A casi dos meses de haber entrado en vigencia el “dólar agro” para las economías regionales, las conclusiones preliminares indican que el programa que permite a las empresas exportadoras de unos 60 sectores productivos liquidar sus ventas al exterior a $300 por dólar no está dando el resultado espero por el Gobierno. Y aunque seguirá vigente hasta el 30 de agosto, los sectores detectan varios inconvenientes para poder utilizarlo. Algunos, de hecho, están reclamando ante las autoridades una mejora cambiaria, ya que con la devaluación del tipo de cambio oficial, el valor otorgado cada vez resulta menos atractivo. Y será peor a medida que pase el tiempo.
Por otro lado, desde la Confederación de la Mediana Empresa (CAME) y la Sociedad Rural Argentina (SRA) están terminando de pulir un documento que muestra, sector por sector, cuál ha sido el beneficio para la cadena productiva. Según fuentes de las entidades empresarias, “si se pensaba que la medida iba a llegar al generador de la materia prima, eso no sucedió”.
“Lo que Bahillo (Juan José, secretario de Agricultura) promovía no ocurrió, según lo que pudimos corroborar. El productor no exporta. El que exporta es el acopiador, el galpón de empaque. Además, las empresas tienen que entrar en Precios Justos; los productores no llegan a la góndola por lo general”, dijeron las fuentes, al tiempo que remarcaron que otro de los desincentivos es que el tipo de cambio acordado va perdiendo fuerza con la inflación y la evolución del dólar oficial.
El productor no está exportando a pesar del tipo de cambio especial. El que está exportando, según explican en las empresas, es el acopiador
En Bodegas de Argentina, la cámara que nuclea a las compañías exportadoras, precisaron a Infobae que “muy pocas bodegas han entrado al programa” y que “las dificultades están centradas en las escasas posibilidades de acceso al crédito en el exterior para refinanciar, además de la obligatoriedad al control de precios en el mercado local. A ello hay que sumar la lógica de despachos y cobranzas extensas en una ventana de tiempo muy corta”. También manifestaron algunas preocupaciones por las formalidades de acceso y la pérdida de la ventaja en la medida en que transcurre el tiempo. En este contexto, desde la entidad ya comenzaron las gestiones para lograr una mejora del tipo de cambio a $350 o $360, pero por ahora no han tenido éxito.
Desde el sector olivícola, por su parte, coincidieron en que la mejora cambiaria hasta ahora se usó mucho menos de lo que se pensaba debido a que “todavía falta mercadería y en otros casos porque hay demasiadas normas que cumplimentar”, dijeron desde la Federación Olivícola Argentina (FOA). Entre aceitunas y aceite de oliva, se exporta por año entre USD 80 millones y USD 100 millones, pero el sector no tiene información precisa de cuánto se liquidó a $300 por dólar desde mediados de abril.
En total, según las estimaciones del mercado, ingresaron divisas por ventas de las economías regionales por unos USD 280 millones, equivalente al 5% de los USD 5.150 millones liquidados totales, incluyendo a la soja y a todo el complejo cerealero-oleaginoso, cuyo plazo se extendió al 2 de junio. Según datos del Ministerio de Economía, al lunes había 935 empresas de economías regionales inscriptas, de las cuales fueron aprobadas para operar con el dólar agro 687; a las otras, el trámite les llegó con rechazo, algunas por no estar en el registro de la AFIP, y otras por inconsistencias en las declaraciones juradas.
“La mayoría de los productos de las economías regionales son anuales. En el caso de la aceituna, la cosechás y la tenés que elaborar. Ese proceso lleva un tiempo. Luego tenés que considerar los plazos de pago, y si bien muchas empresas están pidiendo pagos anticipados, eso muchas veces implica una fuerte reducción del precio que hace que a la empresa le deje de convenir el negocio”, dijo un empresario olivícola.
Desde el sector citrícola, en tanto, afirmaron que ya se exportaron 85.000 toneladas de limones frescos y la cáscara, el jugo y el aceite se va vendiendo de a poco durante todo el año para que el precio no se deprima tanto. “Hay muchos productores que venden su fruta a las industrias y empacadores que tienen un acuerdo de pago diferido. El dólar agro no ha tenido un impacto considerable en la cadena”, dijo José Carbonell, presidente de Federcitrus. En cuanto a la exportación de mandarinas y naranjas, el directivo explicó que la temporada fuerte arranca a fines de julio, por lo que prácticamente las empresas ya no podrán hacer uso de la ventaja cambiaria.
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