El Banco Central paga $39.000 millones de intereses por día: de dónde sale la tasa que abonan los plazos fijos

Con el crédito cayendo, las entidades tienen pocas aplicaciones para los depósitos y crecen las colocaciones de Leliq y pases. También, toman deuda del Tesoro. Cuáles son los riesgos para el ahorrista

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Foto de archivo - Transeúntes caminan frente a la fachada del Banco Central de la República Argentina (BCRA), en Buenos Aires. Dic 7, 2021. REUTERS/Agustin Marcarian/
Foto de archivo - Transeúntes caminan frente a la fachada del Banco Central de la República Argentina (BCRA), en Buenos Aires. Dic 7, 2021. REUTERS/Agustin Marcarian/

En lo que va del año, el Banco Central (BCRA) emitió cada día $38.980 millones, en promedio, en concepto de pagos de intereses de sus Leliq y Pases Pasivos, suscriptas por las entidades financieras. Con la tasa de referencia en un 97% nominal anual a 28 días, la cuenta de intereses es hoy la principal fuente de emisión monetaria. Y también, la principal fuente de renta para empresas y ahorristas que colocan depósitos y plazos fijos.

En igual período de 2022, la entidad presidida por Miguel Pesce emitía en promedio $6.780 diarios en concepto de “Intereses, primas y remuneraciones de Cuentas Corrientes”, como registra el BCRA esa variable en sus datos monetarios. Es un crecimiento del 474% en la inyección diaria de pesos que generan las colocaciones de Leliq y pases pasivos.

“El crédito al sector privado tuvo una variación del 92% en los últimos doce meses. En esos doce meses, estimando las inflaciones de mayo y junio, la inflación sería 122%, con lo cual la variación real ajustada por inflación te da un acaída del 13% en términos reales del crédito. La fuente más genuina de ingresos de los bancos ha caído en términos reales, hoy esos ingresos salen mayormente de los intereses que paga el Banco Central”, dijo Camilo Tiscornia, de C&T.

En lo que va de 2023, con datos hasta el 5 de junio, el BCRA lleva emitidos $3.858.631 millones por esa vía, que transformaron al pago de intereses la principal fuente de emisión monetaria.

En un lejano segundo lugar están los adelantos transitorios, préstamos de la autoridad monetaria al Tesoro que crean nuevos pesos, y que explican una inyección de $670.000 millones hasta el momento. Y en el tercero un impreciso “otros” que incluye distintas operaciones como intervención en futuros y operaciones con bonos, por $570.000 millones.

Con todo, no es el riego de una “bola de nieve” -un stock de Leliq que crece por si mismo debido a los altos intereses que paga- el principal. El problema, destacan especialistas, es que prácticamente todos los rendimientos bancarios ahora dependen de una fuente que no es “genuina” y que tiende a la inestabilidad de precios.

Prácticamente todos los rendimientos bancarios ahora dependen de una fuente que no es “genuina” y que tiende a la inestabilidad de precios

Desde que se hizo cargo de su rol como banquero central del presidente Alberto Fernández, Pesce mantiene la obsesión de no cometer un error particularmente peligroso. Ese es el de pagar una tasa por Leliq y Pases Pasivos que haga incontrolable la masa de pesos esterilizados. Y a pesar de enormes subas de tasa, la disparada de la inflación le ha permitido mantenerse fiel a ese recaudo y evitar que, descontada la inflación, la tasa haga crecer la bola de nieve al infinito.

“Si fuera por la tasa, el stock de Leliq no crecería”, dijo Gabriel Caamaño de Consultora Ledesma. “Aún con esta tasa, el stock caería en términos reales (menos que la inflación) y en relación al PBI”, agregó.

Entonces por qué, a pesar de todos sus recaudos, los pagos de intereses de Leliq y Pases Pasivos no paran de crecer. Por lo habitual: el Banco Central emite para financiar al Tesoro, ya sea por vía directa o por vía directa, y todo ello obliga a esterilizar montos cada vez mayores.

Una de esas vías indirectas de financiar al Tesoro, clave, es el ya mencionado factor “otros”. Desde que en 2022 se cortó el financiamiento en pesos, lo que causó la salida de Martín Guzmán de su silla, la recompra de bonos en pesos fue la solución que encontró Sergio Massa para evitar un colapso de la deuda en moneda local. Emisión monetaria que cubrió la falta de voluntad privada por prestarle al Estado, en resumen.

Si por las trabas que impone el acuerdo con el FMI el Gobierno no puede emitir pesos en la forma tradicional, lo que hace es poner al BCRA a comprar los bonos en pesos que los privados no quieren. Así, en cada licitación y cada canje el Gobierno logra sus objetivos. Pero al costo de que esos bonos terminen en manos del BCRA, que paga por ellos con nueva emisión monetaria. El año pasado el factor “otros” supuso una expansión por $1.648.367 millones que explica buena parte del crecimiento del stock de Leliq y Pases Pasivos.

El BCRA compra los bonos en pesos que los privados no quieren

El canje de deuda en pesos de esta semana fue un ejemplo de esto. El Tesoro logró una adhesión del 78% a la operación -$7,4 billones de los $9,5 billones totales. “El sector público concentró el 70% de la adhesión. Esto implica que los tenedores del sector privado intercambiaron solo el 26% de sus títulos, un número muy bajo”, explicó el informe diario de la sociedad de Bolsa Cohen.

Y con las entidades públicas como principales tenedores de deuda del Tesoro en pesos, ¿quién paga el rendimiento de esos papeles cada vez que hay que refinanciarlos? El que termina comprándolos, el BCRA, con más emisión.

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Emitiste, bruto, 16 puntos del PBI en menos de 4 años para financiar al Tesoro. De eso, te volvieron 5 puntos del PBI en forma de pases y Leliq. El resto se destruyó contra precios y otro poco aun queda en saldos monetarios excedentes frente al cierre de 2019″, explicó Caamaño.

El costo del esquema es para las empresas y personas que, por un motivo o por otro, no logran escapar a tener depósitos en pesos.

Si bien el depósito tiene muy poco riesgo de no ser devuelto, se devuelve licuado por una inflación alta (Tiscornia)

En las tasas de interés de los plazos fijos vos perdés contra la inflación. Ese es un primer riesgo que, en los hechos, se concreta a diario: el que tiene la plata en depósitos pierde hoy por hoy contra la inflación. Entonces, si bien el depósito tiene muy poco riesgo de no ser devuelto, se devuelve licuado por una inflación alta. Al final del depósito, el ahorrista tiene menos que antes”, agrega Tiscornia.

“Otro riesgo más lejano, todos los esconomistas que aspiran a un rol en el próximo gobierno aseguran no tener intenciones de eso, es que si se lograra poner a la inflación en una senda de desaceleración y el stock de depósitos pusiera en riesgo eso, lo que podría terminar pasando es que haya una reprogramación como el plan Bonex. Entiendo que nadie quiere ir por esa vía, pero el riesgo está”, dijo Tiscornia.

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