Con un ingreso mínimo de dólares del campo, el Banco Central no logra detener el saldo vendedor en el mercado cambiario. Ayer perdió otros USD 44 millones y se profundizó la caída de reservas. En lo que va del mes el stock ya cayó USD 650 millones y cada vez es menor el poder de fuego para seguir manejando los distintos tipos de cambio.
Luego de la finalización del dólar soja 3, se produjo una caída abrupta del ingreso de divisas proveniente del agro. A la histórica sequía, que restó unos USD 20.000 millones, se agrega la falta de incentivos para que las cerealeras ingresen divisas a un tipo de cambio poco atractivo.
Ahora la especulación es si habrá nuevas medidas por parte de Sergio Massa para incentivar el ingreso de divisas, aunque en el ministerio de Economía aseguran que no está en los planes una nueva versión del dólar soja. Todo hace pensar que alguna vuelta para promover un mayor ingreso de divisas.
En este contexto, el dólar mostró cierta volatilidad a lo largo de la jornada, pero las distintas cotizaciones terminaron apenas por encima del cierre del viernes. El caso más claro fue el del contado con liquidación, que llegó a superar los $ 500 pero luego cerró en la zona de $ 495.
Junio está mostrando un comportamiento totalmente atípico para el mercado cambiario, ya que por lo general se trata de un mes muy superavitario en materia de divisas. Pero en esta oportunidad por causa de la sequía y un tipo de cambio oficial muy atrasado, el resultado es sumamente negativo. Tampoco se ve un cambio de tendencia en el futuro inmediato.
Las reservas del BCRA también se ven afectadas por los pagos de deuda. Por ejemplo a fines de la semana pasada le giró USD 150 millones al dólar oficial a la provincia de Córdoba para que hiciera frente a sus compromisos por el vencimiento de un bono de deuda.
A pesar de esta situación delicada en materia cambiaria, los bonos argentinos siguen en plena recuperación, lo que llevó el riesgo país a caer otro escalón hasta los 2.345 puntos, cuando a fines del mes pasado superaba los 2.500.
Los bonos en dólares se transformaron en las últimas semanas en un activo buscado para los inversores que quieren posicionarse en moneda dura, partiendo de pesos. Las bajas cotizaciones son un incentivo, al igual que el descuento de casi 28% con el que cotizan los títulos emitidos bajo ley local versus los de ley extranjera
Nuevamente uno de los más buscado fue el AL30, el título surgido del canje del 2020 y que se rige por ley local. Ayer ganó otro 2,1% y cerró a USD 22,40. No solo sigue cotizando a un valor bajísimo sino que además se mantiene la amplia diferencia con el mismo título emitido bajo ley neoyorkina. El GL30 terminó ayer en USD 28,70, una diferencia que los analistas consideran exagerada.
La busca de estos títulos y de otros que tienen duración más larga, también muestra el interés de muchos inversores por dolarizarse a través de estos títulos, en un mercado cada vez más trabado para buscar opciones a la hora de posicionarse en moneda dura. Los títulos ajustados al dólar oficial que emiten las empresas también son muy demandados y operan con tasa negativa. Esto refleja que la demanda del mercado supera ampliamente la oferta que eventualmente aparece, en especial cuando las empresas buscan fondearse a través del mercado local.
Las negociaciones con el FMI buscan, justamente, encontrar una salida para la falta de dólares que complica a la economía argentina. Ahora las conversaciones continúan en Washington y Massa estará viajando la semana que viene para cerrar las nuevas condiciones de un acuerdo, incluyendo metas distintas y un cronograma más convenientes de desembolsos. El Gobierno pide además un mayor poder de fuego para intervenir en el mercado y evitar que se disparen los dólares financieros y la brecha cambiaria, que se mantiene en niveles cercanos al 100%.
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