El propio Estado es el principal tenedor de los títulos públicos emitidos en moneda local. Gradualmente, tanto la ANSES como el Banco Central fueron adquiriendo esta deuda, ante la decisión de los inversores privados de reducir su exposición en moneda local, sobre todo cuando se trata de instrumentos de mediano y largo plazo. Según estimaciones de analistas y bancos, el stock de bonos en pesos en poder del sector público ya estaría en el orden del 70% y todo indica que seguirá en aumento en los próximos meses, coincidiendo con el proceso electoral.
El canje de deuda que se efectuó ayer, que incluía bonos en pesos con vencimiento hasta septiembre de este año presentaba una situación similar. Según estimó la compañía bursátil Balanz, el 66,8% de todos los títulos elegibles ya estaban en manos del sector público, por lo que solo el 33,2% restante correspondía al sector privado.
Este importante peso del sector público aseguró una importante participación en el canje por nueva deuda a fines de 2024 y 2025, permitiendo un piso ya de arranque muy alto en la operación. La aceptación alcanzada del 78% sugiere que finalmente entró al canje la totalidad de las tenencias del sector público y una porción menor de lo que estaba en manos de los privados.
La tenencia de bonos en moneda local mayoritariamente en manos de ANSES y BCRA permite inferir que resulta prácticamente imposible repetir el escenario post PASO 2019. En aquel momento, el fuerte pesimismo desatado por la contundente victoria de Alberto Fernández por 14 puntos provocó una fuerte proceso de dolarización y obligó al gobierno de Mauricio Macri a reperfilar la deuda en pesos.
En ese entonces, agosto de 2019, no había cepo cambiario y la mayor parte de los títulos en pesos estaban en manos de empresas, bancos y fondos comunes de inversión. Ahora, la situación es más manejable debido al cepo cambiario y además el fuerte peso de las tenencias del propio Estado de la deuda en moneda local.
La contracara de este proceso de virtual estatización de la deuda en pesos es una gigantesca emisión monetaria que se viene dando desde el año pasado y continúa en lo que va de 2023. Se estima que que este año la emisión para recomprar títulos en pesos en manos de inversores supera con comodidad el millón de pesos. De hecho, se trata de la principal fuente de expansión monetaria, sin contar los intereses de las Leliq y pases que debe efectuar el Tesoro.
La compra de bonos en pesos por parte del Central y de ANSES, vía FGS, fue reduciendo gradualmente la tenencia de estos activos en manos del sector privado. La consecuencia es una mayor emisión monetaria, aunque al mismo tiempo se reduce sustancialmente el peligro de un reperfilamiento como el ocurrido en 2019
Por lo tanto, es razonable inferir que la aceleración inflacionaria de los últimos meses se explica en parte por este traspaso de bonos del sector privado al público. Esto se debe a que las ventas de bonos que realizan las empresas son automáticamente adquiridas por el Gobierno, con el objetivo de evitar que caigan las paridades y aumenten súbitamente las tasas de interés. “El BCRA ha cumplido el rol de comprador de última instancia, otorgándole liquidez a los entes financieros (bancos y aseguradoras) y al FGS de ANSES para participar en las licitaciones”, agrega el trabajo.
Balanz enfatizó que los nuevos títulos que ofreció el Tesoro en este nuevo canje de deuda en moneda local “no son atractivos para el sector privado”. El principal bono ofrecido fue un Boncer (título ajustado por inflación) que vence en diciembre de 2024 Se trata de un papel considerado demasiado largo y volátil para empresas o bancos, pero atractivo como tenencia de entes estatales.
Es razonable esperar que con el aumento de la incertidumbre propia de los periodos electorales en la Argentina esta tendencia se profundice, obligando al Central a salir a sostener las paridades de los bonos vía mayor expansión de pesos. Este movimiento se da por afuera de las metas acordadas con el FMI, que solo establece límites para los adelantos transitorios del BCRA a favor del Tesoro.
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