Los picos de inflación que enfrentaron muchas economías desarrolladas tras la salida de la pandemia tienen en Suecia un caso de estudio. En mayo, la variación interanual del índice de precios al consumidor de ese país fue del 9,7%, una desaceleración frente al 10,5% que había alcanzado en abril pero todavía demasiado alta y por encima de las previsiones. Los economistas tienen una explicación de por qué los datos se desviaron de lo esperado: Beyoncé.
Tras siete años sin giras mundiales, la artista pop norteamericana volvió este año a los escenarios y decidió abrir su tour global en Estocolmo. Fueron dos funciones con 46.000 espectadores cada una que sacudieron a la ciudad sueca. El movimiento fue tal que las presentaciones atrajeron fans de distintas partes del mundo que se acercaron para ser testigos del regreso de la megaestrella.
Según consigna el periódico especializado Financial Times, el furor que causó Beyoncé se combinó con la debilidad de la corona sueca para generar un movimiento internacional de una magnitud que no tiene precedentes.
“El inicio de la gira mundial de Beyoncé en Suecia parece haber influido en la inflación de mayo” (Grahn)
En medio de una demanda histérica por entradas tanto en Europa como en los Estados Unidos, muchos espectadores hicieron cuentas rápidas y decidieron que valía la pena subirse a un avión.
Los sitios web de Estados Unidos se llenaron de historias de estadounidenses que viajaban a Suecia para aprovechar, tipo de cambio mediante, los precios mucho más baratos de las entradas en comparación con las de su país.
Las entradas para los conciertos de Estocolmo se vendieron a un precio de entre 650 y 1495 coronas suecas cada una (entre USD 60 y 140 dólares), según consigna el Financial Times. Para sus conciertos en Las Vegas, por ejemplo, los precios de Ticketmaster para la entrada estándar oscilan entre USD 91 y 689 dólares. En otras ciudades de EEUU, las entradas de reventa se están ofreciendo por varias veces esos valores.
¿El problema para Suecia? La inyección de viajeros dispuestos a gastar sacudió un índice de precios al consumidor que ya venía recalentado. Así, el dato de mayo se vio trastocado, según especialistas.
“El inicio de la gira mundial de Beyoncé en Suecia parece haber influido en la inflación de mayo, no se sabe cuánto, pero probablemente 0,2 puntos porcentuales de los 0,3 puntos porcentuales que añadieron los hoteles/restaurantes. Quizás también subió el precio de las entradas de los conciertos (recreación). Por lo demás, lo esperado”, señaló Michael Grahn, economista jefe del Danske Bank (un banco danés con presencia en Suecia).
“Esperamos que esta sorpresa alcista se invierta en junio, cuando los precios de hoteles y tickets vuelvan a la normalidad”, agregó en su cuenta de Twitter.
Las entradas para el show de Estocolmo partían de los USD 60, mientras que en Las Vegas no bajan de 91 dólaress
La novedad divierte a los economistas. Es común que grandes eventos deportivos y otras ocasiones masivas sacudan las estadísticas económicas, pero que una sola estrella con un par de presentaciones se haga notar tanto es algo único.
Tras pasar por Estocolmo, el tour de Beyoncé se presentó en Bruselas, Cardiff, Edimburgo y Londres. Todavía tiene que cumplir con varias fechas en Alemania, Países Bajos y Polonia antes de trasladarse a Canadá y Estados Unidos. Aunque las condiciones cambiarias son muy distintas en cada una de esas ciudades, sin dudas hay interés por saber qué impacto puede tener la gira en los números de esos mercados.
El caso argentino
La experiencia de los economistas suecos con Beyoncé, mientras tanto, resuena también para el caso argentino. La estrella no tiene programadas fechas en Buenos Aires ni en ninguna otra ciudad de la Argentina, pero otra bestia pop -Taylor Swift- promete generar su propio movimiento sísmico. Y, como en el caso sueco, también las condiciones cambiarias ayudan dada la extrema debilidad del peso argentino.
Swift se presentará en la Argentina con dos conciertos en el Estadio de River Plate el 9 y 10 de noviembre próximos en el marco de su gira internacional “The Eras Tour”. Lo interesante para el caso es que, dada la debilidad del peso -en particular en mercados cambiarios paralelos- los precios locales son una verdadera ganga para fanáticos estadounidenses enfurecidos por los precios de las entradas para eventos públicos (el problema de los precios de los tickets es tan serio que llegó a ser mencionado por el presidente Joe Biden, quien encaró una iniciativa para reducir los costos que cobran los portales).
En ese contexto, el portal Morning Brew se encargó de alertar a los swifties estadounidenses respecto a lo barato que es ver la estrella en Buenos Aires.
“Viajar en avión desde Los Angeles a Buenos Aires” y comprar los tickets para ver a la cantante pop Taylor Swift es más barato para un estadounidense que ver a la artista en su propio país “gracias a la inflación de 100% en la Argentina”, aseguró el portal y acomopañó su afirmación con cálculos.
El precio de las entradas para ver a Taylor Swift en Los Ángeles alcanza los USD 1.500, los pasajes aéreos Los Ángeles - Buenos Aires valen USD 750 dólares y el valor de las entradas al concierto en Buenos Aires 153 dólares. El resultado es un costo de USD 903 para verla en la Argentina, casi USD 400 menos que en los EEUU.
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