias que puede obtenerse al comprar divisas en el banco y revenderlas a los operadores informales. La compra en bancos del dólar “ahorro” a $428,75 y su reventa a $490 en el mercado paralelo genera una ganancia inmediata de $12.250 con el cupo mensual de USD 200 autorizado.
3) Factor “inflación”. El dato de inflación de mayo, del 7,8% informado por el INDEC, cambió un poco las perspectivas que venían muy pesimistas, pues la tasa de interés para los plazos fijos, que replica la tasa de política monetaria del BCRA, está hoy en la zona de 8% mensual, lo que arrojaría una tasa real positiva para los depósitos minoristas a plazo. Hoy la tasa se mantiene en el 97% nominal anual, que es una tasa efectiva anual del 154% por el interés compuesto. Visto desde otro modo, mantener los pesos en el banco en estos niveles es redituable y eso desalienta la demanda de dólar por los canales alternativos.
Un análisis de Portfolio Personal Inversiones precisó que “el BCRA pondrá una pausa a su ciclo de subas luego de subirla 600 puntos básicos en abril y que la inflación haya desacelerado en el margen en mayo. No obstante, el riesgo de no incrementar la tasa es que el reciente desarme de plazo fijo acelere y que estos pesos presionen sobre los dólares financieros”.
4) Protagonismo del dólar MEP. Los minoristas que hoy se quieren dolarizar cuentan con canales muy aceitados a través de los bancos y los ALyC (Agentes de Liquidación y Compensación). Se trata del bursátil dólar MEP, que se obtiene a través de la compraventa de activos (principalmente el Bonar 2030), que en una plaza regulada por la intervención del Banco Central marca hoy un tipo de cambio de $475 que le compite al valor del “blue” y es un lastre para una escalada de este último.
Una inflación mensual debajo del 8% le permite a los depósitos a plazo fijo mantener rendimientos reales positivos
“Sin noticias positivas en el tema reservas, el mercado espera algún comunicado del FMI que permita recomponer -al menos momentáneamente- la situación y despejar el riesgo de un incumplimiento con el organismo. En ese sentido, creemos que las próximas semanas serán cruciales para que el Gobierno logre mantener una cierta pax cambiaria”, indicó un reporte del Grupo IEB (Invertir en Bolsa).
5) Indicadores “técnicos”. Aunque en el mercado paralelo pesan mucho las cuestiones subjetivas -incertidumbre política y económica- que pueden movilizar los precios más allá de cualquier estimación racional, hay cuestiones puntuales y medibles que le ponen un horizonte relativo a los precios.
La inflación acumulada en lo que va de la administración de Alberto Fernández alcanza el 589% (diciembre de 2019 incluido). El dólar libre cotizaba al asumir el Presidente unos 75 pesos, por cuanto de reproducir la inflación general, hoy debería costar por debajo de los 516 pesos.
Asimismo, también hay que tener en cuenta la emisión monetaria, pues el dólar “blue” se paga con dinero en efectivo. Según este razonamiento, el dólar libre debería respetar la tasa de crecimiento de la circulación monetaria, una variable muy reprimida por la creciente absorción de pesos a través de la colocación de Leliq (Letras de Liquidez) y Pases pasivos que efectúa el Banco Central.
Desde el “cepo” reforzado a USD 200 mensual para la demanda privada (28 de octubre de 2019) la circulación monetaria (dinero en efectivo y en cuentas a la vista) creció 384,4%, desde los $923.534 millones a los $4.473.209 millones ($4,47 billones). Con este “driver” el dólar libre tendría que costar hoy unos 366 pesos.
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